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En una nueva edición de La entrevista de la semana, una rica charla con Paolo Quinteros, histórico de la Liga Nacional y de gran recorrido por la Selección (735 puntos en 72 partidos) que incluyó el bronce olímpico en Beijing 2008. Su actualidad en la competencia a los 37 años, su mirada del retiro, el cambio de mentalidad para el día a día, el recuerdo de su paso por el seleccionado, el dolor por cómo terminó su camino en el equipo y más.
-¿Cómo viste la primera fase de Regatas, que terminó en buen nivel y se acomodó tras un inicio irregular?
-El equipo fue de menor a mayor. Comenzamos la Liga un poco dubitativos, sin poder encontrar el rumbo dentro de varias cosas nuevas, como el equipo, el entrenador, la filosofía de juego. Pero enseguida entendimos el mensaje del entrenador, los extranjeros de adaptaron y el equipo empezó a mejorar. Creo que terminamos la Fase Regional como se esperaba, cumpliendo el objetivo de quedar entre los primeros cuatro o cinco.
-¿Notás alguna diferencia en esta Liga respecto a las últimas con este formato?
-Es difícil adaptarse. A veces el calendario se aprieta y jugás cuatro partidos en ocho o diez días, o pasás a jugar dos en quince días. Y no terminás de adaptarte. Venís con un ritmo alto de juegos y viajes y de repente te quedás varios días sin jugar. Y cuesta. Creo que tienen que buscarle la vuelta. No sé si lo están intentando o no, pero así no se puede porque al final lo terminás pagando con lesiones y otras cosas que no se pueden manejar.
-Me imagino que para ustedes, los más veteranos, se hace aún más difícil el mantener un nivel de rendimiento y físico con un formato así, ¿no?
-Sí, obviamente. Y los entrenadores tienen que hacer malabares para darles descanso a los jugadores y que lleguemos bien a la recta final, que son los playoffs. Deberían hacer más hincapié en el calendario. Del año pasado a este no ha cambiado mucho, te diría que nada. Y como te dije, lo terminás pagando con lesiones porque forzás la máquina todo el tiempo.
-Más allá de todo, este comienzo de temporada te encuentra en gran nivel personal. ¿Cuáles son tus sensaciones?
-Sí, me siento muy bien, aportándole al equipo cosas importantes y muy bien físicamente. El año pasado tuve muchos problemas con lesiones y este año no me pasó nada por suerte, y toco madera. Arranqué muy bien y tiene que ver también con que el entrenador me ha bajado mucho los minutos, me da descanso y me ayuda para estar al 100% en todos los partidos.
-Después de tanto recorrido como profesional, ¿qué es lo más difícil para encarar un nuevo año, si es que lo hay?
-La verdad es que no lo hay. Siento que el tiempo corre y cada vez queda menos para disfrutar. Y justamente estoy empezando a disfrutar. No me pesa, es todo lo contrario. Estoy disfrutando y aprovechando porque no sé cuánto más tiempo me va a quedar. No me cuesta porque tengo ganas y motivación, porque el año pasado tuvimos muchos traspiés y lesiones, fue una temporada muy difícil. Así que tengo el desafío de llevar al club lo más alto posible y hacer lo mejor desde lo individual y colectivo. Eso me da ganas de continuar.
Siento que el tiempo corre y cada vez queda menos para disfrutar. Y justamente estoy empezando a disfrutar porque no sé cuánto más tiempo me va a quedar.
-¿Cuándo cambió el chip de dejar de padecer o tomarte todo con mucha presión a esta idea de tratar de disfrutar?
-Fue para esta temporada después de lo que pasó en la última, con las lesiones e inconvenientes que hemos tenido como equipo. Eso me produjo mucho desgaste mental. Este año cambié el chip y dije voy a disfrutar, cuidarme mucho y tratar de estar siempre al 100%. La verdad es que el año pasado no disfruté nada porque me la pasé más tiempo afuera de la cancha que adentro. Y no quiero que me vuelva a ocurrir. Ahora trato de tomar todo desde otro punto de vista, no volverme tan loco, aprender a delegar y a confiar, porque soy una persona que siempre tomó muchas responsabilidades. Y eso también cuesta, el empezar a confiar en otros para tomar las decisiones que vos tomabas. De todo se aprende. Ahora no fuerzo tanto adentro de la cancha, antes lo hacía más y me producía mucho desgaste. Son factores que hace que uno empiece a cambiar un poco la mentalidad.
