La capitana repitió el premio y título con Berazategui. En un mano a mano, habló de este nuevo hito y de lo que sintió por las presencias de las nenas que dirige en el club y de su abuela, clave en la carrera.
"MVP... MVP... MVP...", coreaban sus compañeras en la mitad de la cancha y todo el Templo del Rock en la tarde del domingo. Esa ovación iba dirigida hacia una sola persona: Agustina Jourdheuil, la gran capitana, líder y referente de Berazategui. Una historia repetida: el equipo del sur bonaerense volvió a dominar la Liga Femenina, ganándola de punta a punta, invicto y alzándose bicampeón. Jourde volvió a ser decisiva en la definición, como hace nueve meses atrás y con una actuación descollante. Show de la alera, que finalizó con 18 puntos y 7 rebotes, guiando al monarca absoluto de la Liga (4 títulos en 7 ediciones) a una nueva conquista.
Sangre fría, determinación, carácter y, por supuesto, mucho básquet. Jourdheuil apareció en los momentos críticos de la final, apagando cada reacción que intentó el rival Corrientes Básquet y demostrándoles a todos por qué es el máximo pilar de Berazategui. Puede tener una fase regular en niveles normales y puede hacer unos playoffs dejando cuotas de su talento... Pero en definiciones es otro el cantar: explota, toma decisiones siempre acertadas, clava esos dos triples casi consecutivos desde 45° en el tercer cuarto de la final para tomar mayor confianza y soltar a las suyas. Efecto dominó, porque potencia a todas sus compañeras y se habla de ese espíritu que contagia, volviendo a aparecer en el tramo final con otra bomba para liquidar una nueva reacción rival.
En el deporte siempre existen de esas jugadoras distintas, aquellas que tienen la capacidad de cambiar el curso de un partido con un par de acciones clave, esas que lejos de escaparles a la presión de una final se calzan el traje de heroínas y salvan el día. Jourde es un claro ejemplo de determinación, de aparecer en el momento más crítico del partido y marcar una fuerte presencia. Top.
¿Se motiva realmente en finales o es más el producto de las acertadas decisiones que toma gracias a su lectura de juego?
"No me pongo a pensar si es partido de fase regular o una final. Cuando la pelota esta en el aire se juega y hay que ganar. La realidad es que las finales son la etapa que más me gustan porque es el premio de todo el esfuerzo de la temporada, eso es cierto, pero yo creo que se dio así y se lo agradezco a todo mi equipo, a mis compañeras y al cuerpo técnico por la confianza que me dan siempre. Tengo los pies sobre la tierra que sin ellos nada es posible", comienza respondiendo en charla con Prensa CAB.
Agustina se queda con algo para agregar y no duda.
"Además considero que esto es mi pasión. A decir verdad, estoy las 24 horas del día mirando, planificando, entrenando... Esto es lo que elijo día tras día tanto como jugadora, como entrenadora. Me parece que al tener otra visión de juego me ayuda a resolver distintas situaciones estando dentro de la cancha", complementa la idea de cómo siente y piensa. Y claro, esto lo dice refiriéndose a su rol como DT, recordando que en Berazategui está a cargo de la escuelita de básquet, de las formativas del club.
La historia de Jourdheuil ya es bastante conocida. Sus primeros pasos los dio en Social Lanús con 8 años, aunque luego se formó y creció en el Club Atlético Lanús, sin olvidar que el Granate es uno de los grandes desarrolladores históricamente del básquet femenino de nuestro país. Luego, desde 2018 y con la necesidad de buscar nuevos aires, decidió dar un volantazo y aterrizó en Berazategui para darle un giro a su vida, tanto en lo deportivo como en lo personal.
Desde su llegada al club hace tres años provocó un cambio notorio, y podría decirse que despertó un costado desconocido para ella y para todos. Pulió muchos aspectos de su juego, también mejoró el físico y fortaleció su cabeza. Todo eso por lo cómoda que se sintió cuando aterrizó a Bera, por la confianza que le dieron y el jugo que pudieron exprimirse mutuamente. En definitivamente, se conjugaron dos caminos que buscaban un mismo objetivo: crecer.
"Llegar a Berazategui fue clave. Empecé a ver el deporte de otro lado y tengo la suerte de que desde el primer momento en el que llegué me valoraron mucho. Valoraron mis virtudes, y me ayudaron y me ayudan a mejorar mis debilidades. Berazategui es eso, es disfrute, es amar lo que haces, es alegría y pasión. Todos tenemos el mismo fin", cuenta entre sonrisas Agustina.
