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Me gustaría hacer del básquet un trabajo

Jueves, 11 de Febrero de 2016 / Publicado en La entrevista de la semana, Formativas
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Presentamos una nueva edición de La entrevista de la semana, esta vez con Juan De la Fuente, escolta de 15 años y pieza clave de la Selección U16 que participó de la gira por Serbia y Turquía. Su visión de la experiencia por Europa, la relación con papá Esteban, sus inicios y las metas a futuro.
La camada 2000 despierta la ilusión de muchos en el básquet argentino, y Juan De la Fuente es una de las piezas más destacadas de ese prometedor grupo. El escolta de 15 años y 1.94 metro viene de demostrar sus condiciones durante la exitosa gira que realizó la Selección U16 por Serbia y Turquía, donde se midió con rivales poderosos que le permitió sumar valiosa experiencia pensando en el futuro. Allí, en el TBF U16 International Tournament de Turquía, Juane promedió 18 puntos y exhibió su gran poder ofensivo, una de sus principales virtudes.

El joven jugador es el protagonista de una nueva edición de La entrevista de la semana, donde repasa el viaje argentino por el Viejo Continente y habla sobre sus inicios, los deseos para su carrera y la relación con papá Esteban, un referente de la Selección y la Liga Nacional.

-¿Qué sensaciones te dejó esta gira por Europa?
Fue una experiencia única el hecho de poder viajar a Europa con un grupo prácticamente nuevo, ya que la mayoría de nosotros no se conocía. Desde el lado humano fue bárbaro, y desde el juego tuvimos un proceso muy bueno, evolucionamos en cada aspecto desde el primer al último partido, y eso siempre es para destacar.

-¿Qué viste en el torneo, con qué nivel te encontraste en esos equipos europeos poderosos?
-La verdad es que sorprende mucho sus diferentes filosofías para hacer las cosas. Tienen otros estilos de juego y la primera vez que jugás es bastante impactante. A nosotros en los primeros partidos contra Serbia nos pasaron por arriba por más que dejábamos todo. Es un estilo de juego muy diferente y tuvimos que tratar de llevarlos a nuestra manera, porque si los dejás que se sientan cómodos estás al horno.

-Bueno, pero de cierta manera terminaron adaptándose, porque en el torneo en Turquía lograron grandes triunfos e incluso jugaron de igual a igual cuando les tocó perder.
-Sí, sin dudas. En el último partido que jugamos contra Serbia y en la semifinal contra Lituania, perdimos pero jugamos de igual a igual contra ellos hasta que nos dio el tanque de nafta. En el final se notaba la diferencia de físico, y ellos te castigan ante cada error, ya sea físico o táctico. En esos cierres el físico no daba más y la cabeza estaba fundida, y ahí fue cuando nos sacaron la diferencia.

-De todas maneras y más allá de que siempre se quiere ganar cuando se entra a una cancha, imagino que los resultados fueron lo último que fueron a buscar, tanto ustedes como el cuerpo técnico…
-Sí, obvio. Uranga siempre nos dijo que el resultado era sólo una parte de todo, él quería ver una evolución día a día. Y eso se notó siempre. Cuando mejorás día a día, el resultado viene solo.

-¿Individualmente cómo te viste? La verdad es que tu rendimiento fue más que bueno, fuiste una de las figuras e incluso te destacaban en varios artículos internacionales…
-Yo no me siento como destacado. Fue algo que tuvo que ver con la tarea de cada uno en el equipo. Tanto yo como otros chicos del perímetro teníamos un rol anotador. Si se daba tener un buen partido, está bueno para sumar confianza. Pero no busco salir en todos lados, no me atrae. Está bueno que te destaquen, pero si empiezo a pensar que porque me destaquen como figura tengo que ser más u otra cosa mejor, estoy al horno. Esto se trata de un equipo.

-¿Cómo te definirías como jugador, qué te gusta hacer?
-Soy un escolta al que le gusta mucho el aro, bastante (risas). Siempre trato de hacer lo mejor para el equipo en cuanto a la ofensiva, pero no es que tiro todas porque me gusta el aro. Después, en defensa estoy bien cuando me siento confiado de la cabeza, porque soy de quemarme bastante.

-Y si bien está claro que la maduración viene con los años, ¿cómo hacés para trabajar esas lagunas mentales?
-Trato de apoyarme en los compañeros, que me ayudan siempre. Que te alienten siempre ayuda para sacarte adelante.

-¿Qué aprendieron en este viaje, tanto en el torneo como desde lo humano? Imagino que este tipo de experiencia es clave para ir formando química en un grupo nuevo y que va a trabajar juntos por varios años.
-Lo que más te enseña esto es que solo no vas a hacer nada. Nos fuimos a la otra parte del mundo a jugar este torneo y estábamos solos, no había nadie más. Entonces uno siempre tiene que apoyarse en los compañeros. Tener una buena relación es muy importante, porque si no te llevás bien estás jodido.

-¿Cómo ves a tu camada, que muchos la marcan como muy prometedora?
-La verdad es que la veo muy buena. Hay altura, talento y madurez, y eso siempre se destaca.

-¿Qué se siente al vestir la camiseta de la Selección Argentina en un torneo internacional?
-Es algo único, lo querés vivir todos los días. Si ya ponérsela de chiquito cuando te la regalan tus papás es algo lindo, hacerlo en un torneo por mérito propio, por lo que vas haciendo todos los días, es una de las cosas más lindas que hay en el mundo.

-Imagino que a vos el básquet te llegó por herencia, tu papá tuvo mucho que ver con lo que vos hacés ahora…
-Sí, claro. Siempre estuvo ahí, desde que yo era chiquito. Iba a ver sus prácticas, los partidos. Estaba siempre al borde de que me sacaran de los entrenamientos por querer tirar todo el tiempo al aro (risas). Eso siempre incentiva, tener un referente tan cercano es una ventaja. El me pudo dirigir cuando estuve en Once Unidos, y ahora va a ver la mayoría de mis partidos en Quilmes. Siempre trata de tirarme algún consejo.

-¿Cómo es eso de tener un padre referente para el básquet, tanto vos como Francisco Farabello y Tomás Wolkowyski?
-A veces hacemos alguna broma, pero no nos vemos superiores a nadie por tener nuestro apellido. Y tampoco es una carga. Ninguno está presionado porque nunca nos pusieron presión.

-¿Creciste admirando a alguien, algún espejo donde mirarte?
-La primera imagen que tengo es la de mi papá, pero a medida que fui creciendo, Carlos Delfino fue siempre el mejor espejo. Siento que tengo un estilo parecido a él, me siento identificado.

-¿Qué querés para tu carrera?
-Me gustaría poder llegar a hacer de esto un trabajo. Poder vivir de jugar al básquet. Como sueños, llegar a la Liga ACB o la NBA están ahí. Pero ahora pienso en la Liga Nacional, me gustaría ganarme mi lugar en estos años. Y por supuesto que la Selección está por encima de todo.

Foto: Marcelo Figueras

Leandro Fernández
En Twitter: @FernandezLea
Mail: [email protected]
Twitter: @cabboficial

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