Luciano González, escolta de 28 años, pasó por "La entrevista de la semana": su presente en Instituto, la Selección, madurez, pasado y futuro.
-¿Qué sensaciones les dejó ese primer paso de clasificarse a la siguiente ronda en la Liga Sudamericana?
-Estamos muy contentos con la clasificación para las semifinales. Era el primer objetivo y creo que lo hicimos muy bien. Pudimos competir y sólo perdimos ante Franca, el local y por dos puntos, con chances de ganarlo al final. Las sensaciones son muy buenas.
-¿Cuál fue el balance del cuadrangular? Porque no es fácil comenzar una temporada con un objetivo tan importante desde el inicio.
-Si bien mantenemos la base del año pasado, la verdad es que tuvimos poco rodaje antes del cuadrangular. Pero pienso que defendimos muy bien, sobre todo en el partido contra Aguada, que era el partido más importante por arrancar ganando. Y cerrar la clasificación a una fecha del final fue espectacular, nos relajó un poco a todos y nos sacamos la presión de llegar al último con la necesidad de ganar.
-¿Cómo se está viviendo esto en el club, porque es histórico desde todo punto de vista y se junta con el centenario?
-Es un momento especial. Viajó una delegación importante a Brasil, por las redes sociales hubo mucho apoyo. Y que hayamos avanzado está bueno para eso, para que siga creciendo la ilusión, para que la gente del club se siga sintiendo identificada con este equipo, que viene haciendo las cosas bien desde el año pasado. Es un plus jugar este torneo internacional. Ojalá se pueda licitar para organizar la semifinal en Córdoba, porque sería una fiesta.
-Instituto viene creciendo año a año y ahora parece instalado en un lote de arriba en la Liga. ¿Cuál es el siguiente paso después del año pasado?
-Ahora nos tenemos que sacar el chip de la Sudamericana, porque volvemos a competir dentro de un mes, y volvemos a competir en el Súper 20. Tenemos muchos partidos en dos semanas, y el objetivo es enfocarnos en nuestra zona, terminar lo más arriba posible y llegar al Final Four. Queremos repetir lo que hicimos el año pasado (subcampeones), porque justamente este torneo fue el que nos clasificó para la Sudamericana. Siempre se juega por algo, seguimos buscando cosas positivas para estar lo más conectados posibles dentro de una temporada muy larga.
-¿Pensar en un título es una locura?
-No, sin dudas que lo queremos, porque sería coronar todo el trabajo. El año pasado estuvimos a un partido en el Súper 20, y perdimos en un quinto juego de la semifinal de la Liga Nacional contra San Lorenzo. El simple hecho de llegar a una definición de Súper 20 o una semifinal ya es muy importante para nosotros y para el club. Obviamente que estamos trabajando para poder dar ese paso de más. Pero no podemos volvernos locos. Hay equipos que se han preparado muy bien, como San Lorenzo que dominó la Liga en los últimos tres años. Para llegar a ese momento de poder competir contra los grandes equipos, tenemos que trabajar y mucho.
-Lo del título sería, salvando las distancias, algo similar a lo que le pasó a San Martín de Corrientes el año pasado, que coronó con aquel Súper 20 todo lo bueno que venía haciendo.
-Es un buen ejemplo. Lo nuestro es una continuidad, y creo que ahora tenemos más experiencia. Además, a diferencia del año pasado, donde éramos la sorpresa, ahora nos presentamos siendo un equipo fuerte dentro de la Liga, o al menos es mi pensar. Pero bueno, hay que revalidar todos los partidos. No podemos desviar la mira porque lo nuestro es diario. No tenemos el plantel más largo de la Liga, y si tenemos algún defecto, hay que taparlo lo más rápido posible.
-Eso de cambiar el cartel, de ya no ser la sorpresa y ser uno de los de arriba, ¿les modificó un poco el enfoque, se sienten mirados de otra manera?
-Como equipo siento la misma química que el año pasado, de presentarnos, ir a ganar, sentirnos cómodos como equipo y con un estilo que nos identifica. Después, obviamente que quizás nos miren un poco de reojo o te quieren ganar un poco más, pero es normal. Somos un equipo que el año pasado fue semifinalista, que está jugando competencias internacionales y nos está yendo bien. Es una linda motivación el tratar de sostener lo que nos costó el año pasado.
-¿Qué Liga Nacional imaginás?
