La referente de Las Lobas recorre su historia en la previa del debut en el Sudamericano frente a Chile y se traza los objetivos para un equipo que quiere hacer historia.

Mariana Pérez es una de las referentes de Las Lobas que este lunes harán su debut ante Chile en el Sudamericano que se disputará en Buenos Aires. Con la ilusión de por fin vencer a Brasil y ser campeonas, la jugadora de 31 años llega al combinado nacional desde el Bidaideak Bilbao de España, último equipo campeón de la Liga de Honor. Pérez es un pilar en la Selección Femenina de Básquet Adaptado, pero además ha destacado de manera individual en Brasil y Europa. En una íntima charla con Prensa CAB, Mariana repasa su historia en la previa del debut frente a Chile.

“El deporte adaptado se diferencia en que los chicos que llegan a la selección del básquet convencional vienen jugando desde los cinco o siete años, van pasando por todas las etapas de formación y llegan a su madurez deportiva con diez años en el deporte. Nosotros no tenemos esos tiempos, iniciamos un deporte, nos tenemos que formar, adaptar, aprender, entrenar y mejorar físicamente todo al mismo tiempo porque la discapacidad a cada uno le toca en momentos diferentes y llega a la vida de cada uno en momentos diferentes. A su vez el deporte es una parte de la aceptación de la discapacidad que a cada jugador le lleva un tiempo diferente”, asegura Peréz.

Mariana tuvo un accidente de tránsito a los ocho años, donde sufrió una paraplejía por una lesión medular. Desde entonces, su mundo cambió radicalmente. El básquet no fue su primer amor, pero el deporte siempre fue parte de su vida. Previo al accidente había practicado hockey y luego, a modo de rehabilitación, realizó natación -donde estuvo federada y compitiendo hasta los 18 años- y atletismo.

Al poco tiempo conoció el básquet y desde entonces forjó una carrera que la llevó a ser MVP en Brasil y Europa. Campeona en ambos continentes, se transformó en líder de Las Lobas y en una referente indiscutida de la disciplina.

- ¿Cómo llegaste al básquet?

- Yo venía de un pico de estrés con el inicio de la universidad, ahí dije ‘basta, chau se acabo el deporte’, para ponerme al día ya que veterinaria es una carrera muy pesada. Pero al poco tiempo me invitaron a jugar al basquet y dije 'bueno, voy a ver'. Finalmente terminé sentada en una silla de básquet jugando al básquet en el único equipo femenino que participaba en la liga cordobesa. Ese primer contacto, si no me equivoco, fue en el año 2013. Empecé en Unión Eléctrica de Córdoba y al poco tiempo me pase al SICA. En ese entonces la Selección Nacional estaba pasando por un recambio generacional por lo que llamaron a todas las chicas que más o menos jugaban al básquet y ahí entramos una camada de chicas nuevas. Al poquito tiempo se jugó el torneo de Guatemala y después la cascada de torneos de la que tuve la suerte de participar en todos los grupos que viajaron.

- ¿Qué fue lo que te motivó a seguir?

- Siento que me enamoró, ya que hasta ese entonces no había hecho ningún deporte de equipo. También fueron las oportunidades que se fueron dando, estábamos en un recambio con objetivos muy a corto plazo y a largo plazo, muy claros y eran cosas con las que nunca hubiese soñado en otro deporte, porque no tuve esa posibilidad. Y además el hecho de que a mi me gusta mucho la competencia directa y como en básquet de silla de ruedas hay categorías según la discapacidad y para formar un equipo necesitas diferentes, el hecho de decir ‘¿porque este chico que es mi categoría juega más que yo?’, ‘porque tira así, porque es rápido, porque tiene juego’, bueno yo voy a empezar a tirar mejor, a entender mejor el juego, a ser más rápida y ganarme los minutos de a poco, me parece que eso era lo que más me atrapaba.

- ¿Cuando te diste cuenta que querías seguir en esto?

Cada objetivo se fue cumpliendo, creo que fue algo del equipo y que a su vez tuve mucha suerte o por así decirlo, pero para mi el quiebre fue una invitación que tuvimos un par de chicas de la seleccion para jugar en la Liga Femenina de Brasil. Palleres y yo jugamos para un equipo de Sao Paulo dos años seguidos y el segundo fuimos campeonas, yo saliendo en el quinteto ideal de Brasil, algo que nunca jamás me hubiese imaginado. Brasil a nosotras como selección nos gana por 30 puntos y que yo tenga un MVP dentro de ese torneo que están todas las brasileñas hizo que me caiga la ficha y dije 'uy me parece que algo bien debo estar haciendo'. A partir de ahí fue cuando me di cuenta que se podía más.

- ¿Qué significa para vos ser parte de las Lobas?

- Es el sacrificio que hicimos para hacer que el equipo llegue hasta donde está, una Loba creo que no es solamente una jugadora que va y juega, es un montón de cosas más: es una jugadora que se banca un montón de cosas pero que sigue adelante a pesar de todo eso. Hay lugares que nos dicen que vayamos a entrenar y tres días antes se bajan. Pero nosotras decimos que siempre vamos a ir como sea, eso es algo que caracterizó al grupo.

- ¿Qué sentís al vestir la celeste y blanca?

- Creo que nunca cambia la sensación del primer partido del torneo, es algo muy loco. Porque es donde uno estrena la camiseta de ese torneo y decis: ‘Valió la pena todo lo que dejamos de lado’. Porque vos te perdés todo, velorios, nacimientos, cumpleaños, casamientos, finales, no importa nada, te tenés que ir y te vas. Y no solo para el torneo, sino también para la preparación, la concentración y los entrenamientos.

- ¿Cuál fue la vivencia más linda en este deporte?

- Nosotras en Toronto nos jugábamos la clasificación a Río, se definió en un solo partido en el que ganaba clasificaba en la última plaza libre. El partido era Argentina-Perú. Esa madrugada me corté el tendón del bíceps por estrés, durmiendo se me cortó, al 70% una cosa así. Yo no entendía nada, me desperté que parecía que me habían dado un hachazo en el brazo, estaba a los gritos y no había nada que hacer. Era del brazo derecho, yo era derecha. La cuestión es que terminé jugando sin poder levantar el brazo por encima del hombro pero podía remar, con dolor pero podía. Terminamos ganando por un punto y el último doble lo metí yo en los últimos 20 segundos, los 20 segundos más largos de la historia. Es más, mi partido terminó ahí, me quedé dura, yo veía a todo el mundo en el banco gritando y yo nada. Ese tiro lo tire con la izquierda y bueno a partir de ahí empecé a ser zurda, no tiré nunca más con la derecha, porque me quedó muy mal el brazo, como por tres años no lo pude levantar por arriba del nivel del hombro.

- ¿Cuáles son las expectativas para este torneo Sudamericano 2021?

- Para mi siempre el objetivo, planteado desde hace mucho, es ganarle de una vez a Brasil. Pero en general el objetivo real es sacar una medalla y recuperar el apoyo del Enard revalidando el título sudamericano.