Como es habitual, cuando comienzan los playoffs es momento para Manu Ginóbili y sus Spurs, número puesto a la hora de anotar a un aspirante al título en la mejor liga del mundo. Su primer obstáculo en la postemporada es Memphis, un equipo que suele complicarle las cosas a sus rivales con su estilo físico y duro. Aunque, por la superior jerarquía individual y profundidad en las plantillas, quizás no se esperaba que la serie se pusiera tan complicada.

Es que después de quedarse con los dos primeros encuentros en casa y con autoridad (111-82 y 96-82), la historia con los Grizzlies como locales fue completamente diferente. Allí, desde el carácter para luchar, la intensa defensa, la genial conducción de Mike Conley y la mejora en la producción de los actores de reparto, llegó la igualdad en la eliminatoria tras los triunfos por 105-94 y 110-108, este último tras un suplementario y con un golazo sobre la hora de Marc Gasol, otro de los pilares.

¿Y Manu? Si bien con el juego 3 se convirtió en el décimo jugador en la historia en llegar a 200 encuentros de postemporada (y el primero de ellos tras ser elegido en la segunda ronda del Draft), su serie viene siendo completamente atípica. Es que en los cuatro partidos, donde disputó un total de 58 minutos, todavía no pudo anotar. La peor sequía de su carrera lo tiene con 0-15 en sus intentos al aro (0-10 en triples), y apenas acumula nueve rebotes, ocho asistencias y cuatro robos en dichos encuentros. Si bien ya no tiene el protagonismo de sus mejores años, durante la fase regular demostró ser de gran valor para la segunda unidad texana, que lo necesita para revitalizar a un equipo que está dependiendo muchísimo de la producción de su estrella, Kawhi Leonard.

La serie seguirá este martes en San Antonio y el jueves en Memphis. Un hipotético séptimo sería el sábado, nuevamente en Texas. Los Spurs aún tienen la ventaja de localía a su favor, aunque surgieron algunos interrogantes. A esperar por su mejora y la de Ginóbili.