La preselección U16 femenina intensificó su preparación en vista al FIBA Américas de la categoría en México. El análisis minucioso de Paula Budini, una de las entrenadoras del plantel junto a Rocío Pérez.
En los rincones del Cenard se gesta el futuro de la Selección Femenina. Jugadoras con convicción, talento y un instinto competitivo que las impulsa a ir más allá de los límites conocidos. Es un grupo preparado capaz de inspirar a generaciones venideras a base de esfuerzo, sacrificio y gloria tras otra huella imborrable para la historia del deporte. Ahora el equipo está a punto de embarcar en una nueva travesía hacia el FIBA Américas U16, un viaje que busca la superación continua.
La preparación se ha intensificado en las últimas semanas con entrenamientos rigurosos, análisis táctico y un plan acorde a las exigencias del certamen. El objetivo es fortalecer la conexión entre las jugadoras, afinar las estrategias e identificar otros aspectos claves del juego para competir a nivel internacional. Un trabajo en conjunto entre todas las áreas para llegar de una manera óptima y no perjudicar la condición física de las protagonistas.
“El equipo está abierto a seguir aprendiendo y sumar cosas que nos dan más herramientas al momento de planificar. Hoy hemos incorporado algunas cuestiones tácticas un poco más avanzadas y estamos dando mucho volumen a los lanzamientos, una cuestión que aun debemos mejorar. Nos vamos a preparar con tiempo pero con el enfoque puesto en nosotras, en imponer una forma de juego pese al rival de turno”, analizó Paula Budini desde su faceta como entrenadora de la Selección U16, rol que comparte junto a Rocío Pérez en una dupla de excelencia.
La preselección nacional se ha formado cuidadosamente con una nómina que comprende a las 12 medallistas del Sudamericano de Chile, más las recientes incorporaciones de Florencia Bragado, Sofía Ferrari e Isabella Roldán. La profundidad del plantel garantiza una frescura constante en la cancha para adaptar los planteos según las circunstancias ocasionales del partido.
“Todos los juegos son finales y el poder tener una rotación nos permite llegar de la mejor forma al cruce y lograr la clasificación. Desde el cuerpo técnico hacemos mucho hincapié en el rol de cada una dentro del equipo sin perder la impronta buscando un juego colectivo para mantener la intensidad de juego. La idea es que lleguen con herramientas y con la convicción de que los minutos que tengan es para un objetivo común, poniendo a disposición del equipo cada una de sus virtudes”, agregó Pau. Dentro de esa danza de nombres destacados figuran Sol Depetris, Milagros Morell e Isabella Buollon, tres prospectos de la reciente Academia de la NBA para la región latinoamericana.
Las jugadoras han crecido en términos de confianza, trabajaron sus debilidades, se adaptaron a la identidad que propone el staff técnico y se hicieron más sólidas desde la parte grupal porque saben que juntas pueden superar cada objetivo propuesto sin siquiera dar por sentado los éxitos pasados:
“Encontramos la forma de mantener enfocadas a las chicas mediante el trabajo, con horas de entrenamiento de calidad y planificando sobre nuestras debilidades. Seguir sosteniendo las cosas y las acciones que nos han llevado a lograr el campeonato sudamericano. Por supuesto que el precedente es bueno y eso nos tiene que motivar para ponernos en la cabeza que podemos competir contra todos los equipos que enfrentemos. Queremos mantener nuestra identidad con el objetivo de clasificar, sabiendo que la única forma es hacerlo es con trabajo, dedicación y deseo”.
El FIBA Américas se jugará del 13 al 19 de junio en la ciudad mexicana de Mérida y con Argentina formando parte del grupo B junto a Brasil, República Dominicana y Canadá. Los semifinalistas clasificarán al Mundial U17 del año que viene y las restantes cuatro delegaciones pelearán la Reclasificación del 5° al 8° puesto.