A menos de una semana para el torneo, la entrenadora de la Selección habló sobre los trabajos que viene realizando el equipo, su ejemplar trayectoria y el estilo de juego que buscará Argentina.
“Constantemente les hacemos notar que no pueden quedarse con lo que pasó y que necesitan enfocarse en la jugada siguiente”, indica Pavón sobre una de las máximas que deben primar en la mentalidad de sus dirigidas, y que a su vez marcó la pauta de su instantánea transición de jugadora a entrenadora. Cuesta todavía no pensarla como uno de los nombres fijos de la Mayor, pero dio vuelta rápidamente la página a esa etapa como jugadora no sólo para tomar las riendas de diferentes categorías en el club de sus amores, Vélez Sarsfield, sino para también tener ahora una nueva experiencia como entrenadora de Argentina, al comandar a la Selección U18 en el Campeonato Sudamericano que se disputará del 3 al 9 de abril en Buenos Aires. Será la segunda vez que estará al mando de un seleccionado nacional, luego de haber tenido su primera experiencia el año pasado dirigiendo a nuestro país en el Premundial U16.
Nacida en Isidro Casanova, jugó prácticamente durante toda su carrera en el Fortín, excepto por sus travesías por el Presidente Venceslau brasilero y el New Crusaders chileno. Allí, alzó 19 títulos para convertirse en la más ganadora de la institución y una de las más laureadas en la historia de nuestro básquet. Integró el seleccionado durante más una década, siendo protagonista de logros históricos como el 9º puesto en el Mundial de Brasil 2006, y hoy tiene la posibilidad de trasladar toda su experiencia a las formativas nacionales.
“El objetivo del torneo es quedar entre los tres primeros para así clasificar al FIBA Américas, entendiendo también que a su edad lo primordial es inculcarles entregar el 100% en cada entrenamiento”, declara manifestando su compromiso con el presente y futuro de nuestras chicas. A sólo días del evento que tendrá lugar en el Templo del Rock, mantuvimos un mano a mano imperdible con Sandra Pavón para hablar de la preparación del equipo, el estilo de juego buscado y el inminente desafío que afrontará la U18. La DT de 36 años revivió además parte de su carrera, expuso interesantes conceptos sobre el básquet actual y compartió su parecer sobre la evolución del rol de la mujer en el deporte.
-Sos la mayor campeona en la historia del Fortín. ¿Qué se siente saber que tu nombre tiene tanto peso en el club que amás y donde también hoy trabajás?
-Excepto por mis pasos por Chile y Brasil, fue el único lugar en el que jugué, desde los 7 hasta concluir mi carrera. Y mi hija ya asiste a la escuelita de iniciación deportiva de Vélez, así que definitivamente es mi segunda casa. Pero mientras sos jugadora, te entrenás constantemente para ganar partidos y torneos, y recién empezás a valorar lo conseguido cuando se acerca el retiro. Además, me tocó ser parte de rachas tremendas del club, con grandísimos equipos, donde a veces ganar se transformaba en una obligación y no permitía disfrutarlo tanto. Hoy, que lo miro desde el otro lado, sí puedo dimensionar todas las satisfacciones y objetivos cumplidos.
-Integraste el seleccionado entre 2003 y 2016. ¿Qué sensaciones te quedan de tu etapa con la camiseta argentina, con logros como el del recordado Mundial del 2006?
-Yo estoy enamorada de la Selección, siempre dejé todo por ella, por salir representar a mi país, mis compañeras y mi familia. Por ejemplo, cuando estudiaba Educación Física, postergué exámenes y acomodé horarios como podía, porque la prioridad era la Argentina. Y es verdad que terminar en el 9° puesto de un Mundial, y ganándole a esa gran España, fue algo único e impresionante. Yo todavía era chica y no lo dimensionaba, pero Caro Sánchez, Gisela Vega o Laura Nicolini ya jugaban afuera y estaban impactadas, no lo creían. Al participar de más competencias internacionales, entendí que habíamos hecho historia.
-Imagino que, además de los resultados, el tiempo compartido con las chicas habrá sido muy valioso para tu crecimiento personal, ¿no?
-Es una gran experiencia, porque en las concentraciones y torneos vas pasando por diferentes matices emocionales, es una enseñanza de vida. Estuve en la Selección desde mis 14 años, y en ocasiones entrenaba con más de una categoría, entonces me pasaba dos o tres meses dentro del CeNARD. Pero más allá de lo agotador del alto rendimiento, me apasionaba y divertía muchísimo, por eso pude sostenerme tanto tiempo en el plantel.
