Nuestro crack nacional cuenta que la acción patentada nunca la había entrenado y elige el nombre que más le gusta de los sugeridos por los hinchas. También detalla los motivos de su nivel y cuenta su lado B.
Luca sonríe. Y cuando Luca sonríe, es un muy buen indicio. Quiere decir que está bien, contento, tranquilo, confiado, motivado… Y, claro, ese estado de ánimo se traduce en la cancha, en su nivel. Y en la charla que tuvo con
Prensa CABB.
“Acá estoy, algo cansado, pero bien, muy contento”, arranca un IG Live que tuvo análisis deportivo y momentos distintos, como cuando Vildoza eligió el nombre que más le gusta para la jugada que ha patentado en la últimas semanas, pero que también resultó una charla que nos introdujo en su vida en Vitoria para conocerlo un poco más.
-¿Cómo explicás este gran inicio de temporada, que parece una extensión de tu playoffs y de tu nivel de MVP de la final?
-Creo que sí, ese premio me dio la confianza para empezar una temporada de una manera distinta, con una mentalidad diferente, como para volver a demostrar que el MVP no fue sólo ese día… Y esta temporada, la verdad, me siento cómodo, siendo un pilar del equipo, sabiendo que Dusko (Ivanovic, el DT) me da esa responsabilidad, me lo hace saber en cada juego y cada práctica. Por eso estoy realmente contento, disfrutando del momento que estoy pasando, sabiendo que en el deporte hay altos y bajos, y cuando te toca la buena, hay que disfrutarlo.
-¿Dusko te tradujo esa necesidad de que ocupes otro rol más preponderante?
-Sí, Dusko nos dio la responsabilidad, a Henry y a mí, como bases, de ser los pilares del equipo. Me siento cómodo en ese rol, sabiendo que tengo libertades pero, a la vez, que estoy en un club que exige. Disfruto estar jugando en el nivel que lo estoy haciendo hoy.
-¿Y qué necesita Luca Vildoza para alcanzar un nivel así? Imagino que sentirse sano, estar bien físicamente, por las lesiones del pasado, debe ser la clave. ¿O es tan importante la confianza y lo mental como lo físico? ¿Cómo se construye un nivel así?
-Estar bien físicamente es obviamente muy importante, pero siento que las lesiones ya quedaron en el pasado. La temporada anterior tuve una difícil, pero no fue tan dura como otras de años anteriores. Por eso creo mentalmente es lo principal, lo estoy disfrutando. En mi casa me siento muy bien. Como tener a mi madre aquí, en este contexto mundial de pandemia. Es un apoyo increíble. Además tengo un perro que me molesta (se ríe) pero que disfruto mucho. Más allá de tener un buen o mal partido, sé que acá vuelvo a casa y me reciben con una sonrisa y eso me da tranquilidad a la hora de jugar. Y saber que en el club también confían en mí, están detrás mío y me apoyan, sabiendo que puedo tener un mal juego o errar mil tiros, que la confianza de ellos seguirá ahí.
-Contame un poco de la importancia que tiene el perro en tu vida. Porque para algunas personas puede ser sólo un animal, pero en tu caso se nota ese amor que traspasan las fotos que publicás.
-Ya había tenido una hembra así en mi infancia y me dolió mucho cuando murió. Entonces, cuando me vine a Vitoria, decidí tener otro perro así porque sabía que estaría varios años y la podría disfrutar. Y luego de todo lo que pasó, las lesiones, la ruptura con mi ex pareja y el perro está ahí, para mí, siempre. Da igual que lo rete, que haya jugado mal o me haya peleado con alguien, tengo la emoción del perro. Para él soy su mundo, me transmite energía positiva y me hace olvidar de todo. Mucha gente cree que es un perro, nada más, pero es mucho más para mí. Con mi familia lejos, ha sido el único que ha estado conmigo siempre, que me escuchaba putear, los gritos luego de los partidos malos y lo que me ha pasado. Tenerlo conmigo ha sido algo increíble.
-Y contame de la importancia de la compañía de tu mamá, siempre algo muy fuerte tener a la madre de cada uno al lado.
-Sí, claro, volver a casa y tenerla acá lo hace distinto, se nota su presencia. Llego y no tengo que sacar al perro o cocina. Tengo menos responsabilidades y me saca presión de la vida diaria. Puedo descansar y disfrutar. Me gustaría tener a mi viejo acá, pero bueno, por la situación mundial, no pudo ser posible.
