Patricio Garino, referente indiscutido de la nueva Selección, reconoce que todavía le duele la derrota con Estados Unidos de la final (fue un golpe muy duro al corazón), pero que el balance general debe ser positivo. Dimos un paso al frente como equipo en nuestro primer torneo sin un representante de la Generación Dorada, asegura. Como siempre, análisis profundo, limpio y sincero para el marplatense en esta nueva entrega de La entrevista de la semana. 

-¿Qué sensación te dejó la actuación de la Selección en la AmeriCup?

-Después de que pasaron unos días, las sensaciones son muy positivas por todo lo que pudimos hacer con el equipo. Todavía queda el sabor amargo de no haber podido lograr la victoria en el último partido, pero estamos tranquilos de que dejamos todo en la cancha y dimos todo como grupo. Nos encontramos muy bien, y es algo muy positivo para el futuro. Hay que dejar las malas sensaciones de lado y aprender de esta experiencia. Tenemos un futuro muy lindo.

-¿Cuánto duele haber perdido la final contra Estados Unidos de la manera en que se dio?

-Duele mucho por cómo se dio esa situación de estar ganando por 20. Fue un golpe muy duro al corazón. Habíamos empezado haciendo un trabajo impecable, y se nos derrumbó todo en los últimos minutos. Es algo muy feo y te queda esa sensación amarga que parece que no se va a ir pronto. Siempre vamos a terminar jugando con eso como una motivación.

-¿Qué les faltó para cerrar el partido?

-Creo que nos faltó un poco más de experiencia. Ninguno había estado en la situación de cerrar una final en casa, contra Estados Unidos y en un partido que teníamos casi liquidado. Se nos fue de las manos y por varios factores que se nos vinieron a la cabeza y no nos dejaron pensar bien el partido. En el momento en que teníamos que estar tranquilos, cuando ellos estaban remontando, no pudimos controlar la ansiedad y pensábamos que teníamos que frenarlos a toda costa con jugadas que no eran nuestra característica. Pero bueno, son cosas que nos darán experiencia y en un futuro, con más tranquilidad, no nos va a volver a pasar.

-Más allá de ese mal gusto, imagino que el balance general del proceso es muy positivo, ¿no?

-Sin dudas. A pesar de nuestra corta edad y la falta de experiencia en general del grupo, logramos hacer un torneo muy bueno, con cuatro partidos excelentes, y medio más también en el mismo tono. Dimos un paso al frente como equipo en nuestro primer torneo sin un representante de la Generación Dorada. Esa etapa ya quedó atrás y ahora empezamos nosotros. Ya comenzamos a escribir nuestra propia historia y marcamos un buen inicio, dejando la vara alta para saber que en el futuro se puede competir contra buenos equipos. Sabemos que queda mucho por mejorar, pero fue un proceso increíble para todos.

-¿Qué es lo que más rescatás de las cosas buenas que se dieron?

-La química del grupo. Rescato también cómo empezamos a crear nuestra propia esencia e imagen como equipo: con muchas ganas, agresividad, energía. Esa juventud la tenemos que aprovechar, y encontrarnos de tan buena manera adentro de la cancha fue un gran paso hacia adelante.

-¿Cómo te sentiste desde lo personal? Fuiste uno de los más regulares del equipo.

-Me sentí mucho mejor de lo que pensaba. A pesar de que estuve lesionado en gran parte de la preparación y de los nervios de empezar a jugar con pocos entrenamientos encima, me sentí muy cómodo adentro de la cancha, me adapté rápido al ritmo de juego y encontré el rol sin problemas. Personalmente me quedé muy conforme. Siempre me voy a reprochar el hecho de no haber podido jugar un poco más en la final, pero pensándolo en frío y por lo que pude entrenar, lo que hice fue mucho más de lo que pensaba.

-¿Sentís que diste un paso al frente en eso de ser uno de los líderes de la renovación?

-Seguro. Esto fue una reafirmación para mí, el hecho de saber que puedo estar al frente del grupo con varios de los chicos. Y me hace sentir bien, por poder aportar en otros sentidos. Es lo que quiero darle al equipo. Tampoco voy a ser yo solo, sino que seremos varios los que estaremos al frente. Ser parte de ese grupo es un honor y una alegría.

Leandro Fernández

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