-Por lo que he visto ahora, no está la realidad que se verá en la Liga porque hay muchos equipos con fichas menos. Entonces, no se puede ver el potencial real de todos. Somos pocos los que estamos con todas las fichas completas. Una vez que estén todos completos, se verá todo con más claridad. Pero sí imagino un San Lorenzo súper competitivo, Quimsa se preparó para lo mismo, nosotros estamos plantados para luchar lo más arriba posible. Y el resto de los equipos están quizás a medias, así que habrá que esperar para sacar un análisis más general.
-Mirando a la competencia, ¿cómo sentís que le cae el hecho de que estén los equipos incompletos cuando ya comenzó la competencia oficial?
-Para mí, no hay nada más ventajoso que arrancar con el plantel completo lo antes posible en la pretemporada, porque es la mejor manera de consolidar la idea. A nosotros que veníamos con una base del año pasado, nos costó muy poco incorporar a Leandro García Morales y a Pablo Espinoza. Después bueno, será una cuestión económica, o el saber que el Súper 20 no es lo más importante, y cada club tendrá su política. Nosotros lo tomamos como una ventaja el hecho de estar preparados, y vamos a tratar de pelear todo.
-Ahora, ¿piensan que esas fichas se van a completar? Porque hubo muchos nacionales que se fueron al exterior...
-Me pongo en la piel de ellos, y si consideraban que acá no recibían una propuesta que les cerrara y los venían a buscar de afuera, es entendible que elijan ir por otro camino. Lo que sí me molesta un poco es que por esa misma plata, o pagando incluso más en dólares, algunos clubes traigan extranjeros de menor calidad a la de los nacionales que se van. Eso me jode de sobre manera, porque la Liga es nuestra y en ese punto tenemos que defenderla. Los jugadores nacionales somos los que más compromiso mostramos, y somos los que llevamos a un equipo hacia una dirección junto con el cuerpo técnico. Siempre fue así. A ver, si la política de un club es desarrollar juveniles, bienvenido sea, porque hay chicos y talentos nuevos. Pero se han ido jugadores con experiencia, jugadores que se sabe a lo que juegan y son garantidos. Se habla de puja económica, pero la realidad es que después se termina gastando más plata trayendo extranjeros, cortando, sumando los viajes. Es algo incómodo, pero lamentablemente nos tuvimos que adaptar a esto, a que las fichas extranjeras sean libres. Y se ven equipos en los que realmente yo no conozco a nadie, o a casi ningún jugador. Eso desnaturaliza todo, y me imagino a los hinchas de esos clubes poco identificados. Son pocos casos, pero bueno. Me parece que los chicos que se fueron podrían estar tranquilamente en la Liga Nacional. Nosotros en los planteles tenemos estas charlas cada cierto tiempo, vemos algunos extranjeros jugando y decimos "¿cómo puede ser que hayan liberado a este jugador para traer a este otro? Es algo de no acabar, y ojalá se vuelva a regularizar en unos años.
-Volviendo a lo personal, ¿cómo te estás sintiendo desde lo individual dentro del éxito de Instituto?
-Yo tengo un rol bien definido dentro del equipo, con mucha confianza de mis compañeros y del cuerpo técnico. Yo trato de responder siempre de la mejor manera. Me siento súper bien, adaptado a ese rol de sexto hombre. Y estoy pasando un momento de madurez, en lo basquetbolístico y para todo. Es un equipo con muchos jugadores entre 27 y 30 años, y a todos se nos traslada ese buen momento. El nivel del equipo nos impacta individualmente, y todos nos sentimos muy bien adentro del equipo.
-¿Por qué te llega ahora esta madurez y explosión?
-Puede ser un poco por mi edad, por el momento... El hecho de tener una buena temporada y estar en un equipo que pelea arriba resalta las individualidades de todos. Si yo tenía la misma temporada el año pasado pero lo hacía en un equipo de mitad de tabla para abajo, no estaríamos hablando de esto. El contexto ayuda, más allá de que siempre trato de ser lo mejor posible.
-Tuviste la posibilidad de coronar todo esto con una convocatoria para la Selección en la última ventana de Eliminatorias. ¿Qué significó?
-Sí, fue muy especial. Era un momento raro, de pretemporada y por un recambio, pero no importa. Ya estar en la consideración para mí era súper importante. Lo disfruté muchísimo. Y me sirve de motivación, porque es algo lindo y uno quiere volver a estar. Hacía muchos años que no estaba en un proceso de Selección, así que vivirlo fue buenísimo y deseo poder volver a estar. Trataré de trabajar para eso, sin descuidar lo que es mi club y con los pies sobre la tierra de saber que hay muchísimos jugadores, que hubo ausencias y que les está yendo bárbaro en las ventanas FIBA. Para mí fue un premio a la temporada pasada y es un motivo para seguir mejorando.
