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No tengo derecho a bajar los brazos

Viernes, 22 de Abril de 2016 / Publicado en La entrevista de la semana
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Franco Giorgetti es el nuevo protagonista de La entrevista de la semana. El alero de 23 años cuenta las sensaciones de un nuevo regreso a las canchas tras su tercera operación en los hombros. Cómo llevó el proceso, las piedras del camino y su esperanza por recuperar el terreno perdido. En un momento no tenía más ganas de nada, pero saqué fuerzas de algún lado, contó.

 

Desde su aparición en Peñarol, muchos vieron a Franco Giorgetti como uno de los grandes proyectos jóvenes que iban a tener protagonismo en el futuro del básquet argentino. Y si bien vivió momentos buenos en los últimos años, el alero también tuvo que pasar por situaciones no tan buenas. Y varias. Su cuerpo le puso muchas piedras en el camino, tantas que ya pasó por tres operaciones en sus hombros, una en el derecho y dos en el izquierdo. La última fue el 17 de diciembre pasado, unos días después de su 23º cumpleaños.

Cuatro meses después y luego de un intenso proceso de recuperación, el alero está de regreso con Peñarol. Y decidido a recuperar el terreno perdido en este tiempo fuera de las canchas. Giorgetti es el nuevo protagonista de La entrevista de la semana, en donde cuenta cómo atravesó su último paso por el quirófano y grafica las sensaciones de un joven que supo levantarse en varias oportunidades.

-¿Te tocó volver varias veces, pero qué sentiste en este nuevo regreso?
-Ahora tenía unas ganas terribles de jugar. Me maté en el kinesiólogo y en el gimnasio y, en relación a las veces pasadas me siento un poco mejor en cuanto al básquet. En aquel momento era más chico, ahora pude ver otras cosas y aprender desde afuera. Cuando toqué la pelota sentí que no había perdido mucho como las veces pasadas y me encontré haciendo varias cosas con la pelota que antes no hacía. Me sorprendí un poco.

-Uno piensa que al volver de un parate largo se pierde un poco de tacto y confianza, pero por lo que decís es todo lo contrario.
-Sí, ni hablar. Los asistentes me dijeron que hice movimientos con mucha soltura, que me salieron más naturales. Ahora espero no parar más en cuanto al ritmo de juego. Me estoy sintiendo bien. En mi primer partido jugué bastante más de lo que pensaba, fueron 18 minutos. Y encima ganamos en Quimsa, una cancha muy difícil.

-¿Cómo viste a Peñarol desde afuera y qué equipo ves para lo que viene?
-Tuvimos muchos cambios de extranjeros y no llegamos a tener un equipo con 8/9 jugadores durante un tiempo largo para poder lograr el funcionamiento que Sergio (Hernández) quería. Fuimos un tanto irregulares, algo que le pasa a muchos en la Liga. Pero pienso igual que varios. Peñarol es un monstruo dormido. Sabemos lo que tenemos y cómo ganar.

-Contame qué tuvo de diferente esta operación con respecto a las otras dos.
-Ahora me hicieron un método nuevo, es francés, salió hace pocos años y se llama latarjet. Las operaciones clásicas son por un método americano en donde se usan como cámaras haciéndote una especie de puntos en la zona. Pero en esta última me abrieron el hombro, tengo un tajo con 14 puntos. Mi médico no me lo sugirió la primera vez porque te limita la movilidad, pero como esta era la segunda en el mismo hombro, decidimos hacerlo. Y al no ser mi brazo de tiro, la limitación no es grande. En la operación anterior, el médico me dijo que había un 70% de chance de que el hombro se vuelva a salir, estaba en mi saber jugar con inteligencia. Pero bueno, con este nuevo método todo es más seguro, y esta vez me garantizó un 90 o 95% de seguridad de que no se me va a salir. Yo pienso en ese número. Me siento bien y es un tema solucionado. Al menos en el izquierdo. Ahora tengo que cuidar el derecho.

-No te tocó operarte una ni dos veces. Fueron tres. Imagino que debe ser frustrante el momento en que te vuelve a pasar, porque ya conocés el tema y sabés lo que viene.
-Sí, a mi se me salió otra vez el izquierdo en el primer partido de los playoffs pasados contra Gimnasia. Y cuando se me salió me puse a llorar, porque se me vino lo que había pasado antes otra vez a la cabeza. Otra vez esa incertidumbre de saber qué iba a pasar. En el receso me junté con mi médico, busqué opiniones y decidimos optar por hacer dos meses de trabajos intensos en el gimnasio para fortalecer la zona. Intenté ese camino, hice toda la pretemporada bien y sin protección y cuando llegó el primer partido de la temporada se me salió en una jugada rara, porque tapé con el derecho y se salió el izquierdo. Ahí ya se me vino la idea de que iba a tener que operarme otra vez.

