La mágica base habló de su flamante fichaje en el Estudiantes de Madrid, contó todo lo que extraña la Selección y opinó sobre el nuevo proceso que se abre.
Es Magic Gretter aunque ella se ría y diga que no se considera así. Pero la rafaelina sabe que de su juego se desprende magia y que el apodo no es casualidad. Como no es casualidad que, luego de cinco años en la liga brasileña, haya vuelto a España y nada menos que a un club de tradición y renombre como el Estudiantes de Madrid. Melisa llegó hace días a la capital española y, mientras se adapta a todas las cosas nuevas que requieren un flamante destino, charló con el departamento de prensa de la Confederación para compartir las sensaciones sobre su nuevo fichaje y, en especial, aquellas que le recorren el cuerpo cuando habla de la Selección, de lo que viene, con un flamante proyecto directivo que incluye el nuevo cuerpo técnico que encabeza Gregorio Martínez.
-¿Qué significa este paso en tu carrera, volver a España y llegar a un club reconocido, con tanta tradición, como el Estudiantes?
-Es algo muy lindo y me encuentra en otra etapa de mi carrera, diferente de aquella primera vez en España. En 2013 era muy joven y significa mi primera salida del país. Hoy siento que estoy mucho más madura. Haber estado cinco años en la Liga Brasileña me permitió crecer como jugadora y persona. Empecé a tomar muchas más responsabilidades en los equipos que conformaba y eso inevitablemente te hace crecer. Hoy pienso que dar este salto nuevamente a España me plantea un desafío que quiero tomar.
Nacida hace 27 años en Rafaela, Gretter se inició en las inferiores de Peñarol de aquella ciudad y pasó por Ben Hur hasta que dio el salto a Buenos Aires, puntualmente al tradicional Unión Florida porteño, que la vio despegar y ser campeón del Campeonato Argentino de Clubes en 2012. Al año siguiente, con 20 recién cumplidos, emigró a España para jugar en Casablanca de Zaragoza. La experiencia fue corta: volvió al país para ganar (y ser MVP) del Federal femenino. También estuvo en la primera Superliga para ratificar el título y ser la mejor de la final. Luego emigró a Brasil, primero a Corinthians, luego a Vera Cruz Campinas y, al final, en Sampaio Basket. En los dos primeros fue campeona del torneo local y, con el primero, de la Liga Sudamericana. Y, en el medio, Gretter comenzó a lucirse con nuestro seleccionado, siendo parte valiosa en el subcampeonato en el Preolímpico 2011, el bronce del Preolímpico 2015, la plata en la Americup 2017 y el título en el Sudamericano 2018.
-¿Seguís siendo Magic Gretter o hay una transición o un progreso en otro sentido de tu juego?
-Si bien no me considero Magic Gretter (se ríe), es real que en este proceso que tuve en Brasil y teniendo en cuenta las responsabilidades que mencionaba antes, creo que mi juego evolucionó para bien. Antes dedicaba gran parte al armado y a asistir a mis compañeras porque es algo en lo que me siento cómoda y me gusta, pero en las últimas temporadas agregué un mayor rol anotador. De eso se trata, de ir incorporando herramientas que contribuyan a la mejora de mi rendimiento y del equipo del que integro.
-Llevas un par de torneos sin estar y ahora, con esta pandemia, te quedaste seguramente con las ganas. ¿Se extraña la celeste y blanca?
-Claro que se extraña la Selección. La lesión en la mano me hizo perder los últimos dos torneos, por lo que obviamente estoy ansiosa por volver a ponerme esa camiseta tan linda.
-¿Cómo evalúas la llegada de un nuevo cuerpo técnico encabezado por Gregorio Martínez, el cual conocés realmente muy bien de Unión Florida?
-La verdad es que estoy muy contenta con la llegada del nuevo cuerpo técnico. Tuve la posibilidad compartir varios torneos con ellos: con Grego y Seba (Silva) como entrenadores y con Sandra (Pavón), como compañera en la selección.
-¿Te llamó Gregorio? ¿De qué hablaron?
-Sí, Gregorio me llamó, al igual que al resto de las chicas que fueron citadas y si bien ya nos conocemos, me contó cuales eran sus objetivos y cómo iba a ser la forma de trabajar con la que iban a manejarse.
-Conocés su forma de juego desde Unión Florida. Te cae justo a tu estilo, ¿no?
-Sí, ese es el estilo de juego que me gusta y con el que me siento más cómoda. Si bien ya fue mi entrenador en varias ocasiones, la selección no es el club y tendremos que adaptarnos todos de a poco. Más allá de eso, sé los valores con los que se maneja, y eso me da mucha tranquilidad.
-El proceso arrancó con objetivos, dentro de una gestión que buscará que el femenino sea un pilar. ¿Te ilusiona que tenga el lugar que ustedes pretenden?
-La realidad es que se viene luchando hace muchos años para que el básquet femenino tenga un lugar mejor al de antes. Si bien algunas cosas han mejorado, todavía hay mucho por hacer para equilibrar esa balanza que hay en relación al masculino. Por lo pronto, nosotras seguiremos trabajando desde donde nos toque para mejorar cada día más.