Uno de los dos subcampeones mundiales del joven seleccionado que ganó los dos partidos en Obras, brilló y sumó puntos para seguir en el equipo para los Juegos. Su balance individual y colectivo de esta ventana
Contra Chile apareció cuando el equipo peor estaba y fue el jugador que cambió el partido. Ante Colombia, cuando aceleró en el segundo tiempo, resultó nuevamente la diferencia. Máximo Fjellerup, de flamantes 23 años, festejó con dos actuaciones que lo llevaron a ser el MVP argentino en esta ventana FIBA que mantuvo a la Argentina en lo más alto de su grupo clasificatorio para la Americup 2022. De esta manera, el escolta-alero oriundo de Tres Arroyos estuvo a la altura de sus antecedentes. Uno de los dos subcampeones mundiales que tuvo la Selección en China 2019 promedió 13 puntos, 4.5 rebotes, 3 robos y 1.5 asistencia, potenciando a un equipo joven (seis debutantes) producto de nuestra Liga Nacional.
“Tuvo mucho valor ganar estos dos partidos, en esta situación de pandemia, con pocos entrenamientos, sabiendo que teníamos muchos chicos nuevos y varios debutantes, incluyendo el DT. Es positivo, porque se sumaron chicos nuevos, ganamos y mantiene un proceso”, opinó en charla con
Prensa CABB.
-¿Qué significa que la Selección compita bien a este nivel con un equipo exclusivamente de jugadores de Liga Nacional?
-Demuestra que en la Liga todavía hay nivel de competencia y Selección. Algunos dicen que el nivel bajó, pero está claro que todavía hay jugadores que pueden formar parte de la Mayor, estando o no las figuras que están en el exterior. Hay que pensar que los equipos del continente siempre han sido duros, como Venezuela, incluso estando todos los mejores. Son duros, muy físicos. Colombia y Chille, por caso, mostraron sus progresos. Está claro que a nadie, porque sí, vas a sacarle 20 puntos en el primer cuarto. Ya nada es sencillo.
-Yendo a lo basquetbolístico, ¿en qué notaste que sufrieron y qué destacás del juego argentino?
-Tal vez la mayor falencia estuvo en el rebote, sin dudas lo que más nos costó. Ya nos había pasado con Venezuela y ahora se repitió. Entre lo bueno destaco la intensidad, el poder mantener el ritmo alto que nos permitió desgastar al rival y hacer mejores segundos tiempos. En ambos juegos seguimos intentando desarrollar ese juego vertiginoso que nos pidió el cuerpo técnico y pudimos imponerlo.
-Yendo a la parte médica, a la salud, que fue lo prioridad en esta ventana, ¿cómo viste el protocolo y la organización? Teniendo en cuenta que la concentración recibió a dos jugadores con el virus pero pudo lograrse que no contagiaran gracias a las medidas.
-La parte médica fue excelente. Que Marco (Giordano) haya tenido síntomas a las pocas horas de entrar les permitió a los médicos tomar la decisión de aislar a Taya (Gallizzi), por venir de Regatas, que tenía varios positivos. Las determinaciones preventivas de que haya habitaciones individuales, que no se juntara con nosotros y llevarlo en taxi cuando nos cambiamos de hotel fueron detalles que evitaron seguramente más contagiados. Luego, en el hotel FIBA, encontramos todo 10 puntos: la organización, los testeo, la desinfección, los traslados y la comida, con lugares para cada plantel.
-¿Para vos, individualmente, qué representaron estos dos juegos?
-Otra prueba para seguir compitiendo con jugadores internacionales, algo que no pasa todos los días. Una posibilidad de conocer y medirte con ese nivel y también una nueva prueba con la Selección, para sumar confianza, en este caso tomando más decisiones.
-¿Te propusiste, para estos dos partidos, dar más al equipo, ser un líder basquetbolístico, teniendo en cuenta tu experiencia para 23 años y el haber estado en el Mundial?
-Sí, en lo deportivo sí, no tanto en lo social. El liderazgo no es algo que me salga. Lo mío es más en la cancha: la intensidad en los partidos y buscar transmitir el disfrute de cada momento, de los entrenamientos. Contagiar eso, felicidad y disfrute, sabiendo que no es fácil para los chicos nuevos. La primera vez en la Selección uno tiene nervios y ansiedad, me pasó a mí. Yo busque relajar y que todo fluyera mejor.
-¿Pero sentiste la responsabilidad de darle más al equipo?
-No, de mi parte no. Y tampoco es que tuve gran participación en el Mundial… Si habría sido así en China, tal vez hubiese sentido otra necesidad. Pero busqué no forzar y aportar mis cosas, intentando analizar el juego y viendo de sumar lo que necesitaba el equipo. Pero no es que pensé ‘voy a dar la cara yo, porque tengo más experiencia y jugué el Mundial’. Quise aportar lo que podía necesitar el equipo.
-¿Por qué sentís que fuiste la diferencia en ambos juegos? ¿En qué sacaste diferencias?
-Tal vez en la parte defensiva, en la intensidad y luego, adelante, se me dieron las cosas. Tampoco es que agarre la pelota y dije ‘corransé todos’. Tomé lo que el juego me dio: alguna penetración, algún tiro abierto. Se dio así por suerte y pude aportar lo mío.
-Quedó claro que tus piernas hacen diferencias en este nivel.
-Sí, puede ser. Pero no es que las usé en todo momento, de cualquier forma. Creo que mi madurez y lectura de juego me permitió entender cómo y cuándo.
-Cumpliste 23 años. Mucho se habló estos años de vos, incluso de la NBA. ¿Cómo has vivido todo este proceso y con qué expectativas estás hoy?
-Mirá, yo estuve y estoy muy tranquilo. Siempre me sentí rodeado de personas que me explicaron cómo era esto. Pepe (Sánchez), Sepo (Ginóbili) y el Puma (Montecchia) me mantuvieron los pies sobre la tierra y no dejaron que todo lo que se dijera me cambiara el enfoque. Hoy tengo 23 y estoy en la Liga. Pero mañana puedo estar afuera. Tortu (Deck) se fue a los 23, Facu (Campazzo) a los 24 y mirá dónde están. No hay que desesperar. Yo sigo buscando crecer en mi juego para cuando tenga la oportunidad. Hoy no cuento con pasaporte pero puede salir y debo estar preparado para pegar el salto. Pero, por ahora, sigo en la Liga, buscando afianzarme en mi juego. Lo importante es que, cuando se dé la chance, yo esté formado.
-¿Actuaciones como estas en las ventanas FIBA son las que te dejan tranquilo para poder estar en Tokio?
-Yo estoy muy tranquilo, trabajando para eso. Es un objetivo, día y noche pienso y sueño con estar en Tokio. Si me toca, me hará muy feliz, estaré orgulloso, pero si le toca a otro que tenga mejor presente que yo, estaré orgulloso por él. Porque será un compañero, con el cual compartí cosas y seguramente hizo sus méritos. Por lo pronto, doy lo mejor en cada ventana y en mi club, luego veremos si es suficiente.
-¿Sentís que no es fácil que los de afuera saquen a esos 12? Históricamente no fue sencillo entrar a un grupo que logró semejante hito.
-Todo puede pasar. Es verdad que el equipo del Mundial fue excelente, en los roles y cómo se dio todo. Pero los de afuera están muy bien y todo puede pasar. Lo importante es pensar en el equipo.