San Antonio festejó la elección de Popovich como DT de la temporada con una paliza 114 a 83 sobre Utah. Manu anduvo aflojó y aportó apenas cuatro puntos, tres asistencias y dos rebotes en 17 minutos. La serie, que ahora está 2 a 0 para los texanos, sigue el sábado.
Si un equipo se da el gusto de meter una terrible paliza en un partido de Playoffs sin siquiera necesitar de la inspiración de uno de sus principales referentes, es que ése equipo sabe jugar como tal. De eso se trata esta versión de San Antonio, silenciosa, pero con la solidez que la historia de la franquicia exige. El equipo de Gregg Popovich, elegido DT de la temporada días atrás, aplastó a Utah por 114 a 83 y se puso 2 a 0 en la serie.

Hay decenas de datos que reflejan el sentido colectivo del juego que impone Spurs. Pero hay uno, puntual, que se destaca sobre el resto: Emanuel Ginóbili tuvo un partido flojo y, sin embargo, el equipo jamás se resintió. Seis jugadores con diez o más puntos, ninguno con más de 18. Ninguno con más de 28 minutos en cancha. Es cierto, el rendimiento fue excelente, no siempre se va a poder jugar así, pero la simple falta de dependencia ya merece subrayarse. Porque, por ejemplo, ante un escenario semejante (primero contra octavo), Chicago no supo resolver la ausencia de Derrick Rose y complicó su serie frente a los Sixers.

El goleador de los texanos, que tiraron con un 57,3% de campo, fue Parker (18). El máximo anotador de los Jazz fue Al Jefferson, con diez. ¿Manu? Cuatro puntos (0-4 triples, 2-2 dobles), tres asistencias, dos rebotes, cuatro pérdidas en 17 minutos. Nada está dicho en esta serie, pero la tendencia marca que la superioridad será difícil de equiparar. El próximo punto se jugará el sábado, en Utah, a las 23 (hora argentina).

Fuente: Diario Olé