Desde el apodo que se ganó de pibe hasta la increíble anécdota que vivió en un taxi. Hernández pasó por nuestro programa, lo sorprendimos con un gran fan suyo y habló de todo, qué lo hace reír y cómo cocina...
“Ovejita, Ovejita, Ovejita”. Esa reconocida ovación de aliento que se viralizó en 2017, cuando la Selección visitó Salta, volvió a escucharse en nuestra cuenta de Twitch oficial. Oscarcito, el farmacéutico que vive en Santa Fe y es fanático del Alma, fue encontrado por Prensa CAB y se reencontró virtualmente con Sergio Hernández, quien le dedicó unas palabras al ferviente hincha del básquet argentino.
“Nosotros existimos porque hay locos como Oscarcito, que viaja y va a esperarnos ahí, a transmitirnos su afecto y después paga su entrada, va, nos alienta, o si lo tiene que ver por la televisión lo hace. Nosotros, de alguna manera, nos debemos a esa gente”, explicó el DT, quien a continuación recordó cómo fue el encuentro.
“Aquel día, Oscarcito se animó a representar a toda la gente. Nosotros nos movemos con personal de seguridad, las canchas están valladas, las calles se cortan. Efecto Ginóbili y compañía, por supuesto. Antes no sucedía. Con todo eso hay mucha gente que ya no puede llegar hasta donde estaba Oscarcito esa vez. Entonces me dio mucha ternura y decidí ir. Lo loco es que no me seguía nadie, después me acompaña uno de seguridad. Gracias a Dios a Germán (Beder) se le ocurrió filmarlo. No por mí, sino para que todos entendamos que las personas como Oscarcito también son una pata de la mesa. Nosotros somos los famosos, incluso ganamos dinero haciendo esto, pero sin la gente existiríamos. Así que Oscarcito, vos sos un grande”, comentó Hernández.
Y hubo réplica. Oscarcito, con su pelota de básquet y una camiseta en mano, contó lo que significa para él la Selección y su coach. “A mí me emociona la Selección de básquet y el querido Ovejita por los conceptos que tiene. Él sabe transmitir lo que es un equipo lo que es jugar, el compañerismo, apoyarse uno a otro. De hecho, si ustedes se fijan en la lista de convocados para Tokio, muchísimos de ellos estuvieron en Salta esa vez. Oveja les dio mucha confianza porque tenían la carga de la Generación Dorada. Él los apoyó, estuvo con ellos y los sacó adelante. ¡Dásela a Facu ahora Ovejita!”, concluyó Oscar con esa arenga mencionando a Campazzo.
Ese reencuentro tan especial se dio en el marco del directo de Twitch en la
cuenta de CAB, que estuvo conducido por Elías Mauro y Lucas Flossi, y en el que previamente habían participado Macarena Rosset y Agostina Burani, jugadoras de la Selección femenina. Durante casi una hora, el entrenador de nuestra Selección mostró su lado B, contó anécdotas, entregó interesantes reflexiones y habló de su actualidad.
Aprovechando el uso de la plataforma, los conductores le mostraron al Oveja un video de uno de los influencers del momento, Luquita Rodríguez, quien imitó una de sus charlas técnicas que se hizo viral la frase
“se la damo’ a Manu”, utilizada con frecuencia en las redes sociales.
“Me gustan estos personajes, me divierten. Este loco me encanta. Todo lo que sea poner onda en esta época de muchas malas noticias es muy bueno. Lo mejor es siempre reírse con el otro y no del otro. Es como Migue Granados, son cracks en esto. Hoy estamos todos con las pantallas, yo no soy mucho de mirar esto, pero me divierte, la paso bien”, contó.
¿Qué lo hace reír? El Oveja siempre se muestra como un personaje filosófico, serio y didacta, ya sea en la cancha como en alguna entrevista. Pero, como todos, también disfruta del humor y las risas.
“Me divierte lo espontáneo, lo creativo, lo irónico, el que tira el comentario en el momento justo, el tipo que sabe reírse de sí mismo. Como (Roberto) Moldavsky. Con él me tomaría un café, sé que me moriría de risa. Con (Darío) Barassi también. El gordo, como él mismo se llama, me destroza, no puedo parar de verlo. Por suerte tenemos mucha gente que nos hace reír, que es algo muy necesario en este momento”, contó.
