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Un entrenador sin sueños de mejoría, a la larga se estanca

Martes, 10 de Enero de 2017 / Publicado en La entrevista de la semana
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En La entrevista de la semana presentamos una charla con Hernán Laginestra, técnico y pieza clave del enorme presente de Estudiantes de Concordia, la gran revelación de la Liga Nacional. Las claves del equipo, los motivos para mantenerse en el cargo durante seis temporadas, su visión como entrenador y desafíos futuros.

-Imagino que la clasificación al Súper 4 fue algo muy importante para ustedes y que no estaba entre los objetivos a principios de temporada.
-Claro, no era algo que se había planteado la institución a principios de temporada. Cuando la bola empezó a rodar, nosotros nos sentimos cómodos. Renovar a varios jugadores de la temporada anterior nos dio un plus para empezar el año un escalón más arriba y lo supimos aprovechar. Pusimos fuerte nuestra localía, donde sólo perdimos un partido, y eso hizo que nos diera un estado de confianza pleno, empezando a creer que también podíamos ganar algunos partidos en la ruta. Lo hicimos, y la sumatoria desembocó en ganar la cantidad necesaria para entrar al evento. Lo disfrutamos, y fue un desafío de muy alto nivel.

-Algunos dicen que es sorpresa, otros revelación, también ratificación. ¿Cómo analizás la realidad de Estudiantes, tanto en el presente como en los últimos años?
-Somos un equipo duro, que conoce bien su repertorio, sus fortalezas y debilidades, que trabaja conscientemente en cada práctica para mejorar, que se cuida mucho y no tiene excesos ni noche. Somos un equipo muy responsable y con jugadores con gran mentalidad. Pudimos armar este combo que nos permitió tener química y desarrollar un buen juego en conjunto. Creo que esa es la clave de Estudiantes.

-El éxito no es de ahora. ¿Cómo fuiste edificando el proceso hasta llegar a este presente?
-Acerté con muchas decisiones que tuve en relación a fichaje de jugadores nacionales y extranjeros. Alguna que otra también nos hemos equivocado, más que nada con extranjeros. Pero en definitiva estamos muy conformes por cómo nos representan los jugadores adentro de la cancha. No haber roto la estructura del año pasado y acertar con otros que llegaron hizo que todo se fuera dando para que estemos en este lugar. Lo aprovechamos y lo disfrutamos.

-¿La realidad actual les modificó objetivos para el resto del año? Porque a veces tener éxito te mueve un poco las cosas.
-Sí, pero nosotros vamos partido a partido porque sabemos que esto es muy duro y podemos ganar o perder contra cualquiera. Nos tenemos que preparar muy bien física y mentalmente porque todos los partidos son muy duros dentro de una Liga que no te da respiro. Nuestro equipo está bien también en lo cotidiano, en la convivencia, no tenemos grandes problemas ni hay desunión. Al contrario, tiramos todos para el mismo lado. Y es difícil conseguir esa química. Cuando la conseguís, no importa el potencial o presupuesto que tengas, en la cancha se equipara todo.

-Llevás seis temporadas en el mismo club. ¿Cómo se hace para sobrevivir tanto tiempo en un ámbito tan exitista, donde a veces un par de malos resultados te condenan?
-Aprendiendo en el club en donde estás, tomando bien la lectura de las situaciones y conociendo cómo manejarte. Hay que dar lo mejor de sí, mostrar compromiso permanente, hacer jugar bien al equipo. Todos son condimentos que hacen que un entrenador pueda tener vida en un lugar. Yo estuve dos años en el TNA y ahora son cuatro de Liga Nacional, y fuimos mejorando al equipo y la performance dentro del torneo. Siempre tuvimos altibajos, como todos, pero en definitiva las temporadas son buenas.

-Si bien cuando llegás generalmente esperás lo mejor, ¿al principio imaginabas que ibas a perdurar tanto tiempo?
-No, la verdad es que no. Uno llega a un club y no sabe cuánto va a permanecer. Me gustó quedarme y a los dueños les gustó que me quede. Se fue dando todo.

-¿Qué es eso que te gusta para quedarte?
-Me gusta mucho el cuerpo técnico que tengo, de gente muy responsable y que ya son amigos después de tanto tiempo. También me gusta con la simpleza y la cabeza que manejan la actividad los dueños, sin ponernos presión en lo más mínimo. Me gusta la localía, porque Concordia es un lugar que respira básquet y que va mucha gente a la cancha. Y me gustaron siempre los equipos que pudimos armar. Tal vez con menos nombres que los demás, pero con buen juego y química. Estoy cómodo en Concordia. Seis temporadas es mucho, pero en ninguna me sentí mal.

-¿Sos de analizar tu trabajo?
-Creo que todos los entrenadores lo hacen y tratan de mejorar año tras año, buscan soluciones nuevas, también nuevas cuestiones tácticas. Leemos mucho sobre psicología deportiva, cosas que también infieren sobre el rendimiento del jugador que no tienen nada que ver con lo táctico. Los entrenadores estamos tratando todo el día de mejorar y ver cuál es el mejor camino que puede tomar el equipo.

-¿Tu autoanálisis es positivo, no?
-Sí, sino no estaría acá y ya hubiera dado un paso al costado. Seis temporadas es mucho en todo lugar y estoy orgulloso de lo que pasó en Concordia.

-Cuando el medio y, sobre todo, tus colegas elogian lo que construiste en estos seis años de trabajo, ¿qué se siente?
-Es hermoso. Que tus colegas valoren lo que hiciste con el equipo, el esfuerzo de tanto tiempo… En definitiva están valorando la forma de jugar y los resultados. Como dice el dicho, es una caricia al corazón.

