La base de 19 años admite ilusiones y habla de su destacado presente en el Empoli, de lo que significa ser llamada la joya del básquet femenino y de lo que debe mejorar para ser una jugadora top mundial.
“Que me digan que soy la joya del básquet femenino argentino es algo que me despierta gratitud y me llena orgullo. Quiere decir que todo lo que tengo no llegó por arte de magia sino por mi esfuerzo diario. No me genera nada negativo, lo tomo con un lindo mimo de esta hermosa profesión”. Florencia Chagas se ríe con algo de vergüenza pero no evade el tema. Tampoco se escuda en alguna frase hecha. Para ella, lejos de cargarla de presión, ese rótulo rimbombante la motiva para estar a la altura de esa expectativa que su talento y mentalidad han sabido cosechar. Desde Empoli (Firenze), Italia, donde vive y juega desde hace algunos meses, la base-escolta de la Selección argentina habla con
Prensa CABB de esta nueva experiencia luego de llegar a préstamo del poderoso Familia Schio.
“Esta temporada necesitaba tener la posibilidad de sumar minutos para, en competencia, agregar cosas a mi juego. En Empoli tenemos importantes nombres y experiencia en la categoría, por eso estamos en el lote de arriba y aspiramos a mantenernos para llegar a los playoffs. Mi objetivo es volver al Familia Schio con más experiencia y un mejor nivel para convertirme en un una jugadora referente dentro de un equipo con protagonismo europeo”, explica sin miedos, teniendo claro en el lugar de expectativa que su propio talento la ubica.
De 1m78, Chagas se inició en el club Casa de Padua. Dicen que era tan buena que, con 12 años, jugaba con varones más grandes. Luego pasó por Vélez, se hizo conocida en los Indios de Moreno y luego estuvo en un referente nacional del Femenino, como el club Berazategui. Luego saltó a la fama en un campus internacional en Bahamas, cuando fue la MVP y recibió propuestas importantes de distintos países. Flor eligió Italia por sobre universidades de Estados Unidos. Tenía apenas 16 cuando aceptó la oferta de Schio... Arrancó en las divisiones menores del club pero nunca dejó de entrenarse con el primer equipo y hasta jugó amistoso contra el equipo que sería campeón de la Euroliga. Fueron momentos top para un talento precoz, que incluyó el primer triple doble de la historia en un Mundial U17 femenino. Sus 17 puntos, 12 rebotes y 12 asistencias impactaron a todos, más allá de sus 16 pérdidas, en aquel triunfo ante la poderosa España.
“Obviamente que fue un orgullo, pero nunca lo sentí como un premio personal sino de equipo. Fue un hermoso partido que nos permitió medirnos de igual a igual con una de las potencias del mundo. Es verdad que hice mucho, tomé decisiones, pero yo tenía un rol en ese equipo y lo cumplía, con alegría y responsabilidad”, recuerda quien en los primeros 13 partidos de esta temporada de la Lega –primera división- promedia 9.6 puntos, 36% dobles, 32% triples, 2.3 rebotes, 1.6 asistencias y 23 minutos.
-¿Qué considerás que debés mejorar para ser una jugadora mundial top?
-De todo. La experiencia y la conducta no sólo en la cancha sino también afuera con descansos, la dieta, los cuidados y los entrenamientos. En eso estoy. No sé si me dará para ser nivel top mundial, pero sí la tranquilidad que hice lo mejor posible para llegar a mi mejor versión.
-Viendo todo lo que pasó con Leandro Bolmaro y ahora la fiebre que hay con Facu Campazzo en la NBA, ¿cuánto estás esperando tener 22 años para intentar ser la primera argentina elegida en el draft de la WNBA?
-Estar en el draft y tener la chance de jugar en la mejor liga es un objetivo que nunca voy a dejar de buscar. Hoy el principal es afianzarme en Europa y luego sí poder pensar en estar en un draft o llegar a esa competencia donde están las mejores. Sería un sueño.
-¿Es algo que te tiene ansiosa, que te quita el sueño?
-Realmente me ilusiona mucho, pero no me quita el sueño.
