Ponemos la lupa en el rival en cuartos, que llega invicto a esta instancia y ya le ganó al Alma en USA. ¿Cómo jugarle a Mills, Ingles y compañía? Diego Vadell, DT de San Martín, analiza sus virtudes y defectos.
Comienza la etapa definitoria en Tokio, con los ocho mejores del certamen enfrentándose a todo o nada en cada partido. Para la Selección, clasificada a cuartos de final por quinto torneo olímpico consecutivo, la mejor noticia es que la fase de grupos ya es historia, y que tiene al alcance la posibilidad de avanzar a semis y acercarse al sueño de una tercera medalla para nuestro básquet.
Para ello, deberá vencer a Australia, rival que llega invicto a esta instancia tras superar a Nigeria, Italia y Alemania en el grupo B. Los oceánicos llegan tal vez como favoritos al encuentro, tanto por sus individualidades como por rendimiento colectivo. Sin embargo, hace tres semanas, sufrieron de más para ganarle a la albiceleste en Las Vegas, en un juego de preparación. El triple de Patty Mills sobre el final marcó la diferencia entre dos selecciones con algunas similitudes en su juego, pese a que llegan en realidades diferentes al duelo de cuartos.
Consultado por Prensa CAB, Diego Vadell, entrenador de San Martín de Corrientes, quien colabora actualmente con Básquet Plus, describe a los Boomers de la siguiente manera.
“Son un equipo que siempre, por personal y funcionamiento, se mezcla entre los candidatos de Mundiales y Juegos Olímpicos. La historia dice más de bajones en los momentos de dar el golpe que de cumplir expectativas. Esta descripción puede abrirnos esperanza, pero sabemos que profesamos el no prejuicio y pensamos que debemos jugar bien para ganarle a este muy buen equipo compuesto por excelentes jugadores”, reflexionó.
La mitad de su plantilla está compuesta por jugadores que actualmente se desenvuelven en la NBA, y aunque tienen un equipo repleto de experiencia, su promedio de edad es de 28 años, marca que comparten con los argentinos. El líder indiscutido y motor del equipo es Mills, un base de buena mano a quien conocemos muy bien por sus 12 años en los Spurs, varios de ellos junto a Manu Ginóbili. Actualmente ostenta el tercer mejor promedio anotador con 21.7 puntos y comanda al equipo en asistencias con 5.7.
Sin embargo, uno de los más veteranos es Joe Ingles, quien a sus 33 años se mantiene como el cerebro de los australianos, aun jugando a un ritmo más lento.
“Su apariencia de jugador lento engaña, porque es un gran defensor y la velocidad la tiene en la toma de decisiones”, advirtió Vadell.
“Ingles posee un tiro a distancia del que hay que cuidarse mucho”, completó.
En el perímetro, al lado de Mills, se encuentra Matthew Dellavedova, un ex NBA, campeón con Cleveland Cavaliers, un perro de presa.
“Es el conductor del equipo, aunque no ha estado bien con su tiro en estos juegos. Es un base a la antigua, buen defensor, de muchas mañas y muy inteligente. Su recambio, Dante Exum, es más explosivo y peligroso ofensivamente. Ellos hacen que en esa diferencia de características se potencie la posición”, expresó el coach.
Hablando de relevos, uno de los más destacados de la segunda línea es Matisse Thybulle, hombre de los Sixers, de gran capacidad atlética y muy inteligente para sus 25 años. En su rol de suplente, juega más de 20 minutos y promedia 3.3 recuperos, líder en ese rubro en todo el torneo. Se destacó contra Argentina en Las Vegas y puede ser un factor X en el juego de mañana.
Adentrándonos en la pintura, la baja de Aron Baynes por una lesión en el cuello es un tanto sensible. El pivote de los Raptors se perdió el juego ante Alemania y no estará ante Argentina. Sin embargo, su compañero de zaga interna, el ala pivote Jock Landale, es una de las sorpresas del torneo, y es capaz de tomar un gran protagonismo en el partido de mañana.
“Es muy inteligente rolando hacia el cesto, aprovechando los inteligentes pasadores que tiene. Es un defensor muy activo, que todo el tiempo realiza shows al balón para molestar a los guardias rivales. Y cuidado, tiene buena mano para tiros de tres puntos cuando le dan tiempo”, menciona Vadell sobre el pivote de 2m11, quien se desempeña en Melbourne United en su país natal.
En lo colectivo, su mayor fuerte se encuentra en la defensa. En la fase de grupos permitieron sólo 75.3 puntos por juego, la mejor marca del torneo, sólo superada por los 72.6 de Francia.
“La defensa del bloqueo al jugador con balón suele ser agresiva. Ejecutan step, show, trap, que sería saltar fuerte hacia adelante de diferentes maneras para detener o retardar al hombre que tiene el balón y recibe el bloqueo. Lo hacen mucho con un último hombre alto y activo, no tan rápidos, inteligentes, pero con limite en lo que hace a los momentos de altísima presión. Pueden sufrir la transición rápida de Argentina por lentitud para regresar. Su defensa de cambios permanentes los potencia en el contrataque”, analiza el DT.
En lo que se refiere al ataque, no resultan un equipo específicamente prolífico. De hecho, a lo largo de la fase de grupos, sostuvieron una media de 86.3 puntos, que los coloca por debajo de Argentina, por ejemplo. El mayor fuerte que tienen del lado ofensivo es el triple, con 11 conversiones por juego en 29 intentos (38%).
“Estamos hablando de jugadores con puntos en las manos y lectura de juego, en un sistema de permanente innovación muy observado por nosotros los entrenadores porque mezclan y combinan situaciones y conceptos FIBA con NBA sin perder la dinámica y el juego de conjunto”, desarrolla Vadell.
Más allá de lo que suman sus individualidades, el coach puntualizó algunas de las acciones que ejecutan los australianos para fortalecer su ataque.
“Bloqueos al balón después de un movimiento previo, como un mano a mano, cortinas indirectas para recibir y jugar con o sin dribling. También son buenos dando pases al jugador que rola o castigando ayudas para encontrar tiradores abiertos o cortes. Van al poste bajo en los missmatch claros, para tener amplia ventaja y provocar ayudas con la posibilidad de pasar afuera para tirar mejor”, explicó.
El entrenador finalizó con una conclusión:
“Son un buen equipo con buenos jugadores. Un rival que comparado con los que continúan en competencia no es malo para Argentina, que si continúa progresando puede competir y disputar la victoria con ambición”.