Tras el subcampeonato conseguido por el conjunto de Sergio Hernández, hacemos un repaso estadístico del plantel nacional. Campazzo y Brussino integraron el quinteto ideal, pero hubo varios rendimientos altos.

Pasó la primera edición de la AmeriCup y la Selección Argentina cumplió con un gran papel pese al dolor final. La amargura por perder el título en manos de Estados Unidos en una definición que la tuvo con una ventaja de 20 puntos no debe tapar el gran rendimiento del equipo nacional, que con el promedio de edad más bajo del torneo (24.6) y sin el capitán Luis Scola en cancha (el número baja a 23.5 años de media sin contarlo) demostró que está por el camino correcto en este proceso de renovación. Es hora de hacer el repaso estadístico.

El liderazgo de Facundo Campazzo en el juego quedó reflejado con los números, que sirven para graficar su tarea. El base cordobés lideró al seleccionado en puntos (14), asistencias (6.6), robos (2.2) y hasta tapas (1) pese a ser el más bajo del plantel. Terminó, además, con 2.8 rebotes, 49% de cancha y 17.8 de eficiencia (la mejor junto a Garino). Si bien la tabla de pases gol y recuperos lo tiene tercero en cuanto a promedio, fue el mejor de los que llegaron al Final Four, es decir que nadie totalizó más que él. Y claro, su nombre fue una fija en el quinteto ideal del certamen.

Otro que estuvo entre esos cinco fue Nicolás Brussino, quien tuvo una primera fase tranquila (5.7 tantos, 4.3 rebotes, 0.7 asistencias) pero explotó con todo en el Final Four. El escolta de Cañada de Gómez mostró sus geniales recursos ofensivos, tomó protagonismo en pasajes decisivos y ratificó su enorme potencial. En esos dos juegos en Córdoba, sus medias subieron a 21.5 tantos (87% dobles, 50% triples), 7 recobres y 5.5 pases gol. En la final anotó 26 unidades, su récord en el seleccionado. Presente y aún mejor futuro.

Dos que bien podrían haber estado en el quinteto gracias a sus notables torneos fueron Patricio Garino y Gabriel Deck. El alero marplatense dejó en claro su valor en los dos costados de la cancha y terminó con promedios de 13.4 puntos (2º mejor de Argentina), 65.7% dobles (3º en el torneo), 4.8 rebotes, 2.4 pases gol y 2 robos (6º en la general) en 24.5 minutos. El santiagueño, por su parte, terminó limitado físicamente por el esguince de tobillo sufrido en el cierre de la primera fase, pero se las ingenió para ser útil y dar respuestas con su corazón y versatilidad. ¿Sus medias? 12.8 unidades (66.7% dobles), 6.4 rebotes (líder nacional) y 2.2 asistencias en 29.4 minutos.

Hay más tareas para destacar, pero si hay que mencionar una revelación, bien podría apuntarse a Javier Saiz. El cordobés de 23 años respondió al desafío de ocupar el lugar de Scola tras su lesión, mostró determinación y fue una garantía como interno. Cerró con 8.4 puntos (54.8% de cancha), 3.6 rebotes y 0.6 tapas, todo con gran personalidad pese a sus 23 años.

Desde lo colectivo, Argentina también fue líder del certamen en puntos anotados (84.6 por encuentro), porcentaje de campo (47.3%) y dobles (59.8), asistencias (21.4) y robos (9.4).