-¿Cómo se hace para mantenerse? Porque imagino que, una vez que se llega, uno no se quiere ir nunca.
-Haciendo las cosas bien, porque es lo que está en mis manos. Mis exámenes son hacer las cosas bien en los partidos, es lo que ven todos. Tengo que hacer las cosas bien en el día a día para llegar bien a los partidos, para que Instituto siga ganando. Y después quedará en manos del entrenador si me considera seleccionable o no. Yo ya estoy contento por ser una opción para ir a las ventanas. Después, habrá que ver si en las ventanas que vienen están los chicos de la Euroliga, si somos más de la Liga... Pero bueno, estar ahí ya es súper importante.
-¿Llegar a la Selección te hace pensar o ver las cosas de otra manera? Hay muchos hábitos que se instalaron en los últimos años que siempre se los destacan y se habla.
-Sí, es algo que está buenísimo. La experiencia fue positiva para ver todo eso, ya sea desde la alimentación, el entrenamiento, cómo se manejan los chicos. Son todos muy profesionales. Y creo que también ha llegado bastante a la Liga. Han cambiado un montón de hábitos comparado a mis primeros años, y se está haciendo más profesional todo. Obviamente que hay que tomar cosas de la Selección, y adaptarlas a los clubes. Acá en Instituto hay hábitos muy buenos. De a poco nos vamos acercando. Pero bueno, al asado de equipo es algo que no se negocia acá, no lo podemos soltar (risas).
-¿Te imaginaste en esta posición cuando empezaste a jugar? Porque está claro que lo tuyo fue mucho de herencia...
-Sí, yo nací con una pelota de básquet al verlo a mi viejo (Luis Chuzo González). Mi deseo fue siempre jugar la Liga. Bienvenida sea la Selección, o si en su momento podía llegar a jugar afuera. Pero yo estoy súper contento jugando Liga Nacional, tengo el deseo muy grande de conseguir algún título, porque nunca gané una Liga y tengo el objetivo bien claro de hacer lo mejor individualmente para estar en los mejores equipos y pelear arriba. Eso es lo más lindo, no hay nada más lindo que ganar. Y uno la pasa mejor en equipos competitivos, se visualiza más todo.
-¿Fue difícil crecer bajo el nombre de un padre histórico como te tocó a vos?
-Sí, sobre todo por el apodo (risas). De chico renegaba un poco, pero de grande me pude dar cuenta que era una ventaja, que tenía al ancho de espadas en casa, el que me aconsejaba, el que era más duro y crítico, siempre desde la buena crítica. Nunca me presionó para nada, sino que quería que trabajara, que mejore... Obviamente que cuando era chico yo quería estar con mis amigos y boludear, que de hecho lo hacía también. Pero siempre fue exigente, y cuando capté el mensaje fue muy beneficioso. Ahora de grande vemos distinto el básquet en algunas cosas, jugamos en distintas épocas. Pero igual es una ayuda, sobre todo en momentos donde no me salen las cosas. Siempre tiene algo positivo para decirme, así que es buenísimo.
-¿Qué te hizo entender que su mensaje era para algo positivo?
-Darme cuenta que tenía razón. Uno se pone terco o dice "para qué voy a hacer esto". Pero lo hacés un día y te das cuenta que la fórmula era esa, no hay mucho misterio. En nuestro caso, trabajar y tirar, porque justo los dos tenemos el mismo puesto. Pero bueno, tenía razón el viejo. Y siempre fue muy sano todo con él, nunca hubo presión. Siempre nos dio la libertad, tanto a mí como a mi hermano, y si no queremos jugar no hay problema. Él lo vivió y sabe que se lo puede disfrutar muchísimo, pero después está en cada uno.
-¿Quién es el mejor tirador de los González?
-De tres puntos, yo. De dos él, era espectacular su tiro saliendo del rulo o con freno. De hecho, era 10 veces más estético y lindo que el mío.
-Por lo que hablamos, sos una persona con el deseo y las ambiciones con los pies sobre la tierra. ¿Un título es lo que más deseás?
-Sin dudas. Es algo que deseo desde que arranqué a jugar la Liga. Sería súper importante, y más aún con este equipo, que estamos en nuestro segundo año de construcción. Sería muy especial. Quizás por una cuestión de cassette uno nunca quiere decir "quiero salir campeón", pero sí es un deseo, lograr algún título. Si se logra o no, veremos. Falta muchísimo. Pero mi deseo es coronar este bueno momento personal, del equipo y la institución.
Foto: FIBA.
Leandro Fernández
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