"Mi primera salida al exterior no pudo salirme mejor", dijo el tirador campeón con Titanes, pese a que esa decisión le quitó la chance de estar nuevamente -y ser capitán- en el seleccionado, como en febrero.

Domingo 22 de noviembre, 19.40, hora colombiana. Mientras el plantel casi completo de Titanes celebra el histórico tricampeonato, Selem Safar contempla la obtención de su primer título con un club del exterior desde una habitación de la Clínica de Occidente de Cali. Durante el cuarto juego que terminaría de inclinar la serie definitiva a favor de los de Barranquilla ante el Team Cali de Alexis Elsener y Juan Pablo Cantero, el marplatense sufría una lesión en su mano derecha que lo obligaba a retirarse de la cancha. Para esa altura, promediando el tercer período, ya había marcado los 15 puntos que lo consagrarían como goleador y MVP de las finales. “Fui a una pelota dividida, llegué primero y cuando toqué el balón sentí que el rival me pegó con la uña entre medio de dos dedos. Cuando miré, vi que estaba cortado, era una herida bastante profunda, así que de ahí nos fuimos directo a coserme. Festejé en la clínica con el jefe de equipo. Yo estaba con la herida abierta, esperando que entren a hacerme los puntos, y mientras mirábamos el final del partido”, le cuenta a Prensa CABB desde el Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz de Barranquilla.

-Me imagino que es la primera vez que te pasa algo así…
-Sí, la primera vez. Incluso ahí, cuando me estaban cosiendo, me enteré que me habían dado o al MVP (se ríe) Después me sumé a los festejos del equipo en un restaurante.

-La burbuja de Cali representó tu primera travesía en el extranjero a nivel clubes, y dijiste que no pudo ser mejor. ¿Por qué?
-Porque se dio todo como uno pensaba que podía ser lo mejor. Sabía que llegaba a un equipo que venía de ser bicampeón e iba en busca del tricampeonato, pero después teníamos que jugar y salir campeones. Nunca me imaginé que podrían elegirme como MVP de la final ni estar entre los mejores jugadores del torneo, pero también se dio. Sentí que mi nivel fue muy bueno y que el básquet que se juega acá me beneficiaba muchísimo por mi estilo. Además, fue mi primera vez afuera, y me llevo una experiencia linda, donde conocí mucha buena gente y un país que me recibió sumamente bien. Así que no sólo logré el objetivo que vine a buscar, sino que también fue algo muy positivo en un montón de aspectos.

-¿Qué impresión te queda del básquet y la cultura colombiana en general?
En relación a lo deportivo, puedo decir que es un básquet muy diferente al que se juega en Argentina, con muchísimos más espacios y tal vez menos estrategia defensiva. Se juega mucho más rápido, a correr y tirar, buscar el 1 contra 1 y el tiro en los primeros segundos de posesión, lo cual me gustó, y creo que el básquet moderno va camino a eso desde hace tiempo. En cuanto a la cultura, pude conocer bastante de Barranquilla en los 15 días anteriores al torneo y en estos últimos posteriores. En esta ciudad no teníamos que estar en una burbuja y se registraban pocos casos, entonces podía salir a comer o a recorrer, y me encontré con gente muy amable. Yo tenía el recuerdo de haber estado en Bogotá hace unos años, pero no tenía tan presente la gran amabilidad que tiene la gente por estas tierras. Me contaron que particularmente Barranquilla era especial en ese sentido y fui testigo de eso. Fue muy lindo el recibimiento que me dieron, cómo me trataron, me hicieron sentir como en casa desde el primer momento.

-En Cali se registró tan sólo un caso positivo de COVID al inicio de la competencia. ¿Cómo viste la conducta de los protagonistas?
-Creo que el comportamiento fue bueno en general. Siempre suceden algunas cosas que no son las ideales, pero al menos en mi equipo te puedo decir que la conducta fue ejemplar. El caso de COVID se dio apenas empezó el torneo y, cuando se dieron cuenta del positivo, aislaron completamente a ese equipo durante una semana o un poco más, se los llevaron directamente a otro hotel. Al regresar, al cabo de unos 10 días, debieron jugar seguido para recuperar los partidos pendientes, pero eso hizo que no haya contagios y podamos jugar con tranquilidad.

