Leo Tubío, dirigente de Wilde Sporting, nos contó cómo vivió el histórico ascenso del club al Torneo Federal, qué le falta a la Institución para seguir creciendo y cómo lo vive la familia de Wilde.
Leo Tubío es un fiel reflejo de un tipo de club de barrio. Ese que hora o día que vayas, él está. Colaborando, dialogando con padres, aconsejando a los niños o hablando con los jugadores. Es de esas personas que toda institución necesita y que no todos la tienen.
Es por eso que él mejor que nadie nos puede contar cómo se llegó al histórico ascenso al Torneo Federal y cómo se vive desde adentro este presente de la institución del sur. “Tuvimos dos veces la oportunidad de jugar el Prefederal. En la segunda conseguimos los fondos, aportes de gente particular y empresas y lo pudimos jugar. Se llegó al a final y se ganó. Nos vimos inmersos en esta situación hermosa pero complicada, pero después de tanto movernos conseguimos aporte del municipio de Avellaneda, de empresas y de gente particular se terminó jugando. Desde el almacén de barrios hasta empresas nos dan una mano”, fueron sus primeras palabras.
Tras preguntarle por qué tanto entusiasmo en jugarlo sabiendo que las condiciones económicas no eran las mejores, Tubio contestó: “Es una oportunidad única. El club nunca había llegado a jugar un Torneo Nacional. Y el amor al club de te hace laburar para esto”. “Al no haber hecho todo en tiempo y forma nos hizo retrasar en la parte económica y nos complicó con la parte de refuerzos. Si bien los refuerzos los elegimos, también hubiese sido bueno que algunos chicos que estuvieron en el torneo anterior se queden. Sin embargo creo que estamos para competir”, añadió.
Por su parte, el dirigente y ex jugador del club, no sólo se conforma con esta actualidad sino que piensa a futuro. “Esto va a ser un aporte importante en la cantera. Van a venir chicos nuevos y chicos que antes se iban no van a estar pensando en irse. Van a querer volver chicos que se fueron. Eso te de otro nivel. Y vamos a tener una buena camada de chicos”, expresó, y como objetivo planteó: “La idea es seguir armando grupos de trabajo de cada categoría. Por la cantidad de chicos que tenemos creo que vamos a armar una doble tira en el masculino.
Finalmente, “Leo” (como se lo conoce el mundo del básquet) nos contó cómo lo viven los chicos del club y revivió los dos momentos históricos de Sporting: la final contra Sarmiento y el debut en el Torneo Federal ante Porteño: “Los chicos ven el crecimiento y están enganchados. Mi hijo (Nico) tiene la guirnalda con la foto de todos los jugadores abrazados el día que salieron campeones. Antes venían casi obligados a ver los partidos y ahora están expectantes para ver cuándo jugamos. El día de la final tenía nervios. Después de haber ganado estuve 3 días que ni pude hablar por teléfono, ni contestar mensajes. Cada mensaje de felicitaciones que me llegaba me largaba a llorar solo. Fueron 3 meses intensos de trabajo y después la felicidad de ganar el torneo”, expresó Tubio, y sobre el debut en el Federal cerró: “El día del debut fue un día de ansiedad y nervios pero sobre todo de felicidad. Cuando uno trabaja y logra las cosas, da felicidad. Si bien lleva un montón de tiempo, a la larga te hace feliz. Lo hago más contento que mi laburo diario”.
Fuente: Prensa Wilde Sporting