-Aprender a delegar también es parte del liderazgo, quizás de otra forma.
-Sí, obvio. Siempre me gustó liderar desde los hechos, adentro de la cancha, nunca sentí el liderazgo desde el habla. En Regatas hay un plantel joven, soy el capitán y los chicos confían en mi, y no deja de ser una responsabilidad.
-Dentro de esta sensación de disfrutar y demás, ¿dónde aparece la palabra retiro, si es que aparece?
-No lo pienso, no está en mi mente. Ahora me siento muy bien, le estoy aportando muchas cosas al equipo y eso hace que te olvides un poco, porque te sentís útil y podés rendir. Pero al mismo tiempo soy consciente de que cada temporada que pasa es un año más que me quita, un año menos de poder ser parte de este deporte que amo y practico desde chiquito. Sé que va a llegar, pero trato de no pensar y de disfrutar el momento.
-¿Sentís que cuando llegue te va a costar?
-Creo que depende mucho de cada uno. Seguramente lo voy a notar mucho, porque es una rutina que traigo desde hace muchísimos años. Pero no sé si me va a afectar. Intento no pensarlo.
-Te cambio un poco de tema por algo que salió ahora por la gran actuación de Bahía Basket en la Liga Sudamericana. Porque más allá de eso, Argentina sigue sin poder ganar un título internacional y los últimos que lo hicieron fueron ustedes con Regatas en 2012. ¿Por qué pensás que le está costando tanto a los equipos argentinos?
-Ese fue el año que Regatas ganó todo, también el Súper 8 y la Liga Nacional. Después vinieron todos los cambios habidos y por haber. A Argentina le está costando mucho. También convengamos que los distintos clubes de Sudamérica pueden contratar otros jugadores de acuerdo a su reglamento. Es algo a tener en cuenta. Y pensar por qué está pasando, por qué no logramos títulos a nivel continental. Es un tema que deberían tener muy en cuenta los dirigentes para seguir demostrando que Argentina está en el mejor nivel.
-¿Qué es Regatas en tu vida? Hace muchos años que elegís el club y a Corrientes.
-Es como mi segunda casa. Es un club que me sienta muy cómodo como también lo hace Corrientes. Acá estoy muy bien, tranquilo. Y soy una persona que siempre trata de instalarse y no moverse mucho. Tengo a mi novia, mis amigos… Hay un montón de cosas que hacen que cuando se tiene que poner todo en la balanza, al final termine inclinándose para Regatas. Todo hace que esté acá por sexta temporada consecutiva.
-¿En algún momento dudaste de seguir en el club?
-Regatas siempre tuvo la prioridad, pero a la vez estuve abierto a otras posibilidades. Esto es un trabajo y después viene la jubilación temprana. Por eso siempre estuve abierto a otras negociaciones y a que otros clubes se interesen en mi. Pero siempre Regatas estuvo bien posicionado a la hora de decidir.
-Te vuelvo a cambiar de tema, a otra parte importante de tu vida. ¿Qué fue la Selección para vos?
-Todo. Fue el sueño máximo al que todo jugador aspira. La Selección me ha dado muchísimo, mucha experiencia. Y el hecho de poder estar al lado de monstruos como Manu (Ginóbili), Luifa (Scola), Chapu (Nocioni), Carlitos (Delfino)... Para mi fue un aprendizaje muy grande y ser parte de esa generación es un orgullo enorme. Pero también me quedó un sabor amargo por la forma en que tuve que dejar la Selección.
-¿Es algo que todavía duele?
