Las dos categorías nacionales sirvieron para apuntalar a la joven camada que nos representará en el Mundial de Hungría. Maza, Vílches, Marín, Saravia y Bazán destacan la importancia del roce y la experiencia.
Tanto la
Liga Femenina como el
Federal Femenino son pilares fundamentales en la evolución del básquet femenino. No sólo son las dos competencias máximas del país, sino que además son escenarios que vienen ayudando en el desarrollo de cada jugadora. Por el nivel que tienen, por el roce que permiten, por su federalización donde torneo a torneo van expandiéndose cada vez más y el camino al profesionalismo que las acompaña, y porque como plus es una catapulta también a nivel internacional, en su mayoría catapultando esto a la Selección.
Muchas jóvenes aprovecharon la experiencia de sumar rodaje tanto con la Liga como el Federal durante este último año, más aún entendiendo que la actividad nacional se pudo retomar después de varios meses de pandemia. En este punto, con la vista puesta en el Mundial U19, se pueden citar a varias jugadoras que pudieron crecer a partir de las competiciones locales. Rendimientos ascendentes, promesas que se confirmaron como tales y una nutrida actividad para el femenino que se desarrolla de forma continua desde febrero. Se llevan más de cinco meses de competencia entre ambos certámenes, algo muy productivo para la rama.
La mayoría de las chicas que actualmente son parte de la preselección U19 han tenido actividad en alguno de los dos torneos. De las 22 preseleccionadas que por estos días se entrenan bajo el mando de Sebastián Silva, 14 participaron de los dos certámenes (Baccarelli, Bazán, Buzzetti, De Giorgi, Fernández, Marín, Michel, Navarro, Paoletta, Saravia, Sampietro, Tondi, Torres y Vílches), mientras que otras 4 jugaron al menos uno de los dos torneos (Huici y Maza jugaron Liga; y Del Bosco y Morbidoni el Federal).
Uno de los casos más destacados es el de
Milagros Maza. Fue de las más gratas sorpresas de la última Liga, irrumpiendo con una tarea brillante de la mano de Rocamora (12,2 puntos, 4,1 rebotes y 2,3 asistencias). Con apenas 18 años su tarea fue sorprendente, no paró de sumar elogios y fue pilar dentro de su equipo, llegando a instancias decisivas de la LFB.
"Haber tenido la posibilidad de jugar la Liga Femenina fue muy importante para mí. Me permitió, primero que nada, volver a competir después de mucho tiempo. Un año sin partidos podía parecer un desastre a la hora de retomar el ritmo de juego, pero sin embargo, no fue un factor que haya afectado mucho. Por otro lado, pude medirme con jugadoras de alto nivel y con mucha experiencia. Sin dudas, algo que destaco mucho de esa competencia fue el roce. La competitividad de todas las jugadoras y equipos me llevó a desarrollar un aspecto de mi juego que no tenía tan entrenado", explica Mili.
El despliegue de la base la condujo a destacarse dentro de las jugadoras jóvenes y de su camada, pero también le abrió las puertas a la Selección mayor que recientemente participó de la AmeriCup. Más allá de que luego no terminó quedando entre las 12, luchó por meterse en el equipo hasta último momento y entró dentro de las 15 preseleccionadas rumbo a Puerto Rico. Con 18 años, la jugadora que en las últimas horas confirmó su fichaje en la segunda división de España, atraviesa un positivo 2021 y entiende que la competencia nacional fue clave para todo lo que está viviendo hoy.
"Gracias a los minutos en la Liga que me fui ganando, y a la confianza que desarrollé gracias a mi equipo, pude aprovechar la oportunidad de mostrar mi juego. Me sentí muy cómoda y lo disfruté muchísimo. Si no fuera por la Liga, quizá nunca me hubiese llegado la convocatoria a la preselección de la Mayor. Así que sin dudas fue más que positiva la participación. Espero que este tipo de torneos se siga desarrollando, no solo para disfrutar del básquet femenino, sino también para darle la posibilidad a muchas jugadoras de que exploten su potencial y muestren sus habilidades", cuenta la base.