-¿Cómo te sentiste con la transición de jugadora a entrenadora? ¿Se extraña la actividad?
-Lo llevo muy bien, por ahora no extraño jugar, quizás porque ya estaba muy cansada tanto física como psicológicamente. Si bien dejé la Selección en 2016, jugué un año más en Vélez, y esa última etapa sufrí más de lo que disfruté, entonces claramente era el momento de decir basta, a pesar de lo duro del duelo. La transición a entrenadora no me costó tanto porque ya era monitora en Véléz. En cuanto me retiré, empecé a dirigir en minibásquet, y más adelante en formativas, Liga de Desarrollo y ayudando en Primera, lo cual continúo haciendo.
-¿Siempre supiste que seguirías ligada al básquet?
-Sí, siempre me vi como una futura entrenadora, porque mientras jugaba me gustaba entender el porqué de cada cosa que hacíamos. En este rol, trato de hacer un mix entre los conocimientos técnico-tácticos que podés encontrar en un libro o una clínica y mi experiencia dentro de la cancha, y hasta ahora siempre tuve muy buenas respuestas de mis equipos. Como en toda profesión, necesitamos seguir estudiando y perfeccionándonos, y yo que soy realmente nueva intento observar, preguntar y corregirme permanentemente.
-¿Cómo tomaste el desafío de dirigir la Selección U18?
-Estoy muy contenta por esta oportunidad, todo lo que tiene que ver con la Selección me genera orgullo a la vez que responsabilidad. Como siempre, estoy dispuesta a dar lo mejor para que todo marche bien y se puedan alcanzar los objetivos planteados. Cuando comencé en el staff con Grego (Martínez) sabía que sería asistente en la Mayor, pero a principios de este año me designó como entrenadora de la U18 para competir en el Sudamericano, y él siempre intenta hacer lo que considera mejor para nuestro básquet femenino.
-¿Cómo describirías tu filosofía de juego? Tu estilo y el de Gregorio Martínez van de la mano, lo cual debe facilitar todo.
-Exacto, mi forma de pensar y la de Gregorio ya eran parecidas, así que no me costó para nada adaptarme de lleno al estilo que busca para nuestras chicas. Tratamos que, desde U15 hasta la Mayor, todos los seleccionados tengan una misma filosofía, para facilitarles el ir subiendo escalones. En ofensiva, necesitamos equipos dinámicos, de muchas posesiones y alta velocidad de ejecución, tomando buenos tiros más allá del tiempo de posesión. Y al ser Argentina, tenemos que darle muchísimo valor a la defensa, sin importar el rival de turno; es esencial defender muy bien el 1vs1 y hacernos fuerte en la toma del rebote, para a partir de ahí construir el ataque.
-Históricamente nuestra falta de talla ha sido un problema en los torneos internacionales. Pero esta vez, y pensando a futuro, parecería haber un progreso.
-Es un déficit que siempre intentamos de suplir de alguna manera, pero esta U18 tiene muy buena altura y no es casualidad. La idea del Proyecto Nacional Formativo (PNF) fue captar a jugadoras de todo el país de más de 1m80 y hacer un trabajo específico con ellas. Y sin ir más lejos, en la Selección que viajó a México (NdeR: Premundial U16 de Guanajuato 2021, en el que Argentina consiguió clasificarse al Mundial U17 de este año) participaron chicas que estaban fuera del radar pero que encontramos gracias al PNF. Esto nos llevó a conocerlas, contactarlas, y les permitió no empezar de cero en el CeNARD, sino llegar bien entrenadas y orientadas. El puntapié inicial fue dado y ojalá que, de acá a algunos años, todo este proceso pueda concretarse dentro de la cancha.
-¿Y cómo evaluás el hecho de contar en la preselección con jugadoras menores al promedio de edad, incluso de 15 años?
-Vimos la mayor cantidad posible de jugadoras, y consideramos que las 19 convocadas a la preselección son las que mejor están en este momento; el tema de la edad pasa a un segundo plano, no nos detenemos en eso sino en sus capacidades. Por ejemplo, cuando con la U16 nos clasificamos ante Brasil en Guanajuato, en cancha estaban Juana Barrionuevo, que tenía dos años menos, y Malena Maggi y Alma Bourgarel, un año menores.
-¿Cómo ves al equipo para este gran compromiso? ¿Cuál es el objetivo planteado?
