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“Lo que ha hecho esta camada hasta ahora ha sido espectacular”

Viernes, 25 de Mayo de 2018 / Publicado en La entrevista de la semana
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Sergio Hernández y una charla a fondo en “La entrevista de la semana”.

Analítico y sincero como siempre, el entrenador de la Selección se mete de lleno en las próximas ventanas de Eliminatorias, habla sobre el presente del equipo, puntualiza sobre nombres propios, destaca el valor de la generación de jóvenes que está creciendo en el equipo y se mete en su actualidad personal.

-Si bien estás todo el tiempo atento y consumiendo básquet, ¿cómo se te vienen haciendo estas esperas entre ventanas?

-Yo hice casi 27 años consecutivos de Liga Nacional, y se sabe cómo es la Liga. Varios de esos años los hice part-time, combinando dos cosas y encima coincidiendo con años donde con mi equipo llegaba a la final, entonces salía de esa final y entraba a la concentración de la Selección, y lo mismo pasaba al revés, que volvía de un torneo internacional y salía de ahí al club. Eso era demasiado, y ahora a veces es demasiado tiempo sin dirigir. Una cosa es ver básquet, analizar, viajar y ver, y otra cosa es dirigir. Todo tiene sus pro y contras. Esto me agarra en una etapa donde puedo darme ese lujo. Este formato full-time me pasó en la primera etapa en la Selección y era como que me agobiaba demasiado. Jugué una cantidad de partidos, ligas y torneos internacionales seguidos que hacen que no termine de perder el ritmo. Pero bueno, es cierto que si no existiera el formato de ventanas, para mí el ideal es el part-time, así eran la mayoría de los países del mundo, porque el entrenador es como el jugador, entonces necesita entrenar. Pero la realidad es que no se me hizo muy largo entre una ventana y otra. Lo llevo bien.

-Este tiempo fuera de esa “locura” o rutina de part-time, ¿te dio tiempo para vos mismo desde lo personal, para descubrir otras cosas?

-Sí, yo soy bastante reflexivo. Lo que yo no sé hacer y no hice nunca es mirar mucho hacia atrás, pero sí sé estar atento a lo que va a venir o está pasando, tanto en mi vida personal como en mi laburo. Entonces esto me ha dado tiempo para analizar un poco más algunas cosas que las urgencias no me dejaban ver. Durante muchos años, no recordaba un día levantándome a la mañana sin pensar que tenía que ganar a la noche. Es una sensación que tenés en el cuerpo que quizás sólo puede entender un estudiante el día de una examen, porque sabés que algo va a pasar ese día. Para los que estamos en un deporte de alta competencia eso es diario, y llega un momento en que eso te estresa mucho, no te permite ser tan reflexivo o pensante, sino que hay una urgencia a solucionar ese día. Esta etapa te permite analizar más las cosas trascendentes y no tan urgentes.

-Entonces de cierta manera pudiste disfrutar con otra mirada lo que consiguió tu hijo Lautaro en Comunicaciones, ¿no?

-Sí. Tengo gemelos que el mes que viene cumplen 24 años y los dos se dedican a esto. Estoy atento a los que les pasa pero sin invadir, no me meto en nada y casi ni los voy a ver, porque lo hago desde que jugaban. Primero, porque me pongo bastante nervioso. Y segundo que, las pocas veces que los fui a ver jugar cuando eran chicos, terminaba sacándome fotos con los padres, con chicos, y me parecía que invadía un momento de ellos que no debía empañar. Entonces me acostumbré a no meterme en su carrera como jugador o entrenador. Pero sí que estoy atento y me ponen muy orgulloso. Lo de Lautaro quizás fue más visible, porque llegó a la final de la Liga de Desarrollo, en un club nuevo y que no tenía esa expectativa de candidato como Comunicaciones. Ver cómo empiezo a hablar de igual a igual está bueno, e incluso hay información que ellos tienen que yo no y me sirven de consulta. Este tiempo también me sirvió para contemplarlos a ellos sin la locura del día a día, que a veces no te permite mirar más allá de tu ombligo.