-Teniendo en cuenta que competiste con varios de los convocados para esta ventana, e incluso compartiste plantel con cuatro de ellos en Titanes (Bacci, Atencia, Palacios y Trocha), ¿cómo ves a Colombia para esta ventana?
-Veo que Colombia tiene buenos talentos individuales, con facilidad para anotar y son buenos atléticamente. Quizás tienen por mejorar los conceptos, entender los momentos del juego, pero me parece que van encaminados a eso y a seguir creciendo en los próximos años. Si hacen las cosas bien pueden crecer a pasos grandes porque realmente tienen mucho talento, vi jugadores que juegan bien y que me sorprendieron por su nivel individual. Pero este es un juego de equipo, entonces tienen que tratar de mejorar ese apartado para que la Selección pueda crecer. Creería que formaron un buen equipo para esta ventana.

-¿Pensás que Colombia le puede ganar a la Argentina? ¿En qué escenario?
-No podría responder eso, porque la verdad es que no tengo idea. No sé si tienen lo suficiente para ganarnos, pero como te dije son buenos jugadores. Realmente me genera mucha incertidumbre saber cómo pueden funcionar juntos. Tampoco conozco al entrenador y su estilo de juego, lo cual también tiene que ver, pero individualidades hay. Tienen talento y mucho gol en las manos, son jugadores peligrosos.

-Tal vez podrías haber estado en el radar de esta convocatoria en caso de haber continuado en el país. ¿Te queda alguna sensación al respecto?
-No. Se dio así, y estamos en una etapa a nivel mundial donde es muy difícil saber con anticipación lo que va a pasar de acá a dos meses, uno tiene que ir viendo el día a día. En mi momento, lo mejor era venir a Colombia porque fue la primera liga que comenzaba con el básquet, me daba la posibilidad de volver a jugar lo más rápido posible y de ganar dinero, porque esto también es un trabajo. Se reanudaron las ventanas FIBA y por cuestiones de la pandemia decidieron llevar a jugadores que estaban jugando en Argentina, pero no me queda ninguna espina porque realmente estamos en un momento en el que hay que vivir de esta forma.

-¿Tenés como objetivo estar en la ventana de febrero, o no es algo que esté en tu cabeza en este momento?
-Va de la mano de la respuesta anterior. Yo a la Selección siempre la disfruté y la disfruto, me encanta, es el lugar donde más disfruté desde que juego al básquet, y si se da en algún momento bienvenido sea. Pero no está en mi cabeza el tema de la próxima ventana, no sé que va a pasar de acá a febrero, ni donde estaré jugando. Tal vez un año atrás, dos o tres meses no significaban mucho tiempo, pero ahora sí. Todo cambió tanto que realmente no sé lo que va a pasar.

El bombardero de 33 años convivió toda su carrera con el hambre de victorias que lo ha llevado a ser una figura en el plano nacional. Con el objetivo de ganar, nunca le molestó relegar minutos ni situarse en un rol secundario. Incluso en la Selección, con actuaciones muy recordadas como aquella en el Preolímpico 2015 en México. En lo humano, Selem ha demostrado ser una persona excepcional y un excelente representante de nuestro país, como lo confirma Andrés Artuz, Jefe de Prensa del equipo de Titanes: “Estamos muy felices con él desde lo deportivo, pero también por su aporte como persona, por lo bien que se integró al grupo. Es una fortuna poder contar con jugadores como él aquí en Barranquilla”, opinó.

-Por último, lo conocés desde sus inicios en Peñarol y hemos visto que ya estás pensando en visitar a Campazzo en Denver... ¿Qué te genera el paso de Facundo a la NBA?
-Sí, me genera muchísima felicidad porque voy a conocer Denver (se ríe)… Pero, hablando en serio, me da mucha felicidad porque es algo que él realmente quiso siempre, es su sueño, y Facu es una persona que cuando se pone un objetivo, lo cumple. Aparte de tener talento, tiene una cabeza totalmente diferente al resto, y eso lo demuestra día a día. Dominó Europa durante muchísimo tiempo y ya era momento de que pueda ir a jugar a la mejor liga del mundo, así que la noticia me puso muy feliz. Sé que le va a ir muy bien.