-Hicimos una concentración muy productiva, que duró casi todo el verano y en la que vimos alrededor de 45 jugadoras ingresando por etapas al CeNARD. Estamos muy satisfechos con su predisposición, trabajaron espectacularmente y se llevaron planes individuales para continuar la preparación en casa. Su evolución diaria tanto física como técnica es notoria, y una de las metas de la concentración era que ellas visualicen el fruto de su esfuerzo para crecer en su confianza. El objetivo del torneo es quedar entre los tres primeros y así clasificar al FIBA Américas, entendiendo también que a su edad lo primordial es inculcarles entregar el 100% en cada entrenamiento; eso las hará avanzar y formar un mejor equipo para ir en busca de resultados, que serán una consecuencia del trabajo.
-Debido a la pandemia, esta camada prácticamente no ha competido internacionalmente, pero en un lapso muy corto se topará con grandes citas. ¿Qué opinás al respecto?
-Sí, hay que tener en cuenta que algunas de ellas tienen 18 años y van a jugar su primer torneo internacional, cuando normalmente se comienza entre los 14 y 15. Pero buscaremos que se adapten, siempre les digo que en estos torneos no tenés tiempo para deprimirte ni para sentirte el mejor, porque al otro día tenés que reafirmar una victoria u olvidarte de una derrota. Constantemente les hacemos notar que no pueden quedarse con lo que pasó y que necesitan enfocarse en la jugada siguiente, sobre todo en edades donde cuesta aceptar errores y continuar jugando, pero así es el básquet.
-¿Qué diferencias notás entre el básquet que jugabas al inicio de tu carrera y el actual?
-Está claro que, hoy, si no estás al tope en lo físico, es muy difícil poder ejecutar a un alto nivel. El contenido atlético se convirtió en prioridad, ya que antes una jugadora talentosa que no tocaba las pesas podía ‘regular’ y jugar 30 minutos. Pero la intensidad con la que se juega actualmente no deja margen a jugadoras con un estado que no roce la excelencia. Si técnica y tácticamente sos perfecta pero no entrenás de manera integral, no podés estar en cancha; no vas a poder plasmar tu destreza contra otra chica que tal vez no posee las mismas herramientas ofensivas, pero deja todo en el gimnasio para impedirte recibir la pelota. Para empezar a hablar de básquet, se necesita estar óptima desde lo físico.
-Como entrenadora de formativas, ¿qué valor le otorgás al resultado y al desarrollo de las chicas?
-En el verano hicimos hincapié en la técnica individual, y ahora que estamos en plena preparación del torneo, nos enfocamos en la táctica colectiva buscando estructura y volumen de juego. Pero es necesario mechar ese crecimiento con resultados, porque a nivel de Selección son los que terminan marcando la continuidad de las camadas. Por eso buscaremos la clasificación al FIBA Américas y luego al Mundial. Aunque de nada servirá lograr el objetivo si dejamos de lado su desarrollo, entonces incentivamos a que los hábitos de entrenamiento, alimentación y descanso estén presentes en todo momento.
-¿Cómo ves la evolución del rol de la mujer en el básquet de nuestro país?
-En todo ámbito, el rol de la mujer está cambiando y cobrando cada vez más importancia, y la CAB no es ajena a esto. En el staff técnico somos cuatro entrenadoras, una preparadora física y también está Karina Rodríguez –Directora Nacional–, lo cual habla del lugar que se nos está dando y eso nos tiene muy contentas. Hoy las posibilidades son cada vez más equitativas, y es valiosísimo que nuestra Confederación también haya abierto el abanico.
-¿Y cómo viviste esa lucha durante tu carrera deportiva?
-En Vélez el deporte femenino siempre fue fuerte, pero sé que era algo atípico y que hay lugares donde el género casi no tiene entidad. Soy partidaria de que, además de darle a la mujer las mismas oportunidades que al varón, nosotras debemos ganarnos y merecernos esas chances. El básquet es simplemente básquet, ya sea masculino o femenino, lo importante es que tanto entrenadoras, como preparadoras físicas, árbitras y demás, estemos capacitadas para ejercer nuestras tareas. Claro que los cambios planteados en la sociedad llevaron a que, por ejemplo, yo hoy pueda estar al frente de un equipo, puerta que años atrás estaba totalmente cerrada.
-¿Estás ansiosa por el comienzo del Sudamericano?
-Aún no pusimos la cabeza en los rivales porque eso nos estresaría más de lo que nos tranquilizaría, sólo deseábamos poder comenzar la concentración y los entrenamientos. Pero a medida que pasen las jornadas y amistosos, sí nos mentalizaremos de lleno en el torneo. Claro que esos dos o tres días previos, ya estando en el hotel y con los demás seleccionados alrededor, generan una gran ansiedad, pero es necesario administrarla para que las chicas lleguen con confianza y seguridad por el muy buen trabajo realizado en la preparación.