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Nicolás Richotti pasó por La entrevista de la semana y contó detalles de su presente tras sufrir la tercera lesión dura del 2016, que lo dejará un par de meses afuera. Cómo encara la recuperación, la dificultad por no poder acompañar a Tenerife y la frustración por perderse el proceso olímpico con la Selección por otro problema físico.
El 2016 había comenzado de gran forma para Nicolás Richotti, quien estaba completando su mejor temporada desde lo individual en la Liga ACB y demostraba que se había asentado como un buen jugador de la competencia. Pero a principios de mayo, una lesión en su hombro derecho le puso fin anticipado a su campaña. No sólo eso, también le impidió ser parte del proceso de la Selección Argentina de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Tras varios meses de recuperación, comenzó una nueva pretemporada con Tenerife rumbo a la doble competencia (ACB y Basketball Champions League) y, unos días antes del debut en el torneo doméstico, sufrió la fractura del pulgar de su mano derecha. Tras dos meses parado, regresó, disputó apenas siete partidos y, cuando estaba tomando ritmo, otra lesión: fractura en la rótula izquierda que lo tendrá entre dos y tres meses sin acción. Los problemas físicos se volvieron un karma, pero el escolta bahiense encara todo de manera positiva. Lo cuenta en La entrevista de la semana.
-¿Cómo te pasó esta última lesión en la rodilla y cómo estás hoy?
-Fue en un entrenamiento, hace dos semanas. En una acción me di un golpe rodilla con rodilla con el defensor y en ese momento me dolió como duelen normalmente los golpes, que esos son muy típicos. Seguí entrenando porque pensé que se me iba a pasar, pero no se calmaba el dolor. Salí, intenté volver, estuve 5 ó 10 minutos y ahí me dolía más de lo normal. Salí del entrenamiento y me fui a hacer las pruebas. Y yo sinceramente no sentí que tenía algo roto. Es más, estuve a punto de no ir al médico porque creía que no era nada. Fui a hacerme la radiografía y el médico me dijo que tenía la rótula rota. Encima el lugar era a 200 metros de casa y fui caminando, y el médico no podría creerlo. Pero bueno, me agarré la cabeza y salió reírme, era lo único que podía hacer.
-Claro, era una mezcla de impotencia, frustración, bronca…
-Sí, era un poco de todo. No podía creer que de nuevo me tocaba estar afuera y lesionado.
-¿Cómo sigue ahora?
-Ahora mismo estoy inmovilizado con una férula en la zona. Tengo que estar cuatro semanas así y paulatinamente voy a empezar a ganar grados de movilidad. De momento no tengo ninguno, estoy con la pierna recta y no puedo apoyar. El plazo total desde que pasó es de dos a tres meses de recuperación.
-Antes de esta y las anteriores del año, en un hombro y en la mano, ¿te habían tocado alguna vez recuperaciones largas como estas?
-Sólo una vez, en mi segundo año en Italia, donde me fracturé la mano y estuve un mes afuera. Pero como la del hombro y esta, de más de dos meses, no me habían pasado. La del hombro faltaban tres partidos para terminar la temporada pasada y me llevó hasta agosto, hasta el comienzo de esta pretemporada. Y cuando estaba terminando, el miércoles antes del debut, me fracturé una falange del pulgar de la mano.
-¿Cuál es la peor parte de esta lesionado?
-No poder estar con el equipo. Y si bien uno es partícipe, es más indirecta mi participación y el equipo está jugando increíble. Entonces no me siento tan partícipe del logro como si estuviera jugando. Ahora mismo me mata no poder ir a los entrenamientos o estar con el grupo. Se hace complicado. Y ni hablar de que en mi casa no sirvo para nada, estoy en el sillón y dependo absolutamente de mi novia, quien es la que me ayuda. Pero trato de estar positivo, apoyar al equipo a la distancia y estar cercano a ellos, porque son como tu segunda familia.
-Obviamente que las lesiones son siempre inoportunas, pero esta temporada era muy importante para vos porque venías de tu mejor año, tenían nuevos desafíos, la capitanía… No pasaron en el mejor momento, ¿no?
-Sí, está claro. Este año lo encaré con muchísima ilusión por el hecho de afrontar doble competición. Realmente estaba buscando la posibilidad de jugar en Europa en una competición paralela a la ACB. Parece que el destino no quiso que formara parte de eso a principio de temporada. Es frustrante tener que verlo desde afuera.
-¿Y cómo juega la cabeza?
-Por suerte creo ser bastante fuerte. Si hablás con mi novia, quizás te dice que no demuestro realmente lo que me está pasando, y eso quizás puede ser una forma de ocultar o no mostrar realmente lo que estoy pensando. Pero estoy tratando de ser muy positivo. En todas las lesiones me perdí cosas importantes. La del hombro me dejó sin la Selección, la del dedo me sacó del comienzo de la liga y esta, después de unos partidos en donde me estaba empezando a sentir bien y con ritmo, me vuelvo a lesionar.