-Quizás puede ser con el diario del lunes, ¿pero ahora te arrepentís de no haber tomado el camino de la operación antes?
-No. Por ejemplo, Martín Leiva tuvo esta misma lesión hace muchos años, optó por no operarse y estuvo muchos años sin problemas hasta que volvió a sufrir la lesión ahora. Yo opté por eso, pero no se dio. Mi médico me dijo que soy muy laxo en las articulaciones, se me doblan fácilmente. Por ejemplo, a veces se me doble el tobillo por completo y no me pasa nada. Es increíble. Pero bueno, eso no me juega a favor con el hombro.

-Imagino que no debe haber sido fácil desde lo mental llevar procesos así, sobre todo para un joven. ¿Cómo la llevaste, en dónde te apoyaste?
-La verdad es que esta tercera recuperación fue la que más me quemó la cabeza. Iban dos meses yendo al kinesiólogo de lunes a sábados y llegó un momento en que le decía mirá, ya no tengo ganas de hacer nada. Estaba cansado de todo, pero de algún lado sacaba ganas. Acá en Mar del Plata tengo a mi novia que está todo el tiempo conmigo, mi papá y mi mamá están siempre preguntando… Uno se pone a pensar en ellos, que quieren lo mejor para mi. Y son cosas que te ayudan a no bajar los brazos y seguir. Trataba de llevarla día a día, pero esta vez me costó un montón.

-¿En algún momento llegaste a pensar en bajar los brazos por completo? Porque fueron tres veces por el mismo proceso…
-No (piensa). La verdad es que hace cinco años que estoy en un club en donde me tratan muy bien, donde están pendientes de mi y siempre preguntan cómo estoy. No tengo derecho a bajar los brazos. Además, soy muy joven. Si esto me pasaba a los 36 ó 37 años, era diferente. Pero ahora traté de sacar fuerzas de cualquier lado. Incluso me hablaron de probar con un psicólogo. Y quizás debería ir, ver cómo es. Por ahora no me llamó la atención ir.

-¿De cierta manera tenés miedo de que te pueda volver a pasar?
-No, no. El otro día cuando entré contra Quimsa estaba más preocupado de lo basquetbolístico que de lo físico. Sí tengo cuidado, quizás es el día de hoy que pienso antes de hacer alguna acción puntual, porque todavía me falta básquet y contacto. Por suerte puedo tener varios partidos antes de los playoffs. Fueron cuatro meses exactos hasta mi vuelta. Me acuerdo de eso que te decía, que no tenía ganas de hacer nada hace un tiempo, y ahora me siento muy contento. Espero que sea el comienzo y no pare más.

-¿Cómo te sentís hoy en cuanto al momento de tu carrera? Apareciste como un gran proyecto en su momento y te pasó esto. ¿Sentís que perdiste algo de terreno en relación a otros jóvenes?
-Desde aquel momento de la final del 2012 con Obras sabía que se hablaban buenas cosas de mi, y traté de hacer oídos sordos siempre. Pero la realidad es que hoy hay chicos que realmente están en mejor nivel que yo, también por una cuestión de tener más continuidad. Gabriel Deck es un ejemplo, Luca (Vildoza) también, que tuvo varias lesiones como yo pero hoy es una figura de la Liga. Yo reconozco que hay varios chicos que están explotando. Lo tengo a (Nicolás) Brussino conmigo y la verdad es que el cambio que hizo desde el primer día hasta hoy es descomunal. Te repito, no tengo problemas es reconocer que hay jugadores más jóvenes en mejor nivel que yo, pero no me apuro para nada. Sé que estuve tres veces parado durante cinco meses, y si te ponés a sacar la cuenta es un montón de tiempo perdido.

-Al margen de lo grupal, ¿ahora el objetivo es recuperar ese tiempo perdido, volver a ser?
-Sí. Tiempo hay de sobra, no estoy apurado. Mi cabeza ahora está puesta también en ayudar al equipo. Nuestro objetivo es ganar la Liga y trataré de ayudar en lo que pueda. Después en el receso tendré tiempo para mejorar y trabajar otras cosas. Y me voy a sacar la cabeza del tema del hombro, porque si juego con miedo es peor. Hoy pienso en hacer poquitas cosas y ayudar.

-Y en todo esto que tenés en la cabeza, ¿dónde está la Selección? Quizás quedó perdido, pero estuviste preseleccionado para el último proceso, más allá de perdertelo por el hombro.
-La verdad es que hoy la Selección no es mi prioridad. Sé que este año hay tres torneos, no sé si voy a estar citado o no. Quizás tenga una ventaja por tener al técnico de la Selección en el día a día, pero no me voy a apresurar para nada. Si no me llaman, voy a aprovechar ese tiempo conmigo mismo, voy a trabajar para mejorar. Este año se me termina el contrato con Peñarol y no sé qué será de mi carrera. Así que mi prioridad ahora es Peñarol y los playoffs. Cuando termine la Liga veré si estoy convocado o no, y a partir de ahí veré cómo sigue todo. Como dice Sergio, hoy por hoy mi objetivo es mejorar día a día. Uno se tiene que ir de un entrenamiento mejor que el día anterior.

Leandro Fernández
@FernandezLea
[email protected]
@cabboficial

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