El jugador del seleccionado argentino va a seguir en la liga más importante del mundo. Cuatro equipos lo quieren mientras él se entrena para ir a los Juegos Olímpicos de Londres con la Selección. “Está bueno que haya varios equipos interesados”, afirmó su representante.
Sus números no dicen tanto, pero luego de siete temporadas en la NBA, los equipos ya saben todo lo que hace y puede hacer Carlitos Delfino. Por eso, por su calidad y polifuncionalidad, es que cuatro están negociando con Andy Miller, su agente en Estados Unidos, para contratarlo por un par de temporadas.

Olé averiguó que una de las franquicias es Phoenix. ¿Las otras? “Los Suns sí, pero el resto preferimos mantenerlo en reserva porque se está en plena negociación. Hablamos de dos o tres años de contrato. Eso sí, podemos decir que Milwaukee no está en esa lista”, contó Angel Cerisola, agente del santafesino en la Argentina, descartando por ahora la continuidad en los Bucks (jugó allí en las últimas tres temporadas). “Está bueno que haya varios equipos interesados. Te permite ver y analizar mejor. Ahora hay que esperar que las estrellas sean contratadas. Luego será el turno de nosotros. Somos la rémora del tiburón…”, le contó anoche a Olé luego de llegar de la presentación de la Selección en Vorterix. A Carlitos se lo escuchó tranquilo. “No estoy ansioso ni desesperado por este tema. Estoy pensando primero en la recuperación de la operación y en el embarazo de mi señora. Luego viene lo de mi contrato, aunque es obvio que mejor que se resuelva rápido por el tema del seguro y la lógica tranquilidad que te da saber dónde vas a jugar”, analizó Carlitos, quien promedió 9 puntos, 3.9 rebotes, 2.3 asistencias y 28 minutos en la 11/12.

-¿Qué valorás más de las propuestas que recibís? -Todo. Miro la ciudad donde dejo la familia, el monto del contrato para ver cuánto te valoran, cómo está armado el equipo y quién es el técnico para saber la idea de juego. Más que nada eso, el juego. Me gusta sentirme contento e importante en un equipo.

Hoy es Cuatro Cabezas.

Fuente: Julián Mozo-Diario Olé