-Justamente en estos días FIBA publicó una nota con las jugadoras no estadounidenses con más chances de estar en ese draft y vos fuiste incluida como una de las ocho candidatas principales. ¿Qué te generó? ¿Sabés algo más que eso?
-Me generó orgullo, pero certezas no hay hoy en día. Es muy temprano. Hay que esperar y seguir mejorando como jugadora. Por ahora sólo miro la WNBA, tengo varias ídolas jugando ahí y sueño con algún día tener la chance.
-¿Cuáles son tus referentes?
-Internacionales me gustan una chica francesa, Mariane Johannes, y un alero estadounidense, Allie Quiley. En Argentina miro mucho a Meli (Gretter) y Facu (Campazzo).
-¿Te considerás más base o más escolta?
-Me siento cómoda en ambas posiciones. Hoy, realmente, no hay tantas diferencias entre posiciones, más en este nivel, pero si tengo que decirte una, apunto a ser base y siento que es una tarea más difícil.
-Tal vez Gregorio Martínez te use más de escolta en la Selección. ¿Te cambia en algo?
-No, para nada. No dependerá de mí, sino de él. Tampoco quiero opinar, voy a estar lista para que me pueda usar donde más me necesite o sienta que le pueda dar más a la Selección.
-Vamos a la Selección. Después del debut en la Mayor el año pasado, ¿qué expectativas tenés para seguir creciendo en su protagonismo?
-Tengo las mismas que tengo hoy en Empoli, lograr cada año una mayor participación y sumar experiencia para estar a la altura de lo que significa. La gran ilusión es estar en los Juegos Olímpicos de París 2024 por primera vez con una Selección nacional.
-Tu hermana Luciana juega para Uruguay, está en Aguada, donde ha crecido mucho, ¿cómo ves la chance de enfrentarte a ella, tal vez en un Sudamericano? ¿Qué te generaría?
-Enfrentarme con Luciana sería una de las cosas más increíbles que me podría pasar. No sé cómo la viviremos, pero sin dudas seremos muy felices porque estar en una cancha con ella, compartiendo, aunque seamos rivales, sería un lujo y un orgullo para toda la familia.
-¿Cómo ves el presente y futuro del básquet femenino en el país?
-Por suerte el básquet femenino ha cambiado mucho y últimamente se han logrado muchas cosas. Creo que tanto nuestra camada como la Selección U18 actual proyectan muy buenas cosas. La cantidad de jugadoras en diferentes ligas del exterior habla de un buen trabajo de los clubes y de la misma Liga Femenina Argentina.
-¿Cómo ves las cosas que se han hecho desde CABB últimamente?
-Más allá de una etapa especial de la CABB, con todos los problemas que se encontró con una pandemia, creo que es todo positivo: las escuelas de básquet en provincias del Interior, los entrenamientos de la U18 en el Cenard que se prepara para el Premundial y este plan formativo que hace días se lanzó para potenciar el desarrollo de las chicas que van surgiendo. Seguro que hay cosas para mejorar, pero ojalá se siga por este camino.
-¿Qué te gustaría decirles a las chicas de 14, 15, 16 años que estén leyendo la nota y quieren ser como vos?
-A ellas me gustaría decirles que nunca dejen de perseguir sus sueños, que seguro pasarán por momentos muy difíciles en los que sentirán que no pueden pero esos son los momentos más importantes, en los cuales sólo las más fuertes y convencidas van a lograr lo que se propongan, manteniendo siempre buenos hábitos, disciplina y coraje. Pero principalmente disfrutar del proceso y ser felices mientras lo hacen.
-¿Y qué le dirías hoy a la nena de aquellos comienzos nacionales en los Indios de Moreno?
-A la nena que comenzó en Moreno a tan corta edad, con tanta voluntad y alegría, le diría que estoy feliz y orgullosa de las decisiones que tomó, de lo que priorizó y valoró en ese momento. Que siga por ese camino que es el más difícil, pero sin dudas el correcto para alcanzar sus sueños.
Fotos: FIBA, Familia Schio, Empoli, Mayra Westre y Matías Pignanelli.