-Se vienen ventanas importantes con la Selección, porque una cierra una fase y la otra la abre, y recuperás a los jugadores de Euroliga, que son pilares de esto de desarrollar a la nueva camada. ¿Qué te genera eso?
-Está claro que fuimos un país afectado por eso, pero también reconozco que no fuimos el más afectado. Sino parece que estamos llorando una situación especial, y es algo que se le dio a todos. Uruguay, por ejemplo, jugó sin Jayson Granger. Es una parte de las ventanas que complica a todos. Pero bueno, está claro que nosotros somos un equipo diferente con la presencia de Campazzo y Garino, que se han convertido en jugadores que le dan una solidez a la Selección que es difícil de encontrar sin ellos. Esto, al mismo tiempo, no es excusa de la derrota contra Uruguay, que podía haberse dado incluso con ellos en cancha. Cuando jugamos la AmeriCup, se nos lesionó Scola, el único referente de la camada anterior, y así y todo jugamos en un altísimo nivel y llegamos a la final contra Estados Unidos, que no la ganamos porque nos sorprendimos de nuestro dominio de cierta manera y cambiamos la forma de jugar. Pero en esa AmeriCup, sin Scola y con toda una camada nueva, jugamos a un altísimo nivel sin una pieza de donde nos apoyamos muchísimo.

-Hace rato que se habla de la nueva camada. ¿En qué momento de desarrollo está? Porque si bien es poco tiempo, hay un grupo que lleva rodando tres años ya.
-Lo que ha hecho esta camada hasta ahora ha sido espectacular. Es importante que quede claro que esta camada viene desde los Panamericanos de Toronto 2015, y es la base del equipo que nos llevó a los Juegos Olímpicos, jugando otro torneo increíble como fue el Preolímpico de México 2015. Ahí estaban Nocioni y Scola, pero lo que jugó la camada nueva, considerando a Campazzo y Laprovittola un poco en el medio, fue espectacular. Hasta ahora, es una camada de la que solo se puede hablar bien. Lo que pasa es que medimos todo con la medalla de oro de hace 14 años, y es como que nada nos conforma. En México 2015, más allá de perder la final después de un enorme esfuerzo en la semifinal contra México, fuimos el mejor equipo del torneo y con diferencia. Esa base también fue protagonista en Río 2016, donde Argentina también hizo un buen torneo más allá de la posición final. Los jóvenes están haciendo más de lo que nosotros imaginábamos. Sí, ahora en la última ventana nos tocó perder un partido con Uruguay, y empezó como una gran duda. Pero insisto, y lo digo como hombre de básquet, más allá de ser el entrenador. Lo que lleva haciendo esta camada es muy bueno. ¿Para qué está? Es algo que habrá que ratificar todos los días, porque los jóvenes pasan por muchos momentos.

-Te paso a hablar de nombres propios. Ya has dicho muchas veces que de Campazzo no te sorprende nada, pero ¿qué significa este segundo título de Euroliga y, sobre todo, su nivel y en el contexto en que lo consiguió?
-A Campazzo lo conozco desde muy chico, cuando me lo subieron a Peñarol a los 15 años sin saber bien quién era. Y desde ese momento empezó a dar un salto todos los días. Todo lo que parecía que no iba a poder hacer, lo logró. Se decía que lo condicionaba la altura, su manera de jugar, esto, lo otro. Siempre superó todo. Si yo le tuviera que dar un premio a la persona de mayor progreso en los últimos siete u ocho años, más allá de como jugador, es para Campazzo. Facu cambió su cultura, su nivel intelectual en general y más allá de lo basquetbolístico, cambió su cuerpo… Y todo lo hizo para ser mejor persona y jugador. Estaba la duda de si podría jugar en el mejor nivel europeo y dejó en claro que puede. Creo que ya no hay más prejuicios sobre él, está claro que nadie duda de lo que puede hacer. Y ahora viene el desafío de seguir haciéndole. Mostró que podía jugar con su altura, que tenía un básquet diferente, que podía manejar otros tiempos, que podía dirigir un equipo, que podía jugar y ser clave en el equipo más importante del mundo FIBA y en la Euroliga. Ahora debe aprender a convivir con eso y seguro es su próximo desafío. Y seguro lo va a lograr. Te doy un ejemplo. Cuando era chico, yo le decía que debía ser más ordenado con su vida, porque lo que fuera adentro iba a ser adentro de la cancha. Se lo decía para motivarlo y porque es una verdad. Y ahora cuando lo fui a ver a España, él me recomendó dos libros que tienen que ver con eso, “Cerebro de pan”, que habla de alimentación, y “La magia del orden”, que se trata de herramientas para ordenar tu casa y tu vida. Fijate, como unos años después, no sólo me dice que está mejor sino que él me dice a mí cómo hacerlo. Los jugadores del Madrid le consultan a él sobre dietas y cuidados. Hablar de Facundo es hacerlo de alguien que se supera todos los días en todos los rubros.

