El pivote, de gran presente en Boca, expresó sus emociones por haber alcanzado la Selección Mayor por primera vez en su carrera. Habla de las razones de su evolución y las expectativas de cara al futuro.
Fuerte, inteligente y trabajador. A sus 30 años, y con varias temporadas de Liga al hombro, Kevin Hernández finalmente alcanzó la Selección, uno de los sueños que lo impulsó desde pequeño a convertirse en profesional. Ya reunido con Néstor García y sus compañeros en la concentración, pensando en los duelos ante Paraguay del viernes y el sábado, el nacido en Buenos Aires brindó sus sensaciones y contó en detalle cómo fue que evolucionó su juego en los últimos años hasta convertirse en uno de los mejores internos del país.
Además, el pivote de Boca que promedia 14.8 puntos, 3.5 rebotes y 1.4 asistencia en esta joven temporada, comentó cuáles son sus objetivos a corto plazo con el conjunto que dirige Gonzalo García y reveló algunos sueños que le quedan cumplir en su carrera, como adquirir experiencia en el exterior y asentarse en la Selección. A continuación, lo mejor de su entretenida e introspectiva charla con
Prensa CAB.
-¿Cómo vivís esta primera oportunidad de representar a tu país? ¿Esperabas la convocatoria?
-Lo vivo como algo muy lindo. Fue una sorpresa, el jueves me desperté con esa noticia y no me lo esperaba para nada. Alguna vez me ha pasado de estar en la lista previa de los jugadores que pueden ser convocados y no se me había dado. Por eso prefiero no hacerme ilusiones, no está bueno cuando eso pasa. Trabajo día a día para estar bien en caso de que llegue la oportunidad estar listo para dar mi mejor versión. Tengo ganas de que ya comiencen los entrenamientos y los partidos en caso de que quede, obviamente. Quiero aprovecharlo y disfrutarlo al máximo.
-¿Qué expectativas tenés sobre lo que va a ser esta semana de entrenamientos, que culminará con los partidos ante Paraguay?
-Creo que va a ser una semana de mucha intensidad, tanto por los entrenamientos grupales como por lo personal. Va a haber una energía muy linda, a la mayoría de los jugadores los conozco por haber jugado con o contra ellos. He compartido cancha con casi todos y siempre hubo muy buena onda. Vamos a estar una semana entrenando con jugadores de élite y en la Selección, seguro va a ser algo muy lindo. Voy a dar todo de mí en favor del equipo e intentaré aprender todo lo que pueda. Estoy más que orgulloso de estar en este grupo que va a representar la celeste y blanca.
-¿Soñabas con vestir la celeste y blanca? ¿Quiénes eran tus ídolos de chico?
-Todo deportista sueña con representar a su país, mucho más cuando es chico. Es de esos anhelos que te empujan a querer mejorar y llegar muy lejos. Me tocó hacerlo en formativas pero siempre soñé en que me toque en la mayor, creo que es lo máximo a lo que se puede aspirar como jugador. Mi gran ídolo es el Chapu Nocioni por la garra que transmite. Siempre hizo lo que sea necesario para que el equipo gane y nunca se quejó. Otro referente es Fabricio Oberto, que por suerte me lo he cruzado alguna que otra vez. Además de carismático y buena persona, era muy bueno en generar ventaja para sí mismo o su equipo.
-La Liga con San Lorenzo, tu llegada a Boca, y luego la preselección. ¿Sentís que estás dando un paso adelante en tu carrera?
-Estoy empezando a cosechar el fruto de lo que he estado sembrando todos estos años. Todo lo que estuve esforzándome, el trabajo extra, la buena alimentación, me llevaron a ser más competitivo. Son cosas que fui logrando de a poco. Me informo, sumo algo nuevo y me va mejor. Me pone feliz que lleguen estas recompensas, significa que el camino que estoy transitando es el correcto. Ser campeón con San Lorenzo, que me llame Boca de nuevo, porque antes había dejado una buena imagen, que llegue esta oportunidad en la Selección. Todo esto me incentiva a ir por más. Disfruto del presente porque uno nunca sabe lo que nos puede traer el futuro, pero sé que si me esfuerzo y aprendo todo traerá su recompensa.
-¿A qué le atribuís este gran presente?
-Se lo atribuyo a la madurez que fui obteniendo a través de los años. Charlar con colegas más grandes, preguntar, investigar, ser curioso y tener voluntad de mejorar. Todos esos detalles te hacen ser más competitivo, y creo que todos los deportistas lo deberían tener. No hace falta sobre exigirse, es ir poco a poco de forma constante. Trato de sumar más cosas a mi juego y a mi persona y trabajo mucho en mi mentalidad. Sé que he cambiado mucho en la forma que me comunico con mis compañeros. Intento tener pequeñas charlas en los partidos en lugar de enojarme o reaccionar mal, algo que cuando era chico no sabía aplicar. También lo he cambiado dentro mío, en lo que es la charla interna. Soy muy exigente conmigo mismo y a veces me castigaba demasiado. Yo quiero medirme con los mejores y para eso hay que trabajar en todos estos detalles. A ellos les atribuyo este buen momento que estoy viviendo.
-¿Qué proyectás a corto y mediano plazo, sobre todo en esta temporada con Boca y la chance de jugar con Argentina?
-Creo que mi carrera en este momento está bien encaminada. Seguimos trabajando con Boca para que nuestro juego sea cada vez más fluido. Trato de aportar todo de mi lado para que mis compañeros eleven su juego. Intento estar siempre para ayudarlos. Esta evolución que estoy teniendo en mi juego individual es buena para el equipo, pero queremos mejorar y para eso hay que seguir exigiéndose y entrenar duro. Queremos llegar de la mejor manera a la Champions, que arranca en diciembre, y competir en todos los partidos de la Liga Nacional. La Selección lo tomo como algo a corto plazo. Ahora voy a disfrutar al máximo esta experiencia, voy a aprender y dar todo lo que pueda al equipo. Después el entrenador elegirá, me encantaría estar en esta ventana y en las futuras también.
-¿Cómo te ves más a futuro?
-Me encantaría ir a jugar a otros países, pisar más fuerte en el exterior. Formar parte de la Selección por algunos años y jugar muchos torneos. A eso apunto, jugar afuera y representar a mi país me va a llevar a tener otro roce y a aprender de otros estilos de juego. En otros países se tiene una mirada diferente del básquet. Uno siempre mantiene su esencia, pero se aprende mucho viendo cómo lo hacen los demás, sirve para sumar cosas nuevas. En otras ligas se miran otros detalles que quizás me sirvan para crecer. Yo estoy en constante aprendizaje, y todo lo que sirva para mejorar mis habilidades, mi forma de jugar o de ver el juego, es bienvenido. Tengo muchas ganas de empezar a rozarme con jugadores de afuera y sé que es algo que llegará con el tiempo. Primero toca dedicarme por completo a mi presente, hacerlo bien con Boca, y todo llegará. Lo más importante es siempre disfrutar del día a día. Me gusta soñar, pero siempre con los pies sobre la tierra.