Superó en forma inobjetable a un disminuido Racing, que le dio batalla todo el juego y se fue ovacionado. Fue 84-91 en Olavarría para barrer la serie por 2-0.

Sin su capitán Ariel Weisbeck (dedos fisurados), con el goleador Gianluca Nolasco resentido de su desgarro en el aductor y con el estratega y anotador Nicolás Lorenzo en las antípodas de su rendimiento habitual, el chaira dependió casi exclusivamente de lo que le podía dar su jugador franquicia, Martín Delgado. River le opuso la jerarquía y experiencia de Maximiliano Pellegrino, Genaro Lorio y Martín Trimboli, más el resto en alta intensidad, para desbaratar todo esquema que le podía proponer Matías Orlando.

Tras un primer cuarto extremadamente parejo, en los guarismos y en el juego, empezó la lenta tarea erosiva de los de la banda roja, de la mano de Bonfigli (anotó sus doce puntos del primer tiempo en el segundo cuarto), más 7 de Pellegrino, para un parcial de 26-23, que le daba al huésped la primera ventaja. Racing era 15 de Delgado y 10 de Nolasco (las armas ofensivas por excelencia de todo el torneo), y 7 de Juan Cruz Ramayo, en saludable aparición, tomando protagonismo y encarando el aro con decisión, para cumplir con la difícil tarea de sustituir a Weisbeck.

Tras el muy buen comienzo en el primer juego, Racing no pudo volver a repetir esa producción, River se lo hizo saber con ajustes en los lugares álgidos, como inmovilizar a Delgado cerca del aro, duplicando o triplicando el control sobre el jugador más alto y determinante de la estrellita.

En el tercero Ríver, con un parcial de 26-20 sacó nueve de diferencia en el saldo global. Fue efectivo y eficiente en el dispositivo defensivo y punzante y letal en cada escalada ofensiva, encabezadas por el base Lorusso, quien con 9 puntos fue el máximo anotador del parcial. Orlando agotó los sustitutos y no le encontró la vuelta y la pelota pesaba cada vez más en jóvenes que no llegan a los 20 años: así el funcionamiento ofensivo se hizo muy predecible y fácil de controlar para su oponente.

Solo Delgado, anotando y obligando a la infracción (recibió 7 en el juego) y la versatilidad de Ramayo, lo dejaban con vida casi hasta el final al equipo olavarriense. Para rematarlo apareció el juninense Genaro Lorio con 9 puntos (3 de 3 en triples) en el momento crucial, cuando el local en su agonía, todavía resistía, regando el rectángulo de entrega y coraje.

Lo ganó Ríver por ser claramente superior en los 80 minutos, con el plus de jerarquía que le dan Pellegrino, Lorio y Trímboli, la intensidad de Lorusso y la terrible potencia física de Felipe Bonfigli. Para Racing el final de ciclo no es el final de una ilusión. Tras ser campeón provincial y lograr el ascenso en diciembre pasado, hay muchas ganas de seguir superándose y es ese público fiel que le da alto crédito y tremendo respaldo.

SÍNTESIS
Racing (84): Nicolás Lorenzo (x), Gianluca Nolasco 11, Juan Cruz Ramayo 18, Mateo Castagno 8, Martín Delgado 28 (FI) Sebastián Dupín 10 (x), Gonzalo Alonso 2, Santiago Aman 5, Federico Vázquez, Hernán Romero, Iván Leal 2, Tomás Mondini. DT Matías Orlando.

Ríver Plate (91): Joaquín Lorusso 19, Maximiliano Pellegrino 14, Tomás Gómez Colloca 2, Felipe Bonfigli 16, Germán Fernández 13 (FI) Martín Trimboli 12, Genaro Lorio 15, Diego Gruman, Ignacio Mansilla. DT Daniel Alejandro Rau.

Parciales: 19-19, 42-45, 62-71.
Gimnasio: Parque Olavarría.
Árbitros: Sebastián Arcas (Bahía Blanca) – Marjorie Stuardo (Punta Alta).
Comisionado Técnico: Sergio Martín Fierro (Tandil).

Fuente: Prensa Racing de Olavarría