Otro caso muy similar es el de
Magalí Vílches. Fue otra de las grandes apariciones de la Liga, siendo determinante en su club Vélez (10,3 puntos y 5,1 asistencias en 24,3 minutos). Actitud, carácter y convicción al trabajo que la guiaron a ser también una de las citadas para el proceso AmeriCup de la Mayor. Hoy, más allá de estar en carrera rumbo al Mundial U19, juega el Federal con Centro Galicia (9,7 puntos, 6,7 rebotes y 1,0 asistencias) y dio un interesante salto en estos últimos meses gracias al roce que sumó a nivel clubes y los entrenamientos con el plantel superior. Todo esto pudo volcarlo hoy en la Selección.
"La Liga nos sirvió tanto como a mí y a todas las U19 que veníamos entrenando hace varios meses ya y sin poder competir por distintos motivos. Nos pudimos mostrar y hasta vernos a nosotras mismas las mejoras que tuvimos en todo este tiempo que no pudimos plasmar antes en un partido. También tuvimos un roce que no habíamos tenido ya que era nuestra primera Liga en mayores y con ese protagonismo que pudimos lograr. Y eso obviamente después se trasladó a la selección y ahora lo hacemos también con la participación que tenemos varias de nosotras en el Federal. Es súper importante el poder mantenernos en competencia y estar activas para seguir mejorando", cuenta la alera.
Recordemos que esta camada de las U19 fue la primera en entrenarse desde la pandemia, después de 7 meses de inactividad y en ese entonces preparándose para el Premundial U18 que luego se suspendió. Ese mismo grupo de jugadoras que inició el proceso en octubre utilizó todas las semanas de prácticas con la Selección para llevarlas a la Liga. Fue recíproco, y el nivel de preparación actual encuentra motivos en su participación dentro de los torneos pero sumado también a todo el trabajo que se viene haciendo desde hace casi diez meses con el CT del seleccionado.
"Creo que gracias a las 24 semanas de entrenamiento que llevamos con la Selección, las anteriores al comienzo de la Liga en febrero y en las cuales el ritmo era muy alto con una intensidad realmente muy buena, permitió que todas nosotras podamos estar a la altura del torneo", apoya
Delfina Saravia, base de Unión Florida.
La armadora de 18 años registró buenos promedios en el Tricolor durante la Liga (5,6 puntos y 2,8 rebotes en 21,9 minutos) y eso también se trasladó en el Federal (7,4 puntos, 3,0 rebotes y 1,2 asistencias). Más allá de la experiencia que cosechó, Delfi también valoró el poder desarrollar estos certámenes dentro de una situación sanitaria compleja:
"Jugar en época de pandemia significó una gran responsabilidad para todos y se demostró que, con los cuidados correspondientes, los torneos se pueden realizar. Tanto la Liga como el Federal me beneficiaron mucho para poder demostrar cómo es mi forma de juego y cómo poder desenvolverme dentro de una cancha en una categoría superior, con jugadoras con muchísima experiencia encima. Gracias a estos torneos pude sumar muchísima experiencia y calidad de juego".
Por su parte,
Agustina Marín es uno de esos ejemplos de jugadoras jóvenes que desde hace ya un tiempo se encuentra radicada lejos de su ciudad natal. La oriunda de Gualeguaychú viene labrando un crecimiento constante desde su arribo a Obras en 2018 con apenas 15 años, por lo que es uno de los casos con más experiencia jugando tanto Liga, como Federal y también Liga de Desarrollo.
"La Liga y el Federal me hicieron crecer mucho, tanto en lo personal como en lo deportivo. Mejoré como persona, conocí gente nueva y experimenté mucho desde toda esa parte social. Yo me vine desde muy chica al club, y la verdad es que siento que crecí como persona y junto a mis compañeras, y eso a su vez me ayudó a mejorar en lo deportivo. En cuanto al juego, es un nivel totalmente distinto a la que tenía cuando era más chica en Gualeguaychú, sumé mucha experiencia y me nutrí de consejos de las jugadoras mayores, porque cuando arranqué acá era una de las más chiquitas del equipo. Por eso lo destaco y valoro mucho, porque todo esto fue clave para mi crecimiento", relata la entrerriana.
La última Liga con Obras, Marín fue ganándose cada vez más terreno y minutos dentro del equipo (5,4 puntos y 2,5 rebotes en 21,3 minutos), y todo eso lo plasmó además en el Federal, también en el Rockero y con mayores responsabilidades (7,0 puntos, 1,8 rebotes y 1,0 asistencias).
