Regatas Uruguay está a pocas horas de disputar su partido número 400 en la historia de la Liga Federal, siendo el único club en alcanzar ese número.
Agustín El Kiki Aguirre, único jugador del Cele en formar parte de las 12 temporadas disputadas por el club en la categoría, habló acerca del significado de la cifra, de los años transcurridos y el orgullo que genera para Regatas ser uno de los mayores referentes en una competencia de nivel nacional.
¿Qué te genera escuchar que Regatas es el primer club con 400 partidos disputados?
Es un orgullo personal e institucional ser el club con más partidos en el Federal. Creo que toda la gente lo siente así, dirigentes, hinchas y todos los jugadores que pasaron. Casi todos los Federales que jugamos los competimos y eso es un orgullo personal y para el club. Cada uno de los dirigentes y los colaboradores de afuera también ayudaron para que así sea.
Cuando uno dice que son 400 partidos puede pensar que capaz es poco, pero la realidad es que no es poca cosa. Si te pones a ver todas las temporadas que pasaron, los viajes, las victorias y las derrotas, son cosas que te quedan más allá de los resultados.
¿Y qué significa para vos jugar tantos años en el club en el que te formaste como juvenil?
Es un valor agregado. Siempre que jugamos de local siento ese apoyo incondicional de la gente que te cruzas día a día, y jugar por pasión al club es una forma de retribuir todos los días ese apoyo. Es sentirse querido en un lugar donde estás tranquilo, en una institución muy amena.
¿Qué recordás de esos primeros torneos?
El Federal ha cambiado mucho desde que yo arranqué hasta ahora. Antes la participación del juvenil era importante pero no tenía la relevancia que tiene actualmente. Y ser parte como juvenil de esos primeros equipos es una sensación que no te olvidas. Aprendes a comportarte y ser profesional desde chico, a tomarlo con responsabilidad.
El torneo siempre cambió en pos de un crecimiento, en este caso para los más jóvenes. Si bien reduce el rol del mayor, con el tiempo te vas adaptando, y así se fue transformando en una competencia que te permite seguir otra disciplina. En mi caso esa disciplina es trabajar, en el de los más chicos es el estudio. Antes era diferente y eran todos profesionales que se dedicaban exclusivamente a jugar al básquet.
¿Te sentís un veterano ya? ¿Qué te genera compartir con tantos chicos?
No, un veterano todavía no, pero es un orgullo ver que los chicos del club te aprecian, que te piden una foto, un saludo o que pican la pelota y tiran como vos. Yo antes no le prestaba tanta atención a esos detalles, pero cuando te das cuenta te llena un poco, es como para pensar y decir que algo hiciste bien.
¿Y a los chicos del equipo que buscas transmitirles?
Con Facu Barreto, Guido Dellavedova y Pedro Amoros tratamos de transmitirles cosas a los más chicos. Es otra generación y es más distinto hacer comprender a los jóvenes lo que uno quiere transmitir, y por eso tal vez uno trata de demostrar con acciones y no solo con la palabra, que quizás los mueve más. Que vean que este uno sale de trabajar y viene acá a tirarse al piso en cada pelota. Capaz tenes un chico que dice o piensa: “estoy cansado así que no corro”, así que uno trata de transmitirle esas cosas con acciones para llegarles más.
Ya que mencionaste a Facu y a Guido ¿Qué significa tenerlos otra vez en el equipo y compartir con ellos?
Con Guido y Facu jugamos varias temporadas. Ambos son amigos y volver a compartir equipo con ellos fue una de las causas por las que estoy acá y cada día vengo, más allá del amor por el club y el básquet. Ellos te motivan a hacerlo. Además de ser excelentes profesionales y siempre dar el 100% en los partidos, son excelentes personas
¿Y con Alejandro Burgos? ¿Qué se siente tenerlo en el rol de entrenador?
Cuando Ale vino por primera vez pensé que iba a llegar para jugar una o dos temporadas e irse a otro equipo. Por suerte se quedó, le gustó la ciudad y el club, y lo pudimos aprovechar unos años más, ahora en otro rol. Siempre que desde que llegó pensé en sacarle el jugo a la experiencia y a todo lo que sabe y aprendió de lo que ha vivido.
Ármate un quinteto ideal con los compañeros que tuviste, podés incluirte o no en el equipo.
Como base elijo a Alejo Barrales, me parece que es un deportista increíble y de los mejores bases que pasaron por acá. Como escolta me voy a poner a mí, y como alero lo pongo a Jorge Banegas, que es un tremendo tirador y un jugador al que le queda por seguir creciendo. De cuatro lo voy a poner al Memo Rodríguez. El generaba mucho y recuerdo que acá tuvo una de sus mejores temporadas. Y de pívot lo pongo a Ale Burgos, por lo que significó como jugador y por lo que dominaba.
¿Y entrenadores?
Todos los entrenadores han sido importantes, pero si tengo que quedarme con algunos me quedo con dos. Santiago Rimoldi es como un papá para mi, lo tengo desde mi día uno en el club y siempre estuvo presente para cualquier cosa que necesitábamos. Es un excelente entrenador y más allá de eso tengo un aprecio especial, porque me formó como jugador y como persona.
Y después lo pongo a Sebastián Torre. El Tigre le ponía dedicación y muchas horas extra que le brindaba al equipo, esa pasión que le ponía no la sentí con casi ninguno. Más allá de que a alguien le guste o no la forma de sentir el básquet, es uno de los mejores en el sentido de que te hace vivir el deporte de una forma diferente.
Para concluir y saliendo un poco de lo deportivo, ¿Qué sentís en lo personal con que mañana van a ser 400 partidos en la categoría?
Uno no está pensando en cuantos partidos va o cuantos le queda, y por eso me sorprendió la cifra. Pero ahí empezas a ver todo lo que viviste y pensar en toda la gente que pasó. Con cuantos jugadores compartiste, que te hacen ver que la vida del deportista es pasajera y que hay que vivirla de esa manera. Uno no sabe cuanto le queda como jugador y por eso yo trato de disfrutarlo. Al final, todo lo que te queda es lo que está más allá de los partidos, las anécdotas, los buenos y malos momentos, lo vivido y las amistades. Eso es lo más lindo.
Ser competitivo en casi todas las temporadas que jugamos es algo que se hace más difícil año tras año. Y por eso también estoy orgulloso de lo que ha formado el club, con lo bueno y lo malo, y estoy muy orgulloso de haber sido parte.
El partido número 400 será contra Bancario de Gualeguay en el Juan José Garro este viernes 12 de abril a las 21:30 hs. El mismo corresponde a la fecha 7 de la Zona A de la Conferencia Litoral.
Fuente: Prensa Regatas de Concepción de Uruguay.