A poco días para el debut en el FIBA Américas U16, Rocío Pérez reflexionó acerca de la preparación de la Selección Argentina en Buenos Aires.

El legado de Rocío Pérez es indiscutible. Su talento, entrega y trayectoria la convirtieron en una de las jugadoras más emblemáticas de su generación. Su influencia no sólo se limitó a sus cualidades dentro del parquet, sino que además busca transmitir sus conocimientos y valores a cientos de jóvenes promesas. Rocío es referente por sus logros, liderazgo y compromiso con el desarrollo del básquet femenino en Argentina. Su objetivo principal es formar mujeres fuertes y comprometidas, capaces de dejar su huella en el deporte y en la sociedad.

Rocío fue parte del plantel que logró el histórico bronce en el Mundial U19 de Tailandia en 2009. Esa camada estuvo conformada entre otras figuras por Agustina Burani, Andrea Boquete, Débora González, Macarena D´urso, Natacha Pérez, Ornella Santana y por la propia Paula Budini, integrante de la dupla técnica en la Selección.

Su impacto se refleja con fuerza en las concentraciones de la U16. La relación con las chicas va más allá de la cancha. Es una conexión basada en la confianza, el respeto y el trabajo en conjunto para que cada una se sienta valorada y respetada. Su presencia ahora en el banco es un estímulo contaste para sus dirigidas.
Las declaraciones de Ro reflejan esas determinación y confianza: “Con Paula (Budini) creemos que nada es imposible y que cada juego hay que ir a buscarlo. No medimos talla ni talento, siendo argentina muchas veces la actitud y las ganas llegan a sobrepasar cualquier destreza. Es parte de lo que planteamos, dejar todo en cada juego”.

La conexión del grupo es palpable desde cualquier punto de vista. La empatía y el compañerismo se reflejan en cada jugada y en cada gesto de aliento. Ese respaldo incondicional crea un ambiente propicio para la superación, fortalece la cohesión del equipo y promueve un juego mucho más fluido. Hay un ambiente positivo que potencia el rendimiento individual y colectivo. “Es un grupo que tiene feeling, no sólo entre ellas sino con el mismo deseo deportivo tanto individual y grupal de progresar en cada momento. Es un punto fundamental que ayuda y hace que todo sea mucho más fácil al momento de plantear objetivos”, continuó con su análisis.

La coronación en el Sudamericano fue un claro indicativo de la capacidad de la Selección de competir a nivel regional contras adversarios fuertes y desafiantes. Les brinda confianza, seguridad y les muestra el nivel de exigencia que podrán encontrar en el FIBA Américas. Para preparar el terreno internacional organizó una serie de amistosos locales ante rivales de jerarquía como pueden ser Berazategui y Obras Sanitarias. Estos encuentros fueron una excelente oportunidad para afinar sus estrategias, medirse ante diferentes estilos de juego y para poner a prueba su rendimiento en situaciones reales de competencia.

“Los amistosos que tuvimos fueron con categorías superiores. Los mismos ayudaron a ver las debilidades y virtudes, a reforzar y seguir trabajando. Sabiendo cómo reacciona y enfrenta el equipo los pasajes de juego”, cerró la entrenadora.

La delegación Argentina ya arribó a tierras mexicanas para afrontar el esperado debut en el FIBA Américas. El martes, a partir de las 15.30hs, enfrentará a República Dominicana en un encuentro correspondiente a la zona B del cuadro. La acción continuará el miércoles ante Brasil para el jueves cerrar la fase de grupos frente a Canadá. Los 4 semifinalistas clasificarán al Mundial U17 del próximo año.