Con un Ron Artest fabuloso (20 puntos y un triple decisivo a un minuto del final) y un Pau Gasol increíble en los minutos finales, los Lakers superaron a Boston 83 a 79 para llevarse la serie 4-3 y mantener el título. Es el 11° anillo de campeón para Phil Jackson. Kobe Bryant, MVP.
Lakers-Celtics, séptimo partido. No hay mañana. La presión y ansiedad existentes para un juego 7 en unas finales, que en los últimos 22 años sólo habían jugado Houston-Knicks en 1994 y Spurs-Pistons en el 2005, era tan grande que ni siquiera los más experimentados pudieron aislarse.

Y cuando decimos los más experimentados, hablamos puntualmente de Kobe Bryant, que fue una sombra durante casi todo el partido, sobre todo en ataque, y más allá de sus 23 puntos finales.

Bryant falló 14 de sus primeros 17 lanzamientos al cesto, se equivocó con el balón, dio pases inusuales en él, y contagió a sus compañeros que, por el contrario, esperaban que Kobe fuera el bálsamo en el que refugiarse.

Como eso no pasó, Boston sacó ventajas a partir del segundo cuarto y, de no haber sido por el enorme dominio de los rebotes ofensivos por parte del local y de la extraordinaria tarea de Ron Artest, los verdes podrían haber sentenciado el juego en la primera parte.

Sacaron 9 en el primer cuarto y una máxima de 13 en el segundo (49-36), con estadísticas increíbles, como el porcentaje de campo de los Lakers, que apenas superaba el 25%. No había forma de salir campeón de esa manera.

Los Celtics, sin el lesionado Kendrick Perkins, tuvieron a un excelente Rasheed Wallace, que le dio algunas lecciones ofensivas a Gasol al principio pero que no pudo aguantar su rendimiento en todo el partido.

Cuando Boston aflojó un poco, Bryant empezó a hacerse sentir forzando faltas y anotando libres, Artest continuó atacando y defendiendo con una enorme intensidad y, sobre todo, apareció Pau Gasol.

El español jugó 20 minutos finales como pocas veces se lo había visto antes: atacando el cesto con agresividad (13 puntos en ese parcial), buscando los rebotes con entusiasmo (8, para totalizar 18 en el partido), colocando un tapón clave y pasando el balón con el talento que lo caracteriza.

Entonces, lo que parecía que se iba a convertir en una pesadilla, se empezó a dar vuelta y los Lakers pusieron un parcial, desde su máxima desventaja, de 25-12 para igualar en 61 faltando 7m29s.

De ahí en más fue una guerra (los árbitros dejaron jugar demasiado) de la que sacó provecho LA, que sacó 6 de luz a 1m30s del cierre. Pero un triple de Wallace primero y de Allen después (en el medio hubo otro determinante de Artest), le dio más fuego todavía a la pasión reinante: 79-76 y 51s por jugar.

Bryant volvió a equivocarse y, tras un rebote ofensivo de Gasol a 28s del final, en lugar de sacar el balón para dejar pasar el tiempo, encaró al cesto, con mucha suerte, ya que cobraron falta sobre él, cuando podrían haber pitado ataque.

Dos adentro y 81-76, pero no estaba todo dicho. Tiro de Allen fallado, rebote peleado, sale Rondo hacia afuera y clava otro triple con 16s en el reloj: 81-79. Minuto para LA.

Con Vujacic en cancha, le dieron la pelota al esloveno, que sin haber casi jugado en el partido, tuvo sangre fría para clavar limpitos los dos libres que, a la larga, serían los del título. Boston falló el ataque siguiente y no hubo tiempo para más.

Fue 83-79, título para los Lakers, repitiendo el de la 2008/09, quinto anillo para Bryant y 11º para Phil Jackson. Artest terminó con 20 puntos, Gasol con 19 y 18 rebotes y Bryant con 23 y 15 recobres. En Boston, el mejor fue Rajon Rondo, con 14 puntos, 10 asistencias y 8 rebotes.

El MVP de las finales le fue otorgado nuevamente a Kobe Bryant, por sus más de 28 puntos de media en estas finales, más allá de este pobre séptimo juego para una figura estelar como él, que cada día se acerca más a la figura de su ídolo de pequeño, Michael Jordan.

Fuente: Basquetplus