-Lo mencionaste recién. ¿Qué significó perderse el proceso de Selección?
-Fue muy duro. No ir fue una decisión muy dura porque era muy grosso lo que estaba en juego. Es algo que tuve que pensarlo y una parte de mi todavía se arrepiente. Pero otra me dice que tomé la decisión justa. Lo cierto es que fue una pena y tuve unos días jodidos en el verano (invierno de Argentina), porque sabía que era una oportunidad muy grande y era un proceso muy lindo para vivir con mis compañeros. A fin de cuentas creo que tomé la decisión justa, porque no estaba al 100% desde lo físico para pelear un puesto, y no me parecía coherente ir a dar pena o resentirme de la lesión.
-¿Lo de arrepentirse es en el sentido de no haber forzado para intentar?
-Claro, en el sentido de no haber forzado sabiendo que era una oportunidad única, porque quizás no me toca vivir nunca más unos Juegos Olímpicos. Entonces el hecho de no haber forzado o intentando me queda ahí, pero había mucho en juego y no estaba al 100%, no veía seguro de poder ir sabiendo que el hombro no iba a responder bien.
-Bueno, pero eso habla también de tu madurez, porque quizás sabías que forzando no ibas a ser vos y te podía jugar en contra hacerlo, además de no ayudarle al equipo.
-Sí, seguro. No iba a estar al 100% e iba a pensar más en el hombro que en jugar. Y los que estaban ahí entrenando no me iban a tener compasión porque estaba lesionado, estaban todos con las mismas ganas de formar parte del equipo como yo. No iba a estar en condiciones de pelear por un lugar con mis compañeros.
-¿Y cómo fue verlo desde afuera? ¿Pudiste verlo o por momentos te ganaba el dolor de no estar?
-Fue un mes intenso. Hubo algunos partidos que no podía ver porque se hacía muy tarde, pero estuve pendiente en toda la competencia, miraba los grupos de whatsapp y tenía contacto permanente con los chicos porque era una experiencia increíble. Aunque no estuviera físicamente, estaba apoyándolos y al tanto de todo.
-¿Entonces te sentís parte del proceso o del núcleo estable de la Selección?
-Sinceramente, de este proceso no me sentí parte porque no estuve ni en un entrenamiento. Pero lo bueno es que tengo grandes amistades dentro del equipo, y eso te hace vivir todo más de cerca. Pero está claro que siempre que esté la oportunidad voy a tratar de volver al grupo. Representar a la Selección es algo muy grande, y con los amigos que tengo ahí se hace divertido.
-¿Cómo estás tomando la renovación del éxodo de los jóvenes hacia Europa?
-La verdad es que es algo muy positivo para el desarrollo del futuro de la Selección. A varios de estos jugadores hace tiempo que se los decía. Por ejemplo, a Marquitos (Delía) le decía que hacía tiempo que debía estar en Europa ganándose el roce con otro tipo de jugadores, que le iba a ayudar a crecer como jugador. Lo de Nico Brussino fue algo muy grato e inesperado, lo de Lapro también… Es importante que los chicos vayan saliendo de la Liga Nacional y sumándose a competiciones de mayor prestigio. Es algo que también va a ayudar a la Selección, para que suba el nivel. Nos ayuda a todos. Que salgan de la Liga Nacional sube el prestigio de la competencia también, además de ayudarlos en su carrera.
-Vos diste el paso en su momento, te animaste a salir, arriesgaste y tuviste premio. ¿Está faltando eso, a los chicos les cuesta salir de la zona de confort para dar un salto de calidad personal?
-Creo que sí. Hay muchos que se pueden destacar pero les vendría bien medirse en ligas superiores. Si año a año van viniendo de a uno o dos, será buenísimo.
-¿Qué aprendiste de las frustraciones del 2016?
-Aprendí que siempre puede ser peor. Que lo que me está pasando ahora podría ser peor. Y que todo te da revancha. También depende con la actitud que lo tomes y la recuperación que hacés. La lesión te jode los primeros días, pero la recuperación es larga y tu actitud tiene que ser buena, siendo positivo, siguiendo las pautas y siendo disciplinado.
-Llega fin de año y es época de pedir cosas. ¿Qué le vas a pedir al 2017, además de salud?
-Eso va a ser lo primero que pida (risas). Desde lo profesional, espero que mi carrera siga en crecimiento. Yo no me voy a rendir y voy a seguir entrenando para tratar de ser mejor. Pero bueno, con no lesionarme en el 2017 ya soy feliz.
Leandro Fernández
@FernandezLea
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