-Volviendo a tu nivel y al cambio físico que hemos notado, ¿cuál es la importancia de la dieta que adoptaste?
-Sí. Es una dieta muy estricta, dura para el que no la hace. Yo, por caso, en Quilmes no lo hacía cuando estaban en mis primeros procesos con la Selección y cuando concentraba, lo sufría. Me moría de hambre. Una vez recuerdo que me escapé a un McDonald’s y Paulo Maccari, su encargado en la Selección, se enteró y se enojó mucho. Eso me hizo cambiar el chip.
-Contale a la gente cómo es la dieta.
-Básicamente es comer dos veces al día, sin desayuno ni merienda. Se puede tomar un café, un té o un mate, pero nada más, sin comer, es como pasar esos momentos. Me costó adaptarme, como dije, pero es una dieta que una vez que me acostumbre, me cambió mucho. Yo pesaba 87 kilos cuando llegué a España y ahora estoy en 77, sintiéndome muy bien. Estoy más flaco, pero no perdí fuerza y potenció mi rendimiento. Lo único es acostumbrarse. Y no soy el único. Los mejores ejemplos son Campazzo y Luis (Scola). Uno es un jugador distinto desde lo físico y el otro sigue vigente en el máximo nivel a los 40 años.
-El mejor ejemplo del cambio se nota en las fotos. Es impactante ver una tuya en Quilmes jugando el TNA (Liga Argentina) hace unos años y una de ahora. Lo mismo pasa con Facu y Luis. Parecen más jóvenes ahora que cuando tenían menos años.
-Sí, en fotos se nota más. En la diferencia de cachetes (se ríe), por ejemplo. Facu, por caso, dominaba la Liga Nacional con varios kilos de más y hoy se lo ve mejor con mayor masa muscular. Hoy se los ve más fibrosos y con más músculos. Yo disfruto la dieta, porque llevo varios años, pero para el comienza sé que no es fácil. Hay veces que te morís por comer algo.
-Vayamos ahora a la jugada has patentado en estas semanas. Estarás al tanto el revuelo que se armó en redes sociales luego de que la hicieras dos o tres con tanto éxito. Contanos si la tenías practicada o si es parte de tu creatividad.
-No, aunque no lo puedan creer, nunca lo había hecho. Sabiendo que me sentía bien físicamente, mejor, pensaba que podía ir arriba con más facilidad buscando una bandeja. Y así empecé a atacar el aro… Pero, cuando la hice por la primera vez ante (Eddy) Tavares, me sucedió que me cerró el camino y tuve que inventar algo. Como salió tan bien quedó como si hubiera sido una jugada entrenada hace mil años.
-¿No estaba nada entrenada?
-No, no, absolutamente nada. La improvisé y salió bien. Por miedo la hice. Por miedo inventé una jugada nueva (se ríe). Parece que está entrenada, que la hago hace mil años, pero nada que ver. Es un recurso bueno, pero en el momento que los pivotes se den cuenta que amago todo el tiempo, me la voy a comer. Por ahora disfrutando que está saliendo bien.
-¿Y ahora la vas a seguir tirando? ¿Cómo sabrás cuándo sí y cuándo no conviene?
-Depende de cómo pueda leer yo cada situación. Tal vez el pivote pueda pensar que la voy a hacer, entonces tener espacio para dejar la bandeja. O al revés, si me cierran, hacerla de nuevo. Por ahora disfrutando que los pivotes cayeron hasta ahora, pero seguramente ya vieron el muy buen clip de las tres que hicieron en el club, con un tango, y estarán enterados del amago…
-En redes sociales hubo periodistas que le pidieron a los hinchas que le pusieran nombre a la jugada. Si te parece te los digo y vos calificás a cada uno, si te gusta o no, del 1 al 10 si te animás.
-Bueno, dale.
-Empezamos: En una Vildoza.
-Ya la había escuchado, de mi época en Mar del Plata… Un aprobado, con 6.
-Vilboba
-Esa es buena. Un 7/8. A ver si alguna sorprende y meto un 10 (se ríe).
-Vilsonsa.
-Puede ser. Pero prefiero la anterior.
-La Vildoseada
-Hmmm. Por el engaño (se ríe), no la veo.
-Habildoza.
-Está bien. Clásica.
-Luca&Roll
-Esa me gusta, pero suena más como un pick and roll.
-LucaMove
-Muy NBA. Estoy en profe exigente, duro (se ríe).