-Hubo varios saltos esta temporada de chicos hacia Europa, como Luca Vildoza, Patricio Garino, Lucio Redivo, Nico Brussino… ¿Cómo viste su desarrollo allí?

-Son todos chicos que dieron el paso a Europa en el momento justo. Algunos piensan que con estas cosas se subestima a la Liga Nacional. No es así. La Liga es una de las mejores del mundo, no hay vueltas que darle. Y es la mejor para desarrollarse en América, acá se compite al 200%, con un nivel académico muy superior a otros países. Pero hay momentos de tu carrera donde tenés que hacer el posgrado. La Liga Nacional sería como la universidad, pero te falta el posgrado y se hace en Europa, no hay vueltas que darle. Cuando vos subís el techo, el jugador eleva su nivel, si es que le da el cuero. Hay jugadores que no lo podrán hacer. Pero cuando subís su techo, ellos suben. Es lo que le está pasando a ellos, también a Marcos (Delía), quien está hace unos años allá. Nico Brussino quizás no pudo encontrar su lugar, pero también le pasó a Laprovittola en su momento, y ahora se hizo dueño de un equipo como Joventut. Y es tan o más difícil hacer ganar a un equipo para salvarse del descenso que ser campeón de una Liga. Y lo hizo, siendo figura excluyente. Y la había pasado mal algunas veces.

-Incluso, quizás, la pasó un tanto mal con la Selección, recibiendo algunas críticas del ambiente y de la gente, siempre tomando con pinzas lo que se puede generar en redes sociales con las opiniones. ¿Cómo lo analizás?
-Estamos en una época en la que hay que aprender a vivir con esto de las redes sociales. Antes, nosotros teníamos que soportar sólamente a los periodistas, que eran pocos. Hoy, las 24 horas del día tenés a cualquiera opinando, y hay que aprender a vivir con esas cosas. No digo que no haya que leerlas o consumirlas. De hecho, yo tengo Twitter e Instagram y me llegan mensajes, incluso pidiendo que deje la Selección. También está el que te dice que sos el número 1 y que no me tengo que ir nunca. No creo ni uno ni el otro. Las redes sociales son un tema para estudiar, no es para subestimar y es algo con lo que debemos aprender a vivir, sobre todo los que hacemos algo público. Sería grave dejarse llevar por ello, aunque entiendo que es difícil alejarse o aislarte de lo que se pueda decir, sobre todo para la generación que nació con este mundo. Es un fenómeno social con el que hay que vivir, y la mayoría estamos pendientes de eso. Hay que aprender a navegarlo porque sino te volvés loco. Pero bueno, acá estamos hablando de Laprovittola, quien no tiene mucho por demostrar. Es un gran jugador de básquet a nivel internacional y punto, no se puede dudar que hablamos de un jugador de gran nivel. Jugó en los mejores equipos del mundo, en la NBA, en Europa, fue ídolo máximo del Flamengo…

-Un último nombre propio… ¿Cómo está Scola?