Aun hablando de humor, Hernández no puede escaparle a la reflexión:
“No creo mucho en eso del humor inteligente, o que hay un humor para inteligentes y otro para tontos. El humor es algo subjetivo, depende de lo que te haga reír a vos. También depende del momento. Yo escucho un chiste de Rodrigo Vagoneta y me muero. También me encanta la ironía. Pasa que hoy es complicado, porque cualquier cosa que decías parece que le estás faltando el respeto a alguien, o creando un conflicto de clases o de género. Soy simple. No me río mucho, realmente me gustaría reírme más”.
A continuación, una anécdota que lo persigue desde pequeño y lo acompañará el resto de su vida. ¿De dónde salió el sobre nombre Oveja?
“Yo soy de Bahía Blanca, del club Villa Mitre. Vivía en el club prácticamente todo el día. De chico tenía los pelos tipo afro, como el Doctor J (Julius Erving). Un pibe que era dos categorías más chico que yo, me dijo que parecía una oveja. Todavía me acuerdo de ese día. Me enojé y lo corrí por el club. Si hay algún chico mirando ahora en Twitch, no se enojen nunca cuando les digan algo porque no se lo sacan nunca más. Me quedó Oveja”, contó.
Entre risas, desenfundó un recuerdo de cuando dio sus primeros pasos como DT.
“Lo de Oveja se hizo tan grande que cuando yo era entrenador en la escuela de básquet de Villa Mitre, con 18 años, una mamá fue a hablar conmigo y me llamaba Sergio. Le daba no sé qué decirme Oveja. Entonces, el nenito que me tenía agarrado del pantalón me dijo: ‘Oveja, ¿por qué te dicen Sergio?’. Tanto me decían Oveja en una época que si me llamaban Sergio en la calle ni me daba vuelta. Hoy ya pasó un poco. Igual el Oveja lo llevo con mucho orgullo”, relató.
Y del apodo se desprendió otra anécdota, ésta mucho más reciente, pero realmente insólita.
“Ayer iba al osteópata en taxi y el chofer iba escuchando la radio, súper compenetrado en el programa de Seba Wainraich. Había un juego en el que tenían que adivinar la palabra dando la primera letra y una descripción (tipo Pasa palabra). Ponele, plataforma de videos que usan los gamers y empieza con T: Twitch. Cuando llegan a la letra O dicen ‘entrenador deportivo con apodo animal. Oveja. Y yo atrás, de pasajero, pensaba que el señor que estaba escuchando ese programa llevaba a la consigna del juego en su taxi. ¡Y ni se dio cuenta!”, describió.
Siguiendo con las risas, reflexiones e historias del DT subcampeón del mundo, llegó una nueva pregunta.
-¿Es Hernández un entrenador que vive 24/7 para el básquet?
-No, pero porque nunca fui así. Hay que saber entrar y salir, me parece que no es bueno estar 24 horas pensando en básquet. A los entrenadores sobre todo nos ponen a la obsesión como una virtud, y nunca puede ser así. La obsesión es una patología, te lleva a hacer cosas malas. Yo no soy un obsesivo, sé sacarme el traje de entrenador cuando termina un entrenamiento o un partido y sé ponérmelo para planificar, preparar un juego o dirigir. Ahora estamos en este Twitch hablando de básquet. Termina y me pongo a ver Showmatch, o lo que haya en la tele, un partido de fútbol, Netflix, o a preparar la comida. No soy obsesivo, para nada”, apuntó el seis veces campeón de la Liga Nacional, con Estudiantes de Olavarría, Boca y Peñarol de Mar del Plata.
Por último, surgió el tema de la cocina, uno de los pasatiempos que Oveja aprovecha para distraerse y aplicar su creatividad.
“Como entrenador mi fuerte es la espontaneidad, saber adaptarme a ciertos momentos. Que a veces puede convertirse en mi defecto, porque siempre tu mayor virtud puede convertirse en defecto. En la cocina es lo mismo. Abro la heladera, veo que hay y algo voy a hacer. Eso no significa que salga bien o que yo sea bueno. No sé tiempos de cocción ni nada de eso. Yo soy muy respetuoso con los ‘saberes’. Por ahí te preguntan ‘¿ustedes (los entrenadores) son psicólogos también?’ no, pará un poco. ¿Sabés todo lo que tiene que estudiar un psicólogo o un chef? ¿Las horas que se tiene que comer estudiando? Yo apenas sé de básquet. Pero me gusta cocinar, la paso bien. Es un pasatiempo”, señaló.
Antes de la despedida y los saludos finales, el bahiense dejó unas últimas palabras. “
La diversión a veces está mal vista, pero mientras más te divertís más aprendés. El aprendizaje siempre tiene que tener su costado divertido. Así que aguante el Twitch”, concluyó. Casi un filósofo. En la cancha y en la vida.