Sus inicios en el básquet, el salto a la elite mundial y los hitos que fue logrando, como ser la primera en lograr un triple doble en un Mundial U17. Lo que significa el draft y la WNBA en su vida.
“Estar en el draft y tener la chance de jugar en la mejor liga es un objetivo que nunca voy a dejar de buscar”. Hace poco más de tres meses, Flor Chagas nos contaba su ilusión y, a la vez, el objetivo. A los 19 años, mientras se destaca en el Empoli de la primera división de Italia, la base-escolta de nuestra Selección argentina sabe que tenía condiciones para soñar con lograr lo que ninguna compatriota había alcanzado y que este jueves se confirmó. En un par de días, esta chica de 1m78 pasó de no querer anotarse en el listado de jugadoras elegibles (hay una sola posibilidad en cuatro años) a hacerlo, a última hora, por la insistencia de tres equipos de la NBA femenina que se le pidieron exclusivamente a la competencia. Indiana, Connecticut y New York fueron los que mostraron más interés y justamente fue Indiana Fever el que la terminó seleccionado en el puesto 7 de la tercera ronda.
“Si bien hoy lo principal es afianzarme en Europa, estar en el draft sería un sueño. Es algo que me ilusiona mucho”, adelantó, y luego sí poder pensar en estar en un draft o llegar a esa competencia esta chica que se inició en Casa de Padua, un club del Oeste en el que cuentan que, con 12 años, jugaba con varones más grandes. Luego pasó por Vélez, Indios de Moreno y Berazategui hasta saltar a la fama en un campus internacional en Bahamas, en 2017, cuando fue la MVP del All Star y empezó a recibir propuestas importantes de distintos países. Flor eligió Italia por sobre universidades de Estados Unidos. Tenía apenas 16 cuando aceptó la oferta del Familia Schio, uno de los clubes más poderosos de Europa... Arrancó en las divisiones menores del club pero se entrenó con el primer equipo y hasta jugó amistoso contra el equipo que sería campeón de la Euroliga.
Fueron momentos top para un talento precoz, que incluyó el primer triple doble de la historia en un Mundial U17 femenino. Sus 17 puntos, 12 rebotes y 12 asistencias impactaron a todos, en aquel triunfo ante la poderosa España. “Obviamente que fue un orgullo, pero nunca lo sentí como un premio personal sino de equipo. Es verdad que hice mucho, tomé decisiones, pero yo tenía un rol en ese equipo y lo cumplía, con alegría y responsabilidad”, recuerda quien promedia 9.3 puntos, 2.2 rebotes, 1.6 asistencia y 24 minutos en los 26 partidos que lleva disputados en Italia.
Allí está a préstamo porque su pase pertenece al Schio.
“Esta temporada necesitaba tener la posibilidad de sumar minutos para, en competencia, agregar cosas a mi juego. En Empoli tenemos importantes nombres y experiencia en la categoría, por eso estuvimos en el lote de arriba (NdeR: sextos en la fase regular con marca de 15-10) y queremos más en playoffs. Mi objetivo es volver al Familia Schio con más experiencia y un mejor nivel para convertirme en un una jugadora referente dentro de un equipo con protagonismo europeo”, comentó quien tiene el potencial para convertirse en una jugadora de elite mundial.
“Creo que para lograr eso debo mejorar la experiencia y la conducta no sólo en la cancha sino también afuera con descansos, la dieta, los cuidados y los entrenamientos. En eso estoy. No sé si me dará para ser nivel top mundial, pero sí la tranquilidad que hice lo mejor posible para llegar a mi mejor versión”, aseguró quien tiene como referentes a dos figuras internacionales –la francesa Mariane Johannes y la alera estadounidense Allie Quiley- y a dos argentin@s, como Melissa Gretter y Facundo Campazzo.
Chagas, justamente, es base pero puede jugar de escolta. Puede generar y anotar a partir de su gran talento.
“Me siento cómoda en ambas posiciones. Hoy, realmente, no hay tantas diferencias entre posiciones, más en este nivel, pero si tengo que decirte una, apunto a ser base y siento que es una tarea más difícil”, admitió quien debutó en la Selección en Mayor en 2019, en el Preolímpico que se disputó en Bahía Blanca.
“Fue otro sueño cumplido, una gran experiencia. Ahora aspiro a, cada año, lograr una mayor participación y sumar experiencia para estar a la altura de lo que significa. La gran ilusión es estar en los Juegos Olímpicos de París 2024 por primera vez con una Selección argentina”, reconoció quien se ilusiona con que se siga potenciando el básquet femenino en el país. “En estos meses se hicieron muchas cosas positivas: las escuelas de básquet en provincias del Interior, los entrenamientos de las formativas en el Cenard y el plan formativo se lanzó para potenciar el desarrollo de las chicas que van surgiendo. Seguro que hay cosas para mejorar, pero ojalá se siga por este camino”, cerró.
Hace años que el básquet argentino la mira con mucha ilusión y le ha puesto un mote que lleva con naturalidad.
“Que me digan que soy la joya del básquet femenino argentino es algo que me despierta gratitud y me llena orgullo. Quiere decir que todo lo que tengo no llegó por arte de magia sino por mi esfuerzo diario. No me genera nada negativo, lo tomo con un lindo mimo de esta hermosa profesión”. Flor sabe lo que puede. Este jueves rompió otra barrera, logró un hito y, sin marearse, va por más. Seguramente en la pretemporada que viene será invitada a entrenar y de su nivel, dependerá un futuro que se ve cada día más brillante.