Su función como entrenadora en la escuelita no es un dato menor, ni mucho menos pasa inadvertido. Y es que ese grupito de nenas que ella dirige y forma en Berazategui la acompaña a todas partes, a todos los partidos y ni hablar en instancias decisivas como la final del domingo. Acá hay algo clave, porque no solamente son niñas que aprenden y se divierten jugando al básquet, sino que además estamos ante la genuina formación de personas. Ellas crecerán con los valores que Agus le inculca día tras día, con lo magnífico que eso significa y la enorme responsabilidad que requiere.
Jourdheuil trabaja en la escuelita compartiendo funciones con Sofi Wolf. Por eso, cada vez que ellas tienen un partido ya fuese por Liga Femenina, Federal o Metro, se puede observar un gran grupo de pequeñas que alientan a sus profes, que corean cada acción de juego que toman y que les festejan cada punto con mucho fervor. Enorme aliento baja desde la tribuna para Agustina, esa hinchada casi personal que tiene y que se hizo sentir con casi 500 personas en la platea norte, entre las familias del Depo y esas nenas que no pararon de alentar.
"Ufff... lo de las nenas fue maravilloso de verdad, no te lo puedo poner en palabras. Estaba haciendo la entrada en calor y ya tenía la pie de gallina. Las familias, las nenas... somos un combo hermoso. Como te dije antes, yo soy apasionada de esto, amo mi trabajo y considero que la formación es un todo. El rol de entrenadora en las edades tempranas es clave, y yo quiero que dentro de un par de año me recuerden con los mejores momentos. Sueño con que el día de mañana puedan vivir lo que me toco presenciar a mí el fin de semana", explica.
Terminado el partido del domingo y consumado este nuevo título para Berazategui, hubo un apartado de color evidente: en el medio de los festejos, Agustina se acercó a un costado de la cancha y se fusionó en un tierno abrazo con su abuela, esa abuela que la acompaña desde el primer día que decidió jugar al básquet. Una compañera fiel, siempre presente, juegue de local o de visitante, llueva o truene y sin importar las distancias. La capitana del Depo le debe mucho a su nona, a Titina, su hincha número 1, la presidenta del club de fans.
"La vieja es la que me llevó por primera vez a una cancha. Desde los 8 años me acompañó a todos los entrenamientos, los partidos de local y también los de visitante, salíamos con el micro a las 8 de la mañana y nos mirábamos toda la jornada juntas. ¿Qué te puedo decir?... es la Titi del pueblo, todas la conocen con esa alegría que la caracteriza y es amor mutuo. Muchos de los valores que trato de inculcarles a las nenas los mamé de ella. Responsabilidad, compromiso... no me acuerdo haber faltado a un entrenamiento (se ríe)".
Por último, y retomando la importancia e incidencia que tuvo y tiene Berazategui en su vida, así como Jourdheuil es formadora de muchas nenas desde lo deportivo pero también desde lo personal, el club también le fue dejando una enseñanza a Agustina. Esos aprendizajes de vida, que también te forman y te muestran el camino en el que uno se nutre como persona, con esos valores propios de un club de barrio, familiar y siempre unido.
"Aprendí que los valores del club por sobre todo son lo esencial para mantener a toda esta gran familia que forma Bera. No hay que olvidar que seguimos siendo un club de barrio, y eso es lo que lo hace tan especial, porque lo que genera ver a tantas nenas acercarse al club es signo de crecimiento constante. Y lo que hacemos es sumarlas a la gran familia que somos, brindando los mismos valores que tenemos como cabecera quienes ya formamos parte. Todos tenemos la misma esencia, y eso es clave", cerró la jugadora más valorada por partida doble.
Festejo múltiple en el que sin dudas es un cierre de año perfecto para Berazategui. Dominó el 2021 de la Liga Femenina con todo lo que significa, confirmando su chapa de candidato y haciendo valer su mote de campeón en cada partido que le tocó afrontar. Agustina siendo Agustina fue el pilar que le permitió a este equipo volver a tocar el cielo con las manos y volver a celebrar, en una fiesta que ese mismo domingo se extendió hasta altas horas de la noche y que promete continuar. Salud bicampeón, salud capitana y doble MVP, en estas fiestas navideñas levantarán las copas bien alto, tal y como lo hacen en cada definición que disputan.
Fotografías: Marcelo Endelli / La Liga