-La verdad es que sí, duele. Me hubiese gustado que me dijeran ya está, hasta acá llegaste y tu nivel no es más apto para la Selección. Pero cuando me dejaron afuera (NdeR: fue uno de los cortes finales para Londres 2012) yo sabía que estaba en mi mejor momento y que podía darle muchas cosas a la Selección, que podía seguir cumpliendo el rol que me tocó durante tantos años en los que estuve. Eso es lo que duele, que en el mejor momento de tu carrera no te den la oportunidad de continuar. Es lógico que duela y va a seguir doliendo, porque me hubiese gustado salir de la Selección de otra forma.
La Selección fue todo. Pero me quedó un sabor amargo por la forma en que tuve que dejar al equipo. Duele que en el mejor momento de tu carrera no te den la oportunidad de continuar. Y va a seguir doliendo. Me hubiese gustado salir de otra forma.
-¿Sentís que, más allá de la decisión o los motivos, merecías un trato diferente por lo que habías dado?
-No sé si un trato diferente, pero sí la oportunidad. Desde ese aspecto no me tuvieron en cuenta, no tuvieron en cuenta lo que le había dado a la Selección ni cómo estaba. Fijate que después de quedar afuera me tocó ganar todo con Regatas y a nivel individual también gané todo. No era casualidad, estaba en mi mejor momento. Por esos motivos duele mucho todavía.
-¿Tuviste alguna charla con Julio Lamas, el entrenador de aquella Selección, después de todo lo que pasó?
-Hemos hablado bastante, él me dio su explicación y yo le di la mía, lo que sentía en ese momento. Ya no se puede volver el tiempo atrás. El tuvo su forma de ver lo que pasó y ya está, es algo que quedó en el tiempo. Pero te repito, duele.
-¿Duele porque la considerás injusta?
-Exactamente. Yo siempre acepto las situaciones, como siempre acepté los roles. Si me tocaba entrar un minuto estaba dispuesto porque entendía muy bien que la prioridad en mi puesto eran Manu y Carlos. Era una tarea difícil estar mientras estaban ellos. Pero así como entendí eso, también entendía que estaba capacitado y no se me dio la oportunidad por otros motivos.
-¿Desde lo deportivo no se podían contradecir tus motivos?
-Desde ahí no me cerraba para nada. Y la verdad es que más allá de Manu y Carlitos no había otro escolta. Marcos (Mata) no era un 2. En fin, muchas cosas que todavía me hacen poner mal.
-¿Sentís que tu chance se cerró después de aquel momento en Londres? ¿O el Premundial 2013 era una chance real?
-No, Londres fue el punto. Ahí sentí que el equipo seguía y mi tiempo en la Selección ya se había terminado. Más allá de que después Julio me llamó para Caracas, ya no me sentía bien ni física ni mentalmente, porque todavía tenía el desgaste tremendo de lo que había sido la temporada con Regatas, no estaba preparado mental ni físicamente para asumir ese compromiso.
-¿Ser parte de un proceso olímpico y ganar una medalla es comparable con algo?
-No, con nada. Es algo que no tiene comparación y creo que será lo máximo que logré en mi carrera. Siempre voy a tener ese recuerdo, es algo que valoro muchísimo. No son muchos los que tienen una medalla olímpica.
-¿Qué viste al equipo en el último proceso y cómo ves todo de cara al futuro?
-En Río el equipo demostró mucho. Varios no confiaban y demostraron que estaban capacitados para jugar al máximo nivel. No fue el mejor cruce, pero se hicieron las cosas bien. Ahora vendrá un recambio importante y se necesitará tiempo, paciencia… Hay mucho potencial, pero para que ese potencial pueda llevar a Argentina al nivel que estaba se requiere de tiempo, de experiencia y de muchas cosas que se necesitan para llevar esa mochila pesada que dejó la Generación Dorada. El talento está. Hay que darle tiempo y trabajarlo para que no se sienta tanto el cambio.
-Lo bueno es que además está ese legado que dejaron los dorados, ¿no?
-Sin dudas. Muchos lo vivieron en los Juegos Olímpicos, han aprendido de los grandes y tuvieron un curso acelerado en Río. No tengo dudas que lo van a hacer muy bien en el futuro.
Leandro Fernández
@FernandezLea
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