El granate se impuso en la final a Atalaya por 72-66. El tercer lugar quedó para Vélez.

La jornada se abrió con la disputa del tercer lugar. Marcando la cancha desde el primer minuto, el cuadro representante de FeBAMBA sacó una leve diferencia al cerrar el primer cuarto (14-7), aunque el golpe de efecto real llegaría en el segundo segmento, donde de la mano de un parcial de 23-8, se despegaría completamente.

Así Vélez llegó al descanso largo con una luz de 22 unidades (37-15); colchón más que importante pensando en la segunda parte.

Como era de esperarse, el Tomás de Rocamora salió a quemar las naves, sin conseguir el golpe de efecto deseado, pero entregándole al trámite un pasaje de alto vuelo, y a la postre, el de mayor cantidad de anotaciones (sumaron 37 entre las dos escuadras).

Con el reloj y el marcador a su favor, la “V” sólo necesitó administrar sus energías, y no nublarse ante el embate final de las mesopotámicas.

Los 25 puntos de brecha (57-32) con los cuales arrancaron el capítulo final, fueron un prólogo más que anunciado de un desenlace que, pese al empeño “rojo”, fue previsible. Con el sonido de la chicharra final, se desató el festejo velezano, que se llevó el triunfo por 75-46.

El ganador encontró en Luciana Costa Paz a su máxima artillera con 18 unidades (7/11 en campo); siendo apuntalada por Brenda Fontana con 14 (20 rebotes, y +29 de valoración) y Luana Garay con otros 12.

Entre las chicas de Concepción del Uruguay, Florencia Respaud volvió a marcar el rumbo del ataque con 14 tantos; siendo seguida por Paulina Ruiz Díaz, la cual saltando desde la banca aportó otros 11.

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Llegó el momento del plato fuerte. Se sabía de antemano que la definición no tendría desperdicio, y sería pareja de principio a fin. Las previsiones eran, al final de cuentas, un cúmulo de futurologías con alto grado de acierto, que en cualquier casa de apuestas pagarían muy poco. No había otro camino para la final.

Y así fue. De dientes apretados y cierre incierto. Quien pegó primero fue Atalaya, el cual se quedó con el primer cuarto por 21-14, basándose en una fórmula que por conocida no dejó de ser eficaz: jugar prácticamente sin rotación, y que el quinteto abridor se haga cargo de la situación.

En ese aspecto Lanús no fue menos. Su mundo giró en torno a seis jugadoras, y en esa ruleta pequeña, el “granate” se vio mejor plantado dentro del segundo capítulo, el cual se lo llevó por 17-11.

Al regreso de zona de vestuarios, las rosarinas iniciaron con una mínima ventaja (32-31), la cual llevarían apenas un poco más allá al momento de meterse en el acto final, amparándose en un 18-15 que les dio brecha de cuatro (50-46).

Los minutos fueron pasando, y el aroma a tiempo suplementario fue impregnando todo el Polideportivo del Boxing Club. Sin embargo, un mejor cierre volcó la balanza a favor de Lanús, el cual llegó a los últimos dos minutos en igualdad de 63, y en los siguientes sesenta segundos estableció una racha de 5-0, que marcaría el quiebre del match.

El global terminó siendo de 26-16, para que las chicas del sur del Gran Buenos Aires celebraran con el tanteador final de 72-66.

Sofía Acevedo terminó como goleadora del triunfador con 28 unidades; siendo apuntalada por Martina Torres, la cual saltando desde la banca entregó 15; y Martina Scian, quien también siendo inicial logró 13.

Por Atalaya, Chiara De Virgilio contabilizó 18 puntos, escoltada por el tándem integrado por María Victoria Fux y Agustina Linari, las cuales combinaron 28 (14 cada una).

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Fotos: Prensa San Miguel.

Emanuel Niel
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