En "La entrevista de la semana" hablamos de todo con Marco Giordano, una de las figuras del oro en el 3x3 de los Juegos Olímpicos de la Juventud.
-¿Caíste un poco del lugar y momento en que estás?
-Todavía no caigo. Obviamente que la sensación es tremenda, pero no caigo de lo que logramos. Estamos contentos, claro, pero en algún momento nos vamos a dar cuenta de lo que hicimos.
-¿Qué significa haber ganado esta medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud?
-Es algo inexplicable, único e irrepetible. Nosotros lo disfrutamos al máximo y competimos de igual a igual contra cualquiera. Estamos orgullosos de eso.
-¿Por qué consiguieron este título, qué tuvo el equipo?
-Nos vi muy bien. Fuimos un equipo muy unido y esa fue la clave. Tenemos una química de grupo excelente, nos generamos mucha confianza entre nosotros y nos llevamos muy bien también con el cuerpo técnico. Esa fue clave, nuestra unión y química.
-¿Te pusiste a pensar en lo que se generó alrededor del equipo y los partidos?
-Lo que generó esta disciplina fue tremendo, porque es muy entretenida. Lo de la gente fue tremendo, nos apoyó todo el tiempo y se prendieron mucho a los partidos. Estoy contento por el aliento que recibimos, sobre todo porque también estuvo la familia. Eso te da un plus para jugar. Jugamos con mucho a favor. No era presión, sino una motivación que hacíamos que juegue a nuestro favor.
-¿Se puede explicar lo que significa vivir en un mundo olímpico?
-Es algo hermoso lo que se vive en la Villa y en los Juegos Olímpicos. Lo disfrutamos al máximo y tratamos de disfrutar de la experiencia, porque no se vive todos los días.
-¿Qué fue lo que más te llamó la atención de todo?
-Las distintas culturas y personas alrededor del mundo que podés conocer. Hacés nuevos amigos, vivís distintos momentos. Es lo que me guardo, el ambiente que se siente y respira. Es algo único.
-Te paso a lo personal, porque de cierta manera estuviste en boca de todos en estos días ¿Cómo te viste en el torneo?
-Lo viví y llevé tranquilo, yendo de a poco. Cada uno tenía un rol y lo cumplió, y fue clave para lograr lo que hicimos. Estoy feliz por lo individual también, pero es un logro en equipo.
-¿Por qué pensás que tu juego se adaptó tan bien al 3x3? ¿Qué diferencia te genera desde lo personal una disciplina y la otra?
-Son dos cosas muy diferentes, pero me adapté bien por el tema de que hay mucho espacio y me gusta jugar uno contra uno y tirar tiros abiertos. Se me hizo fácil por ese lado, por el espacio y la dinámica de juego que le metíamos. Entre nosotros nos dábamos confianza para tirar el tiro que nos convenía, y fue algo que destaco mucho, la confianza que nos generamos entre todos.
-Eso es parte de esa sensación que va generando tu camada, la 2000. ¿Qué tiene esta camada?
-Se habla mucho de esta camada, de nosotros. Yo trato de no darle mucha bola. Cuando te va bien es obvio que van a hablar bien de vos, pero cuando te va mal capaz que ni hablan. Por eso trato de no darle bola. Somos una camada con mucho potencial, pero también nos falta mucho aprendizaje y camino por recorrer.
-¿En qué se basa ese potencial?
-Tenemos mucha sacrificio y talento por pulir. Es lo que tiene de especial esta generación, que es un grupo de personas muy unidas y humildes. Nuestro próximo objetivo será el Mundial U19, y debemos afrontarlo al máximo.
-¿Sentiste más exposición en estos días?
-Sí, se habló mucho de nosotros, pero me mantengo tranquilo. Yo leo las cosas que se publican y veo las redes sociales, pero no soy de darle mucha bola. Estuvimos en boca de todos, pero en el grupo estuvimos tranquilos y fue algo muy bueno.
-¿De dónde nace esa tranquilidad para tomar las cosas que se dicen de vos y del grupo? ¿Cómo hace un chico de tu edad para asumir este tipo de difusión y comentarios con naturalidad?
-Es un tema delicado, pero trato de tomarlo con tranquilidad porque es lo que te conviene. No hay que creerse todo ni subirse al caballo porque eso hace mal, después te termina jugando en contra. No hay que darle mucha bola a eso, y sí prestarle atención a la familia, a los cercanos y los que están más cerca del deporte.
-Ahora se vendrá la vuelta a Regatas. ¿Qué esperás de esta temporada, sentís que estos buenos pasos que venís dando cambian un poco el panorama del año?
-Sí, es lo que espero, tener más minutos en la Liga. Es mi objetivo principal y espero aportar mi granito de arena. Me siento capacitado para afrontar el desafío de tener más minutos.
-Te llevo más atrás en el tiempo ¿Cómo empezaste a jugar?
-Arranqué a los 4 años en Temperley de Rosario, y desde ahí no paré más. Siempre me apasionó este deporte, siempre fui muy apegado a mi club de barrio y me la pasaba todos los días ahí instalado.
-Recién veía en redes sociales un video de los chicos de Temperley agradeciéndote y marcándote como un ídolo. ¿Qué se siente cuando ves algo así?
-Eso me llena el alma. Me siento identificado con mi club de barrio, y que me demuestren eso es una forma de cariño que me gusta y emociona mucho.
-¿Cuánto costó irse en su momento y poner rumbo a Corrientes?
-Fue difícil, pero sabía que en algún momento iba a tener que pegar el salto si es que quería jugar básquet profesional y me quería dedicar a esto. Por eso no me costó tanto. Lo que más costó fue despegarse de la rutina del barrio y mi familia.
-¿Cuándo te diste cuenta que el básquet era tu camino?
-Desde chiquito soñé con esto y lo tuve claro. Quería dedicarme y vivir de esto, y siempre traté de entrenarme al máximo, sin dejar de disfrutar este deporte, que es lo más importante.
-¿Creciste con algún referente puntual?
-Sí, son tres jugadores los que más miro y me gustan: Facundo Campazzo, Luka Doncic y Stephen Curry. Son ejemplos y tratos de copiarles cosas y aprender lo más que pueda.
-Salvando las distancias, ellos son desfachatados y vos también tenés esa forma de jugar. ¿Nace de ahí esas ganas de divertirse y generar cosas distintas?
-Lo tengo desde que nací. Me gusta divertirme en la cancha, tirar lujos o firuletes. Me divierto y me siento cómodo haciéndolo.
-¿Cuáles son tus sueños o deseos para la carrera?
-Siempre quise dedicarme a esto. Mi sueño es representar algún día a la Selección Mayor, y poder jugar en Europa o la NBA. Son las ilusiones por las que más me entreno.
Foto: Buenos Aires 2018.
Leandro Fernández
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