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La Generación Dorada nos puso en una situación de privilegio

Viernes, 13 de Mayo de 2016 / Publicado en La entrevista de la semana
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Fernando Duró pasó por La entrevista de la semana y destacó el valor de los entrenadores argentinos a nivel internacional. Después de salir campeón en la Liga de Venezuela, el ex asistente de la Selección Argentina volvió a Olímpico y lo llevó al primer puesto de la fase regular de la Liga Nacional. Sus objetivos y un repaso por el pasado.

 

Fernando Duró tiene una larga trayectoria como entrenador y excelentes pergaminos que, después de un paso por la Liga Venezuela y con título incluido (dirigiendo a Marinos), volvieron a posarse en la Liga Nacional. Regresó a Olímpico para cumplir con el compromiso asumido antes de irse y convirtió al conjunto de La Banda en protagonista de la competencia. Tanto que lo llevó al mejor récord de la fase regular y despertó grandes expectativas rumbo a los playoffs. Uno de los tantos buenos entrenadores que tiene el país, ex asistente de Rubén Magnano en las selecciones de Argentina y Brasil, es el nuevo protagonista de La entrevista de la semana.

-¿Con qué ideas llegaste al club para esta nueva etapa y qué sensación tenés después de lo conseguido en la fase regular?
-Venía del título en Venezuela y a su vez seguía el crecimiento de Olímpico en algo que nos habíamos comprometido con el presidente, en crecer a nivel institucional para buscar luego, en un par de años, insertarnos en lo deportivo. Después de ver el desarrollo institucional, había llegado el momento de corresponder ese esfuerzo, porque habíamos quedado de palabra que, cuando llegara el momento de poder armar un equipo para competir por grandes cosas o soñar con entrar en alguna competencia internacional, yo iba a estar. Cuando llegué, nos planteamos objetivos a corto plazo. Primero era construir un equipo competitivo, después llegar al Súper 4, y cuando llegamos primeros a enero quería seguir esa línea. Terminamos desarrollando una temporada espectacular. Por un lado es más de lo pensado, pero al mismo tiempo podemos pensar en lograr el objetivo más importante, que es insertarse a nivel internacional.

-O sea que si bien hay algo de sorpresa, en tu cabeza estaba esa ilusión de conseguir grandes cosas, ¿no?
-Sí, por supuesto. Vine con muchas ganas y no quería bajar la línea de lo que había conseguido en Venezuela. Quería mantenerme en estos desafíos.

-No es simple lograr funcionamiento rápidamente cuando se arma un equipo nuevo. ¿Por qué se les dio?
-La estructura del equipo la fui conformando de acuerdo a mi filosofía defensiva, que llega a través de Justin Williams, alguien a quien tenía en carpeta fuera al lugar que fuera. Cuando vas encontrando los jugadores que se adaptan a tu filosofía es mucho más fácil. Armamos una buena mezcla con jugadores de experiencia y otros con ganas de crecer. Además, hicimos sólo un cambio en todo el año y es importante mantener la estructura del equipo durante toda la temporada. Rápidamente entramos en sistema y tuvimos éxito.

-En ese éxito hay una gran virtud que destacan todos en el equipo, que es la química. ¿Coincidís?
-Sí, sin dudas. Es un gran grupo y nos fuimos adaptando mutuamente a las situaciones de juego que nos daba la Liga. El gran trabajo de la dirigencia nos permitió tener mayores comodidades, como las piletas de recuperación para que los jugadores se sientan cómodos. Fue una cadena de situaciones que coincidieron. Y estamos con los pies sobre la tierra porque sabemos los objetivos que perseguimos para este primer año de trabajo.

-Desde el juego, ¿cuáles son las principales virtudes o motivos del éxito de Olímpico?
-No tuvimos grandes jugadores lesionados, pudimos mantener la estructura durante toda la temporada. Creo que nuestra defensa fue un punto importante en la recuperación de balones, ya sea desde el rebote defensivo, los tapones de Williams, o llevar a los equipos a zonas no deseadas de juego. Eso nos permitió correr y jugar en transición como me gusta. Así también creció nuestro porcentaje de cancha, fuimos madurando. Hemos logrado algo que no es tan fácil para una primera temporada. Hay mucho por corregir todavía, y ahora llegó el momento para ver dónde estamos parados y si nos merecemos un torneo internacional para la temporada que viene.

-Siempre se dice que los playoffs son una historia diferente. ¿Cómo se hace para llevar lo de la fase regular a esta etapa?
-Tratando de consolidar lo que venimos haciendo toda la temporada, ni más ni menos. Se trata de estar sólidos y sacarse los nervios jugando bien. Sacarse la ansiedad para que no nos traicione cuando las cosas no nos salen, mantener esa filosofía de juego que nos trajo hasta acá... No es fácil, hay jugadores que lo pueden manejar y otros quizás no. Pero si podemos transferir a los playoffs el nivel de juego que tuvimos en la fase regular, podemos ganar o perder pero el equipo será Olímpico.