-El capitán está pesado como siempre (risas). Se está entrenando como siempre. Y, si bien es una gestión de CABB, él tiene mucho que ver en el armado de una especie de centro de entrenamiento en el Cenard, que se comprometió entre junio y septiempre para que tengamos un prolongado tiempo diario de exclusividad, para que hasta bastante tiempo antes de la concentración oficial, que es el 18 de junio, eso esté armado para que los jugadores que estén en el radar de la Selección Argentina puedan usarlo para trabajar, aún sin saber si van a ser citados o no. Todo eso es gestión de Luis. Lo vamos haciendo juntos, pero él es alguien absolutamente comprometido con la salud de la Selección, con el que los jóvenes tienen que seguir desarrollándose más allá de su competencia habitual, siempre trata de inculcar hábitos que a él le dieron resultados en su carrera. No sólo es bueno cuando está adentro de la cancha, sino que es clave en esta etapa de transición de una generación a la otra. Es un fuera de serie.

-¿Qué significa el hecho de recuperar el tiempo de trabajo? Porque vas a tener la chance de hacer concentraciones y trabajar con el grupo ahora. Por ejemplo, en la primera ventana tenés diez días para trabajar desde el inicio, el 18, hasta el partido del 28 contra Panamá.

-Sí, sin dudas que es bueno. Nosotros somos un país que lo necesitamos al entrenamiento para conseguir una identidad y desarrollar un poco la ciencia del juego. Entonces te remarco lo importante de eso de Luis, que es algo que nace casi como una propuesta de él, no me avergüenza decirlo. Es el hecho de poder tener un lugar como centro de entrenamiento antes y después de las ventanas, para que los jugadores lo puedan seguir usando. Hoy la Selección necesita abrir un poco el campo, y si bien quizás llamo a 15 para la concentración de la primera ventana, también es importante que otros jugadores dentro del radar del equipo tengan la experiencia de trabajar en el contexto de la Selección. Esto de tener el centro exclusivo de básquet desde el 1º de junio hasta mitad de septiembre, que terminan las ventanas, más allá de que las fechas oficiales de concentraciones, está buenísimo. Me parece acertado. Se puede escuchar que hay jugadores entrenando, pero es algo de ellos. La CABB y el Cenard les da las herramientas para poder hacerlo, aunque el inicio oficial será el 18 de junio.

-En esto de pensar en la salud y el futuro del básquet argentino y la Selección, ¿qué te genera que varios chicos tengan apariciones en campus importantes o haya otros que llegan a contextos como la NCAA, todo yendo de la mano de un trabajo fuerte y una idea clara en cuanto a formación que busca la CABB?

-Me pone muy feliz. Hace años que la Confederación, en lo que es selecciones y programas de desarrollo, ha dado un salto de calidad importante. La detección de talentos, los planes de altura, los campus de tecnificación… Son todos aspectos clave que se hicieron entender en este tiempo. Y Francisco Caffaro, por ejemplo, es un producto de ellos. Él estaba en un club pequeño del Interior, fue detectado por estos planes y terminó de saltar al mundo por la Selección. Todo este tema es muy importante y se está haciendo un gran trabajo. Los clubes también lo hacen, son responsables de lo que pasa. Hay muchos clubes desconocidos que trabajan muy bien y son importantes en el tema de desarrollo, como lo son los entrenadores, como lo es ENEBA. El básquet tiene una estructura muy superior a la que muchos creen, y no hay nada producto de la casualidad. La estructura de básquet que veo en nuestro país, no la veo en ningún otro lado del mundo. Debemos mejorar algunas cosas, pulirlas, a veces lo económico y la estructura no te lo permiten. Son un montón de cosas, incluso en una preparación más integral y fuera de básquet, como mantener al joven en el colegio en el punto más crítico de su formación. Son cosas a mejorar, pero nuestra estructura es realmente de excelencia.

Leandro Fernández
@FernandezLea
[email protected]
@cabboficial

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