Figura de la LDD en Instituto y con participación en la Selección Argentina 3x3, el base cordobés describe su presente y expresa su encanto por la nueva disciplina que atraviesa su carrera.

Tiene 21 años, nació en la capital cordobesa, juega en La Gloria desde sus tempranos cuatro años, se dedica completamente al básquet y tiene como referente a su padre, quien también practicaba el deporte y fue el encargado de transmitirle la pasión que hoy moviliza su vida. “Este año jugué mayormente en Liga de Desarrollo, una categoría competitiva donde mejorás día a día midiéndote con los mejores proyectos del país. Estamos primeros a falta de dos fechas con récord de 31-5, y hoy mi objetivo es más colectivo que individual, sueño poder coronar esta gran temporada como campeones del Final Four”, se ilusiona Lautaro.

Por supuesto, más allá de destacarse en el puntero de la actual LDD, el base de 1m77 es parte del equipo profesional que hoy también lidera las posiciones de La Liga Nacional, entorno en el que intenta absorber cada enseñanza. “Es un orgullo formarme junto a un plantel de tanta jerarquía. Compartir vestuario, viajes y entrenamiento con ellos sirve muchísimo para crecer observándolos de cerca. Victoriano es un excelente técnico, se nota su experiencia y especialmente con los pibes siempre está al pie del cañón para darnos confianza y ayudarnos en lo que necesitemos”, indica el juvenil.

Pero otra de las esferas de nuestro básquet que se ensambla en la activa y joven carrera de Urquiza es la de La Liga 3x3, competición que lo envalentonó y hoy lo disfruta como uno de sus máximos exponentes. En el cuarteto de Instituto generalmente representado por Juan Cruz Frontera, Ignacio Beltramino, Bruno Abrate y el propio Lautaro, se creó un núcleo apasionado por el circuito y capaz de ubicarse entre los mejores del país. “Nuestras fortalezas son un juego dinámico e intenso, y el contar con muy buenos tiradores. Somos constantes porque conformamos un hermoso grupo al que le encanta este mundo. Además, con mi convocatoria y la de Juan Cruz al seleccionado, el resto se incentivó a involucrarse también”.

“Comenzamos jugando en los ET de LNB, y yo siempre quería estar. Lo que más impulsó fue la Parada de La Liga 3x3 en Córdoba el año pasado, donde fuimos campeones. En la Parada Final de Tecnópolis me motivé aún más y con las convocatorias a la Selección me terminé de enganchar”, repasa el protagonista su relación con la disciplina. “El clima es genial, porque salís de la rutina del básquet tradicional: viajás en un grupo reducido y con un solo entrenador, la intimidad es mayor, se convive mucho incluso con los rivales y resultan muy lindas experiencias. Siempre que vamos, sea cual sea el resultado, nos divertimos”.

Gracias a sus destacadas actuaciones tanto en LDD como especialmente en este formato, Urquiza fue convocado a la Selección Argentina 3x3 para participar de dos torneos en el exterior. Al propósito, describe que “vestir esa camiseta es algo único, con lo que soñás desde chico, estoy feliz de haber pasado por esos procesos, sigo enfocado y esperando poder ser parte de futuras citaciones”.

“En mi primer torneo en Brasil vimos dónde estaba la vara internacional, midiéndonos con los mejores y perdiendo ajustadamente con el local, con mucho menos material y ante profesionales y potencias de la disciplina. El segundo fueron los ODESUR de Paraguay, donde compartimos hotel con toda la delegación y la pasamos de maravillas, fue como vivir unos JJ.OO. Hicimos una fase de grupos perfecta ganándole a Uruguay y Bolivia, y caímos nuevamente con Brasil en cuartos, sin nada para reprocharnos”, señala el cordobés.

Por último, Lautaro comenta que “veo al 3x3 en permanente crecimiento: hace algunos años no se le daba tanta importancia pero, con las paradas de cada fin de semana por toda la Argentina, el formato se está extendiendo en territorio y en edades, y los jugadores la toman cada vez con más seriedad”. Finalmente, si tuviera que aconsejar a cualquiera que le interese participar de esta actividad, su mensaje sería: “Que se sumen porque es un ambiente espectacular, de mucho compañerismo. Y si pueden hacerlo con amigos, mucho mejor. Les va a encantar la disciplina, es algo muy callejero que te recuerda a tus primeros momentos en una cancha de básquet”.