El escolta de la Selección Argentina de básquet escribió en su web luego de la fractura en el dedo meñique izquierdo. “Me fastidia tener que empezar de cero”, dijo. Y cerró con un agradecimiento: “Por la cantidad de mensajes públicos y privados que tuve después de la lesión”.
Esto es un garrón total. Sé que hay cosas mucho peores y no me gusta quejarme ni nada por el estilo, pero después de tanto esperar que vuelva la NBA y de haber arrancado tan bien en los primeros partidos, contento de estar jugando, me pasa esto.

La jugada fue una de esas que se dan 10 veces por partido, metí la mano para tratar de recuperar la pelota y se me abrió el dedo meñique de la mano izquierda. Tengo la sensación de que el golpe fue con la pelota, pero no lo sé, no volví a verlo. Apenas sentí el dolor, me toqué la zona y me di cuenta de que algo había pasado. No sé bien por qué, pero me di cuenta enseguida. Al principio me asusté bastante, porque empecé a ver sangre y tocaba para ver si el hueso roto había salido, pero no era eso. Se me cortó la membrana que une los dedos, por eso ayer me dieron seis puntos y hoy me van a operar acá, en San Antonio.

En los estudios se vio lo que técnicamente me dijeron es una “fractura en espiral” bastante importante. Me trataron especialistas en mano y me pusieron una férula para inmovilizar la zona. Después de buscar una segunda opinión, todos coincidieron en que lo mejor era la cirugía. Es que el dedo está metido para adentro y un poquito girado, así que el mejor camino a seguir es la operación, poner una placa con dos tornillos que la sustenten y para que el hueso selle alineado, como corresponde.

Va a ser mi segunda vez en un quirófano, la otra había sido después de Pekín, cuando me hicieron una limpieza en el tobillo. Teóricamente, con la operación me puedo llegar a ahorrar una o dos semanas de recuperación, aunque los tiempos de regreso dependerán de cómo se cure la mano. Serían entre cinco y ocho semanas.

Después de la lesión estuve buscando si le había pasado a alguien y es bastante común en el básquet. En 2005 lo tuvo Luis Scola, el año pasado le pasó a Pablo Prigioni y también leí que Carlos Boozer sufrió algo parecido. Algunas más serias, otras menos, pero similares.

Todo es muy reciente y lo más probable es que no acompañe al equipo en el próximo viaje (jugamos el domingo con Oklahoma y el martes con Milwaukee), pero después seguramente viajaré para verlo desde afuera.

Mientras no estoy en el equipo lo más probable es que me reemplacen James Anderson y Gary Neal, que está por volver después de la apendicitis que le detectaron en el primer día de la pretemporada.

El equipo tuvo algunas irregularidades. Ganamos tres partidos jugando muy bien en casa y perdimos dos jugando muy mal de visitante. No sé si la diferencia tiene que ver con la localía, pero evidentemente recién empezamos; los juegos son muy seguidos, algo que es igual para todos, y tendremos que ir corrigiéndolo.

Va a ser difícil y no hay que sacar conclusiones temprano. Lo que es seguro es que nos falta rodaje individual y colectivamente. A mí no me queda otra que esperar la recuperación, hacer lo que tenga que hacer para estar bien. Me fastidia tener que empezar de cero, como si estuviera de pretemporada y lo voy a tener que hacer por tercera vez, porque ya lo hice con la selección para el Preolímpico y después con San Antonio. Quiero agradecer la cantidad de mensajes públicos y privados que tuve después de la lesión. Y como siempre digo, sé que hay cosas peores y esto es algo que le puede pasar a un deportista. Hay que seguir adelante.

Fuente: www.manuginobili.com y canchallena.com