La Selección comenzó a paso firme su camino en búsqueda de clasificar al próximo Mundial. Compromiso, jóvenes en ascenso y defensa son algunos de los puntos a destacar tras festejar por duplicado sobre Cuba.

A partir de las victorias en La Habana y Buenos Aires en el marco de las primeras Ventanas rumbo al Mundial de Qatar 2027, la Selección Argentina dejó señales claras de su proyección, su marcada identidad y el crecimiento de una estructura consolidada por Pablo Prigioni y su cuerpo técnico. A continuación, los diez factores claves que dejó esta primera doble fecha continental.

1. La vigencia de los líderes
La base de la última generación mantiene su compromiso intacto. Campazzo condujo desde su contagio y jerarquía habituales, repartiendo 6 asistencias en el Estadio Obras, mientras que Deck y Brussino (el de mayor tiempo en cancha en el primer cruce con 29 minutos de juego) dijeron presente con su aporte ofensivo: 8 puntos cada uno como visita, y de local Tortu fue el máximo goleador con 18, acompañado por los 13 tantos de Nicolás. José Vildoza, otro valor recurrente en cada citación, también sumó su oficio al elenco albiceleste entregando 4 pases gol en cada enfrentamiento.

2. Un recambio que crece con consistencia
Los jóvenes continúan confirmando su evolución. Gonzalo Corbalán, quien ya había evidenciado un salto de calidad en la pasada AmeriCup, fue el goleador en Cuba con 19 y concretó otros 12 como local. Juan Fernández completó dos actuaciones sólidas con 7 rebotes en cada juego, además de 8 y 14 puntos respectivamente. Lee Aaliya (6 y 5 puntos), Gonzalo Bressan (2 puntos en Buenos Aires) y especialmente Álex Negrete -autor de 10 puntos y 7 asistencias en Obras- siguen ampliando una rotación cada vez más confiable.

3. El impacto de Francisco Cáffaro
La regularidad que viene mostrando desde su llegada a Boca en La Liga Nacional (es el jugador de mayor valoración de la competencia doméstica con 27, máximo goleador con 262 puntos totales y 17,5 por partido, y también el mejor rebotero con 10,4 de promedio) se trasladó sin escalas a la Selección Mayor. El interno firmó un doble-doble de 18 puntos y 10 rebotes en La Habana, sumando 15 unidades y 6 tableros en Obras, y consolidándose como uno de los nombres más destacados de estas Ventanas.

4. El staff liderado por Pablo Prigioni
El Head Coach no solo volvió a establecer una esencia colectiva de juego que lo respalda en cada encuentro, también construyó un cuerpo técnico de confianza y excelencia. Los jugadores se sienten identificados con su idea y el grupo de trabajo presenta una moderna estructura conformada por Nicolás Casalánguida, Herman Mándole, Guido Fabbris, Pablo Albertinazzi y Pablo Favarel. Prigioni no solo conoce como pocos lo que representa vestir la camiseta argentina, también cuenta con el expertise necesario para conducir el camino al objetivo mundialista.

5. Victorias necesarias y goleo abultado
Argentina cerró la primera Ventana con dos triunfos en dos presentaciones, cuestión para nada menor en un sistema clasificatorio donde el resultado pesa tanto o incluso más que las formas, y donde la adaptación tanto al rival de turno como a la propia nómina que el seleccionado pueda presentar en cada instancia será clave. Otro factor trascendental, en el inicio de un Grupo D donde hoy se comparte liderazgo con Uruguay (ambos están 2-0 mientras que Panamá y Cuba aún no consiguieron ganar), es la amplia diferencia de puntos obtenida (+68 en total).

6. Sólida identidad defensiva
El elenco nacional recibió menos de 70 puntos en ambos partidos, permitiendo apenas un promedio de 58,5 tantos en contra, lo cual es un aspecto esencial en la filosofía pretendida por Prigioni y que trabajó especialmente en las semanas de preparación para este comienzo. La supremacía en el rebote (53-47 como visitante y 54-42 como local), sumado a la intensidad individual, ayudas y presión en primera línea que le permitieron robar 13 balones en el Estadio Obras, fueron determinantes para dominar a Cuba en los dos costados del rectángulo.

7. Fluidez del sistema ofensivo
Argentina promedió 92,5 puntos anotados en la doble jornada, incluso pese a los bajos porcentajes en La Habana (17,9 % en triples y 53,3 % en dobles). Si bien fuera del país la efectividad no fue una aliada, la circulación del balón y selección de tiros fueron apropiadas. Con una diferencia máxima de 16, la Albiceleste estuvo arriba en el marcador durante prácticamente toda la noche y repartió 18 asistencias contra 9 de su rival. En casa, los chicos fueron capaces de correr mucho más en contragolpe (25 puntos de ataque rápido), entregar 34 asistencias contra las 7 cubanas, aumentar su eficiencia (28,9 % de tres y 74,4 % de dos puntos) y reflejar su potencial de ataque encestando 105 unidades y consiguiendo un parcial demoledor de 19-0.

8. Juventud como bandera
Esta Ventana también sirvió para reafirmar el protagonismo de una camada que mostró su atrevimiento en la AmeriCup -se jugó aquel torneo con un plantel que promediaba 24 años- y que hoy toma la posta de cara al siguiente gran desafío de la Selección Mayor, siempre apoyada en los fuertes cimientos marcados por Campazzo, Deck y compañía. En ese contexto, Mateo Díaz hizo su debut absoluto, mientras que Juan Bocca y Dylan Bordón volvieron a sumar minutos y valiosa experiencia. Así, se avanza en el cumplimiento de otro objetivo de este proceso: ampliar la base de talentos rumbo a los próximos años de competencia en el plano internacional.

9. Química dentro y fuera de la cancha
El plantel continúa afianzando vínculos, disfrutando del proceso y desarrollando una identidad colectiva que excede lo estadístico. Queda claro en las concentraciones, se deja notar en el rostro y en los gestos de cada jugador albiceleste. La convivencia, el compañerismo, la ilusión y el sentido de pertenencia se destacan como pilares que hacen todavía más fuerte a este grupo humano.

10. Una noche repleta de símbolos
El encuentro del día lunes 1 de diciembre estuvo cargado de emociones: el estreno en suelo propio de la camiseta homenaje a la primera Generación Dorada, el reconocimiento a Ricardo González -capitán de aquel equipo campeón del Mundial 1950-, la presencia de íconos del básquet nacional como Marcelo Milanesio y Héctor Campana, el regreso del seleccionado tras el subcampeonato logrado en la AmeriCup de Nicaragua en agosto del corriente año, y la convocatoria de un público que colmó el Estadio Obras para acompañar la parada inicial rumbo al sueño de Qatar 2027.