-Valdoza.
-Igual que la anterior.
-VilStop.
-Muy americana.
-Covildoza-19, aprovechando esta época de pandemia.
-(se ríe). Esa está buena, la apruebo.
-VildoStep.
-(piensa) Prefiero la anterior.
-El chicle.
-Está buena. Es totalmente distinta a las otras. Es más nuestra.
-¿Con cuál te quedás?
-Me quedo con el chicle, porque es la distinta, no está relacionada con mi apellido.
-Bueno, después de este momento risueño, contale a la gente que quiere conocer tu lado B cómo es tu vida en Vitoria. ¿Qué hacés?
-Vitoria es una ciudad chica y como estoy en mi cuarto año, ya hice todas las cosas que se pueden hacer aquí. Entonces, me quedo mucho en casa y saco a pasear bastante al perro. Luego suelo ver muchas series y leo, ahora más que nada en inglés, porque estoy en un equipo muy extranjero donde se habla muy poco castellano.
-¿Qué libros estás leyendo, qué tipo de series te gustan?
-No soy un lector, claramente, pero ahora estoy intentando entender Rayuela (NdR: novela emblemática de Julio Cortazar) y después, como decía, libros en inglés para aumentar mi vocabulario. Series veo mucho. Ahora estoy terminando House of Cards y viendo nuevamente Dexter porque me gusta el personaje y la locura que tiene en la cabeza.
-¿Y cómo es para un argentino vivir en Vitoria? ¿Por qué cae tan bien el argentino allí, hay algo del vasco que se relaciona con nosotros? No sé si tiene que ver con formas de ser parecidas o si es un tema más que nada deportivo.
-Yo creo que es más un tema deportivo. El público en Vitoria se siente identificado con el carácter del jugador argentino, algo poco habitual en Europa. Creo que a ellos les gusta ver cómo nos sacrificamos por el otro, el intentar ganar como sea, el poner un poco más, aunque tengas una lesión... A ellos les gusta que nos sacrifiquemos por el club, lo vieron en los primeros argentinos hasta yo que soy el último. Y realmente se disfruta mucho el cariño que te dan. Yo estoy muy cómodo, disfruto la ciudad donde todo está cerca, el idioma me ayuda también y la seguridad que tiene. Y es algo que tomo en cuenta para quedarme, aunque digan que es aburrida o el clima no ayude... A mí no me gustan las ciudades grandes, yo la disfruto.
-¿Se extraña mucho Mar del Plata y Quilmes, el club?
-Sí, se extraña aunque no lo demuestre. Extraño mucho a mis amigos, porque ya van dos años que no voy y más allá de las videollamadas o los mensajes, estar enfrente de ellos se extraña. Ojala pase esto rápido para poder volver a casa. También extraño el club y el ir a la costa y mirar el mar.
-Para el final dejé la Selección. ¿Hubieses llegado a los Juegos Olímpicos?
-Sí, como sea, aunque fuera con un brazo menos. Yo tenía una fecha estipulada en mayo para volver y creía que tenía todo programado para que sí, pero está claro que la postergación nos ayudó, tanto a mí como a Pato (Garino), quien era el más complicado en el tema lesiones.
-La cancelación les quitó el envión que traían del Mundial pero, a la vez, tal vez sea mejor porque todos van a tener un año más de rodaje y experiencia. ¿Creés que ayudó o es difícil decirlo?
-Y, nunca sabés… El envión nos lo pararon, sí, pero todos tenemos un año más para seguir mejorando como jugadores y eso es bueno. Como es el caso de Bolmaro. El año pasado todavía no tenía tanto lugar en el equipo y ahora está jugando minutos en Euroliga. Y tal vez podamos meterlo al equipo y hacer una doble base más largo. Creo que nos va a venir bien.
Para el final, Luca se acordó del hincha, a quien nota cerca aunque esté lejos...
“Siento mucho el cariño de la gente. El argentino, después del Mundial, nos muestra algo muy grande a cada momento. Se ve que marcamos a mucha gente y nos marcamos a nosotros de por vida. Siempre llegan mensajes de apoyo, por ejemplo en las cuentas de CABB y cuando los leo, me llena de orgullo saber que me tienen ese cariño. Gracias a ustedes por vincularlos, por la atención que nos dan y a la gente, por ese apoyo permanente”, fue su mensaje.
Un Luca abierto, que disfruta. Y eso parece la clave de este gran momento deportivo.