Un rebote histórico del más pequeño, quien asistió a uno de los más experimentados para mandar este durísimo partido a suplementario. Un clásico que quedará para siempre en la retina de los amantes del básquet.
Nadie hubiera imaginado ese desenlace. En una edición más del clásico, otra vez en el máximo nivel internacional, en el que uno de los más bajos de la cancha fuera capaz de capturar un rebote agónico para servirle a uno de los más experimentados la posibilidad de sacarse una espina que le había quedado desde aquel triple fallado frente a España en Japón.
"Con la Selección siempre me ha tocado errar varios puntos importantes. Me sentía en deuda con los argentinos y hoy por suerte pudo entrar". Esas fueron las primeras palabras de Andrés Nocioni minutos después de lograr un nuevo triunfo con la celeste y blanca, y la clasificación a Cuartos de Final de un nuevo Juego Olímpico.
Claro, no era un partido más. Enfrente estaba el poderoso Brasil, que jugaba de local en el Arena Carioca I de Río de Janeiro con su gente, aunque los hinchas argentos también se hicieran sentir todo el partido. Argentina debía ganar en la anteúltima jornada de la fase de grupos para asegurarse su lugar en la siguiente ronda, mientras que Brasil debía hacerlo para no quedar al borde del abismo.
"Fue un partido que tuvo todos los condimentos. Dimos un paso adelante en el juego. Dimos vuelta la página y corregimos los errores que cometimos contra Lituania. El que era más detallista ganaba. Fue un gran trabajo de todos. Es Brasil, en su cancha", analizó Facundo Campazzo, el otro motor del triunfo, en la zona mixta.
Argentina empezó mucho mejor ese partido, con un alto ritmo que le permitió quedarse el primer cuarto 28-19, pero en el segundo capítulo los brasileños se sobrepusieron con un gran juego defensivo, impidiendo que los dirigidos por Sergio Hernández pudieran sentirse cómodos y correr la cancha. De esta forma, los locales se fueron al descanso largo arriba por 52-44.
Y en ese momento, después del regreso al parqué, fue que empezaron a emerger aún más las figuras de Nocioni y Campazzo. Con la conducción y velocidad del base, sumado a la energía del Chapu, el combinado nacional retomó su nivel y se volvió a poner en partido, haciendo que el Arena Carioca I roce su punto de ebullición. Argentina llegó a ponerse 64-63 arriba, mostrando señales de recuperación, pero los locales se hicieron fuerte y cerraron 72-67 al frente.
El punto de ebullición en las tribunas llegó en el último cuarto, con todos los condimentos que puede tener un partido de este calibre, con los roces y todo lo que conlleva. Sobre todo cuando Argentina, a poco menos de tres minutos de partido, perdía por 83-75: eso se potenció aún más después de la ráfaga de Campazzo que les permitió ponerse 85-82 abajo, donde el desenlace del tiempo regular es historia, con el triple de Nocioni con 3,8 segundos por jugar.
En el primer suplementario, los brasileños se pusieron al frente rápido, pero otra buena ráfaga del combinado nacional envió el encuentro a un segundo overtime, donde desde el comienzo Argentina impuso condiciones, de la mano de Campazzo, con dos triples, más uno de Garino, lo que le permitió ir tomando cada vez más distancia, aunque los locales no se daban por vencidos. Finalmente, Ginóbili terminó sepultando el 111-107 final con dos libres, para algarabía del pueblo argento.
“Ese partido fue uno de los mejores que jugué en mi carrera, además de ser uno de los mejores en números personales con la Selección Argentina, y también uno de los que más cansado terminé porque jugué 47 minutos, y sobre todo el estrés mental y físico. El final con un triple increíble entrando como si fuera una película y en suplementario con un triple decisivo para cerrar el partido con una pequeña diferencia", expicó Nocioni en el programa UcU Radio, al día siguiente del partido.
El Chapu terminó con 37 puntos y 11 rebotes, pero Campazzo no se quedó atrás con sus 33 unidades y 11 asistencias,
Por su parte, Manu le reconoció a Infobae que no recordaba un momento así con la Selección:
"Hubo tantos suplementarios y tanto roce físico que fue desgastador, por suerte nos tocó a nosotros gracias al empuje de Facu y Chapu que nos dieron la clasificación".
A su vez, a Carlos Delfino le hizo acordar al primer partido de Atenas 2004, en el triunfo ante Serbia con la palomita de Ginóbil.
"Esa vez no jugamos bien y logramos una victoria increíble. Los clásicos se juegan así. La verdad es que se lo robamos, estuvimos perdidos en muchos momentos y un gran porcentaje de la tarde los seguimos de atrás", sentenció.
Síntesis:
Brasil (107): Huertas 14, Rafael 5, Marquinhos 9, Barbosa 11, Nene 24 (Fi); Neto 3, Felicio 2, Benite 13, García 14, Guilherme 10, Lima 2, Luz. DT: Rubén Magnano.
Argentina (111): Campazzo 33, Ginóbili 13, Garino 10, Nocioni 37, Scola 14 (Fi); Laprovittola, Delfino, Delía 2, Deck 2, Mainoldi. DT: Sergio Hernández.
Parciales: 19-28, 33-16 (52-44), 20-23 (72-67), 13-18 (85-85)// 10-10 (95-95); 12-16 (107-111).