-¿Cómo te definirías como entrenador?
-Soy un apasionado del básquet, me gusta mucho lo que hago. Trato de dar lo mejor de mi cada día en las prácticas, en las charlas que tengo con los jugadores. Y trato de buscar un buen clima diario. Esta Liga es tan larga, con tantos desayunos, almuerzos y cenas todos juntos, tantos entrenamientos de doble turno, que si no tenés una buena convivencia grupal se hace cuesta arriba. Proponer un buen clima de trabajo y tener conceptos claros que le lleguen al jugador, sin dudar en ningún momento, es importante para el convencimiento.

-Algo que muchos te destacan es ese ojo para los extranjeros, más allá de que dijiste que a algunos le pifiaste. ¿Cuánto estudiás o seguís para tener esa capacidad?
-Son horas, tanto que me quedan los ojos rojos de ver la computadora hasta la madrugada. Siempre miramos lo que está pasando en las ligas de donde nosotros podemos tomar jugadores. La Liga ACB de España la miramos porque es linda y se juega muy bien, pero no podemos traer jugadores de ahí. En cambio de otras ligas sí. Entonces son horas de estudio. Después está la decisión, el ver el jugador que vos estás necesitando por características para tu equipo, e imaginarlo dentro de tu equipo, en tus sistemas y manera de trabajar. No es nada fácil, pero estamos con ganas de seguir invirtiendo tiempo en esa actividad.

-¿Qué es lo que más destacás de este proceso en Estudiantes?
-Todo lo que tocó vivir. Recuerdo el ascenso, el Súper 8 de Santiago, ahora el Súper 4. Son cosas muy fuertes y que a lo mejor nadie pensaba que íbamos a lograr y son muy importantes. También los partidos perdidos, porque uno se acuerda de todo. Lo cómodo que me sentí en Concordia y lo feliz que me hicieron los equipos que dirigí son dos cosas muy importantes que destacó.

-¿Y las mayores enseñanzas?
-Saber que un trabajo a largo plazo se puede llevar a cabo, mejorando el modelo año a año. Saber que con un buen manejo en lo grupal, uno puede suplir el talento que tienen otros equipos. El entrenador no trabaja las cuatro horas de entrenamiento, dos a la mañana y dos a la tarde. El entrenador trabaja todas las horas que esté despierto en el día, pensando en qué puede aportar para mejorar a su equipo. Eso lo disfruto mucho también.

-¿No se te llega a transformar en obsesión?
-Sí, pero ayuda si tomás tu momento de descanso o para hablar con amigos, o tenés una cena relajada. Yo siento que no estoy cansado, y sin embargo invierto muchas horas en esto. Más o menos lo estoy llevando bien.

-¿Qué hace tan especial al entrenador argentino? Sos parte de esa jerarquía que lo posiciona con enorme prestigio en el resto de los países.
-El conocimiento, la pasión, el profesionalismo… Yo trabajé en la Liga de México y al día siguiente de mi llegada, cuando dije que íbamos a entrenarnos en doble turno, me dijeron ¿Por qué doble turno, qué hicimos?. No habían hecho nada, no era un castigo sino algo para mejorar. Acá el jugador tiene mucho conocimiento también. Los entrenadores están muy preparados, no sólo en la primera división. El básquet en Argentina ha crecido mucho después del oro olímpico, y creo que el conocimiento y la dedicación de la mayoría de los entrenadores está a la vista porque son triunfadores en el mundo entero. A partir de la Generación Dorada empezaron a mirar más para este lado y no tanto a Europa, y los entrenadores argentinos no desperdician su oportunidad cada vez que la tienen, mostrando su valía para las competencias que los contratan.

-¿Cómo ves al básquet argentino en general y a la Selección pensando a futuro?
-Bien. La Liga Nacional es una de las mejores del mundo y no tengo ninguna duda. Cómo se defiende acá, cómo se juegan los balances defensivos, no se juegan en otros lados. La calidad de los scouting de acá no se ve muy seguido en otras ligas. Y eso hace que tengas que mejorar día a día. Con la Selección, si bien será difícil tener otro equipo como el que ganó el oro olímpico, creo que Argentina promueve jóvenes permanentemente. Hay un buen trabajo de los entrenadores que forman jugadores. Y la pasión con la que crecen los chicos viendo el reflejo de los mayores en su equipo, de la manera que entrenan y se sacrifican, es un espejo muy valioso.

-¿Sos de ponerte desafíos o sueños a futuro?
-Todos los tenemos, pensando en dar saltos de calidad en nuestras carreras. Un entrenador que no tiene anhelos o sueños de mejoría, es un entrenador que a la larga se estanca. Y creo que es importante tener sueños factibles de cumplir, y no descabellados que no vas a lograr nunca. Hay que tener los pies sobre la tierra y trabajar día a día para ser mejor.

-¿Cuáles son tus sueños factibles?
-Poner a mi equipo en playoffs en esta temporada, porque el año pasado no lo logramos; demostrar un buen juego de conjunto para que toda la Liga siga viendo que Estudiantes mejora año a año. Y el futuro dirá donde me toca trabajar. Si es acá, en el exterior, siendo parte de un proceso. Uno nunca sabe dónde va a estar en el futuro pero tiene que prepararse para lo mejor. Yo espero seguir consolidándome como entrenador, cometer menos errores que en el pasado y más aciertos en el futuro.

Leandro Fernández
@FernandezLea
[email protected]
@cabboficial

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