Nacido en Córdoba pero criado en España desde los dos meses de edad, el pivote de 2,10m y 19 años se sumó al Valencia y ya tuvo minutos con el primer equipo. Su historia.
Gonzalo Bressán es el más reciente embajador argentino en la Liga Endesa, la primera división del básquet de España. Tras una temporada alternando entre el Covirán Granada de LEB Oro y La Zubia de Liga EBA, se sumó a la estructura del poderoso Valencia Basket con la intención de reforzar el equipo de LEB Plata y entrenar con el superior. Pero las lesiones y la falta de peso en la pintura le permitieron al interno cordobés de 2,10m y 19 años meterse en el elenco principal y hasta ver minutos en cancha tanto en la Supercopa Endesa como en el inicio de la ACB, donde ya disputó 13 minutos en dos partidos. Nada mal para un jugador cuya primera experiencia como profesional fue la temporada pasada.
Gonzalo es y se siente argentino a pesar de haber vivido en España prácticamente toda su vida. Sus padres decidieron emigrar cuando él tenía apenas dos meses. Pero en el 2017 tuvo la posibilidad de representar a la Selección Argentina en el FIBA Américas U16 de Formosa y desde entonces el vínculo se afianzó. Al año siguiente, disputó el Mundial U17 en Rosario y Santa Fe a la par de muchos chicos que hoy se destacan en la Liga Nacional. Hoy, mientras su carrera despega, sueña con afianzarse como jugador ACB y con un llamado de la Selección Mayor.
Si bien ya lo contaste muchas veces, ¿Cuál es tu vínculo con Argentina, cuánto tiempo viviste en el país?
Mi vínculo con Argentina siempre ha sido a la distancia, si bien he tenido la oportunidad de ir a visitar a la familia cada ciertos años, nunca he vivido allí. Me vine con 2 meses de edad, así que no recuerdo nada. He de decir que de chico también alentaba a España en mundiales de fútbol, debido a que todos mis amigos eran de acá, pero cuando fui creciendo me fui sintiendo cada vez más argentino.
¿Cuál es la relación de tu familia con el básquet? ¿Qué rol tuvo tu papá en tus primeros pasos?
Mi viejo siempre ha sido muy fan del básquet, ya que practicaba ese deporte en Argentina. Mi vieja también fue muy importante para mí en los inicios. Ambos me apoyaron en todo y siempre me ayudaban, ya fuera llevándome a entrenar o a jugar, comprándome las zapatillas o la ropa.
¿Cómo fue ese primer contacto para ser parte de la Selección U16?
La primera vez que logro ir convocado a la Selección U16 fue gracias al Plan de Altura que tiene la Confederación Argentina en su página web y gracias a mi viejo. Un día en casa con mis padres y mi hermana, mi viejo me dice que me ponga en el marco de la puerta que me va a hacer una foto para enviarla a la Selección argentina porque en el Plan de Altura decían que, si medías más de una cierta altura y tenías una cierta edad, contactaras con ellos. Al principio era todo broma y en ningún momento pensábamos que nos iban a llamar, pero al cabo de dos horas, Sebastián Uranga contactó con mi padre. Nadie se lo creía.
¿Cómo fue jugar un Mundial U17 para Argentina en Argentina? ¿Qué recuerdos tenías, qué te encontraste, qué cosas te pasaron por la cabeza?
El Mundial en Argentina fue increíble. Al final jugar en casa siempre te da un plus de motivación para dar el 120%. El recibimiento que nos dieron aquel primer partido vs Francia fue alucinante. La cancha de Newells estaba llena. Pienso que todavía estaba un paso atrás de todos los chicos que estaban ahí, todos ellos venían de jugar en clubes profesionales donde los preparaban para eso, mientras que yo jugaba en Estepona, que se estaba profesionalizando todavía y solo jugaba la liga provincial de Málaga. Al estar en España mis padres y mi hermana y por el costo de los boletos, solo pudo venir a verme mi viejo, pero en Argentina tenía a mi abuela y tías y sí pudieron acercarse desde Córdoba para verme. Fue una satisfacción muy grande.
¿Cómo te definís como jugador, cuáles creés que son tus características y qué cosas estás trabajando para mejorar?
Siempre me he considerado un jugador inteligente, que lee bien el juego y que busca lo mejor para el equipo, Mi mayor defecto, y que voy mejorando con el paso de los años, es el físico. En Málaga para jugar la liga de allí iba bien, pero con el paso de las ligas y los equipos, cada vez son más exigentes.
Contanos sobre tus primeros pasos con el Estepona, ¿cómo los viviste?
Yo no llegué a jugar con el EBA en Estepona, solo logré jugar Primera Nacional, una liga menos que EBA. El año que se cortó todo por el Covid, teníamos un buen equipo para ascender, así que aunque se cortó todo, conseguimos el ascenso en los despachos.
¿Cómo viviste la temporada pasada alternando entre LEB Oro y EBA?
La temporada pasada fue muy importante para mí. Que Covirán Granada y CB La Zubia confiaran en un chico que jugaba Primera Nacional en Estepona era difícil. Ese año me sirvió para sentirme un jugador profesional. Al final todos los jugadores del LEB Oro son profesionales, entonces yo me fijaba en ellos, en cómo actuar, qué hacer en cada momento, tomarnos en serio cada entrenamiento sin importar lo que durara.
¿Qué sentís que te aportaron tu rol en Granada y tu rol en La Zubia?
El rol que tuve en cada equipo fue muy importante para mi crecimiento. En Granada era el jugador número 12 así que partía desde otro punto, a diferencia de en la Zubia, que tenía que ser uno de los internos referentes. En el Covirán hacía bloqueos y continuaba, peleaba los rebotes y poco más. Los referentes ofensivos eran otros. En La Zubia si me sentí importante, había jugadas preparadas para mí y mis compañeros querían pasarme la bola. Me lo pasé muy bien jugando con el CB La Zubia, hicimos un gran año y había muy buena química. Se vio reflejado en los resultados.
¿Cómo se dio tu llegada a Valencia y qué sentiste en el debut en la Supercopa?
Mi llegada a Valencia se dio por las necesidades de cada parte, ellos buscaban un interno alto y joven que integrara el plantel del LEB Plata y yo veía una buena oportunidad irme a un filial de un club ACB, así que el fichaje se hizo rápido. El debut en la Supercopa fue algo increíble. Estaba en el torneo que había visto en la tele cada verano, en el sitio donde habían estado (y estaban) mis ídolos del baloncesto. Cuando Peñarroya me nombró para que saliera al campo sí que había un poco de nervios, pero en ese momento tienes que mantenerte frío y entrar a la pista para dar el 100%. Fue algo inimaginable para mi hace 2 años, cuando aún estaba en Estepona.
¿Qué expectativas tenés para esta temporada, por donde pasa tu foco?
Esta temporada va a ser muy importante para mi carrera. Si bien yo venía para hacer la pretemporada con el ACB y después volver a entrenar, debido a las lesiones del primer equipo estoy pudiendo disfrutar de ir convocado con ellos y poder disfrutar de algunos minutos. En el LEB Plata considero que tenemos un muy buen equipo, todos jugadores jóvenes. Dependeremos de si podemos jugar los partidos completos o si por culpa de las lesiones no podremos exponer nuestro máximo potencial.
Fotos: Gentileza de Valencia Basket, La Zubia y FIBA