"La posibilidad de jugar estos torneos nos ayudó a sostener un ritmo y en la confianza que uno gana dentro de una cancha. En lo personal me ayudó a tener mayor seguridad, a ganar formas de juego y otras variantes importantes como entrenar mucho más, esforzarme y tener la vara muy alta como para todos los días buscar mejorar más. Además de ese roce contra rivales, el poder jugar generó esa sana competencia interna en el equipo. Nadie tiene nada regalado y hay que luchar para ganarse su lugar, siempre hay que buscar seguir creciendo. En este caso me permitió venir a la selección y me preparó también ganarme un lugar acá adentro, demostrar lo que sé hacer y lo que tengo para dar", reflexionó la escolta.
Agustina sabe que todo es parte del proceso de maduración que debe tener cada jugadora, y en esto, superar la línea de veinte minutos de promedio en cancha ya es muy positivo. En la última Liga, por citar un ejemplo de esto, 11 de 16 jugadoras de la preselección juvenil estuvieron por encima de los 15' de promedio, lo que también denota una apuesta de los clubes a las jóvenes.
Marín también explica cómo aplica todo ese aprendizaje a la selección, sin olvidar el mensaje de Silva y su cuerpo técnico: disfrutar del proceso.
"La Liga me sirvió y ayudó un poco más a cómo prepararme para venir y buscar ganarme el lugar en la Selección. No es fácil, estamos preparándonos para un Mundial con lo que eso significa y no hay nada sencillo, pero debemos seguir creciendo. Hay que animarse y demostrar lo que uno tiene. Acá nos repiten mucho algo que me parece importantísimo, que es disfrutar del proceso. Estoy súper contenta tanto con mis compañeras como el trabajo con el cuerpo técnico, y entiendo que es por acá. Hay que esforzarse, seguir, aprender y disfrutar".
¿Y cómo esto influyó en la Selección? Desde la voz de
Agustina Bazán, otra de las gratas apariciones de la última Liga con el debutante Ferro (9,9 puntos, 6,3 rebotes y 2,0 asistencias), explica que el haber tenido rodaje en ambos torneos (en el Federal jugó algunos partidos para Red Star Catamarca con cifras de 12,0 puntos, 6,3 rebotes y 3,3 asistencias) permitió un mejor seguimiento por parte del cuerpo técnico argentino. Además, si tenemos en cuenta que se venía de un periodo de varios meses de inactividad, el sumar minutos de juego se convirtió en una moneda de cambio muchísimo más valiosa.
"Tanto la Liga como el Federal fueron torneos que me sirvieron mucho para que los entrenadores de la selección me puedan ver y saber cómo respondo en competencia. Si bien ya me habían visto entrenar, es sabido que jugar partidos es otra cosa. Me pude desenvolver bien en la Liga y en el Federal, y afortunadamente le pude sacar provecho a eso. Hoy estoy preparándome mucho y estoy muy enfocada porque quiero entrar dentro de las 12 para el Mundial. Tengo la cabeza en eso y siento que todo el equipo está mentalizado en trabajar mucho, para llegar lo mejor posible. Cada una trata de estar en su mejor versión y se entrena todos los días para meterse entre las 12 del Mundial, y espero poder entrar en el equipo definitivo", detalla la macielense.
Por supuesto que esto acapara a todas las jugadoras, y ya se ha visto cómo estos torneos sirvieron para tener un mayor rodaje. ¿Dónde se plasmó también? Sin ir más lejos en la Selección mayor, ya que de las 28 jugadoras que estuvieron en la convocatoria del pasado marzo, 14 tuvieron acción en la Liga Femenina este año. De las U19, y solamente para refrescar este importante número, en total son 18 de las 22 preseleccionadas que jugaron alguna competición nacional en este 2021. Es el beneficio tener hoy competiciones nacionales y duraderas en el tiempo. La Liga y el Federal dan un mayor prestigio pero además son pilares de una constante retroalimentación, de certámenes que van creciendo y que en conjunto impulsan el desarrollo y contribuyen a la evolución de las promesas y talentos de Argentina.
Fotografías: Marcelo Endelli