-¿Es difícil manejar esa ansiedad o expectativa que se creó? La gente de La Banda debe estar muy expectante y ustedes siempre se trazaron objetivos cortos, pero al mismo tiempo imagino que no debe ser fácil evitar ilusionarse con un objetivo más ambicioso después de tener una temporada regular tan buena…
-Sí, lo entiendo. Creo que nuestra medida va a ser la primera serie de playoffs. Si la podemos pasar y ponernos en una final de conferencia, nos vamos a sacar una gran presión de encima. Hay muchos jugadores que están debutando en estas instancias. Vinimos a jugar a Formosa unos amistosos justamente para eso, para trabajar sobre lo que veníamos haciendo, adaptar algunas cosas de acuerdo a los rivales que podemos llegar a enfrentar. Pero el gran objetivo para ilusionarse es pasar esa primera serie.

-¿Dónde sentís que estás a nivel personal en tu carrera?
-Todos los momentos fueron importantes en mi vida. Ya pasaron un montón de años a nivel de clubes, a nivel internacional con la Selección, también en la Liga de Venezuela. Uno se va sintiendo más maduro. Este es un gran momento profesional y personal, donde puedo reafirmar aún más los valores que mostré a lo largo de mi carrera deportiva. Tengo el respeto ganado por los valores que llevé adelante con mis equipos. Me siento orgulloso por llevar adelante una carrera con estos valores que pude sostener a través del tiempo, que me llevaron a lugares impresionantes y con personas que uno quiere.

-Además en una profesión que a veces puede ser muy ingrata por el nivel de exitismo con el que conviven…
-Totalmente. Por eso creo que lo primero que uno tiene que sostener son el respeto y compromiso, que están por encima del pick and roll, de una defensa individual o de un partido ganado o perdido. Me siento orgulloso de los valores que pregono.

-Te tocó ir a Venezuela y ser campeón, fuiste a Brasil como asistente de Rubén Magnano y tuviste éxito… Sos parte de ese fenómeno que se da de la valorización que tiene el entrenador argentino a nivel internacional. De hecho, más de una Selección de los Juegos tendrá un coach argentino. ¿Por qué se da ese fenómeno, qué tiene el entrenador argentino que lo hace atractivo en otros países?
-Tenemos un respeto ganado a nivel mundial, y la Generación Dorada nos puso en una situación de privilegio en América. No hay dudas que viene de la mano de lo que ellos consiguieron. Fijate lo que significa Rubén Magnano para América y para el mundo. La Liga Nacional también lleva más de 30 años de historia y es la más grande de América, tenemos la mejor y más fuerte organización de entrenadores del continente, también contamos con grandes formadores de jugadores… Es un estamento que es respetado en el continente y es buscado para insertarse a nivel internacional. Lo ha hecho Venezuela, ahora lo está intentando Brasil con la búsqueda de una medalla en los Juegos Olímpicos. Y por muchos países emergentes han pasado entrenadores argentinos buscando ese crecimiento.

-Imagino que cuando ves que llega el éxito para algún argentino en otros lugares, algo que te tocó, debes sentir orgullo.
-No tengas ninguna duda. Son cosas fuertes e importantes las que pasaron. La bandera es algo que a nosotros nos acompaña constantemente, el poder representar a nuestro país… No cambiaría nada por un torneo internacional o por la bandera argentina.

-¿Cómo viviste el trabajo en Brasil? Porque, volviendo al tema del valor de los argentinos afuera, junto con Magnano dejaron su sello y cambiaron la manera de jugar en un país con una tradición completamente diferente…
-Rubén es una de las personas más respetadas del deporte brasileño, no sólo del básquet. Es uno de los mejores asesores que tiene el deporte brasileño hoy. Y se lo ha ganado. Haber compartido cuatros años con él fue maravilloso, una gran experiencia para nuestro currículum en un país que parecía prácticamente imposible que pudiera defender. Y lo hicieron.

-Habiendo vivido el proceso más exitoso de la historia del básquet argentino como parte del staff y llegando a la actualidad, ¿cómo ves este recambio y nueva camada que está apareciendo?
-Pasaron casi 12 años de aquellos Juegos en Atenas y ya empezamos a ver una nueva generación, producto de la Liga Nacional, de algunos jugadores que pudieron insertarse nuevamente en el mercado europeo… El reciclado lleva tiempo, lleva años como llevó la construcción de la Generación Dorada. Son proceso normales y tienen el sustento de los estamentos sólidos que tiene el básquet argentino. Gracias a eso podremos disfrutar en Río de unos Juegos Olímpicos con casi el 70/80% del recambio hecho.

-¿Te quedan desafíos o ilusiones que te gustaría afrontar?
-Siempre, los desafíos son permanentes. Salir campeón donde me toque dirigir, comandar un proceso internacional en el país que me toque, dirigir un Mundial o Juego Olímpico. Siempre hay desafíos por delante. Mis sueños fueron cumplidos en exceso. Pero los desafíos son los que me mantienen vivo y me hacen seguir mejorando en mi trabajo. Uno siempre trata de estar preparado.

Foto: LNB.com.ar

Leandro Fernández
@FernandezLea
[email protected]
@cabboficial

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