Un análisis acerca de cómo los proyectos institucionales transforman el básquetbol nacional desde sus raíces. La situación actual y los objetivos para los próximos años de la mano de sus referentes.
Es notoria la relevancia y el interés que adquieren las categorías formativas para el desarrollo de los jugadores y jugadoras en edades tempranas, una etapa esencial en el proceso de aprendizaje y adaptación de los chicos y chicas junto al resto de sus compañeros. Son entornos sanos, seguros y adecuados que no pueden ser desestimados por los diversos profesionales a cargo. Estas clases de factores fueron abordados con criterio, compromiso y conceptos modernos por el staff de la Confederación, una metodología de trabajo en conjunto entre formativas y mini básquetbol que ayuda a comprender a esas camadas cómo aspectos fundamentales para el progreso y el futuro de nuestro deporte.
Estamos ante un nuevo panorama disruptivo que tiende a corregir algunas de esas deficiencias actuales y por el cual se bregó por la trayectoria de Sebastián Rodríguez como director deportivo y entrenador de las selecciones menores de FeBAMBA:
“Queremos implementar un reglamento único con pocas reglas y que sean claras. Creemos que modificar algunos de esos puntos y formatos nos hará evolucionar, actualizarnos y adecuarnos a las necesidades de cada federación/asociación”, reflexionó el flamante Director Nacional de Mini Básquet CAB.
De acuerdo a este contexto particular se propuso aunar las decisiones, observar las problemáticas que surgen en la formación de los jugadores, como así también detectar las maneras de mejorar los formatos para poder disponer de reglamentos unificados acordes a cada categoría y por consiguiente desterrar aquellas inquietudes que todavía aparecen en competencias federales.
Una percepción compartida por Mariano Marcos desde su puesto de Coordinador de Selecciones Nacionales Formativas:
“El área tiene que bajar líneas que se deben seguir en cada punto del territorio porque entendemos que en el país no se están jugando con las mismas reglas de Mini. De todas maneras, creo que de a poco hay que buscar tener menos reglas y sí más valores por parte de todos los actores del básquet argentino”, analizó.
En función a esta situación el grupo de profesionales rediseñó los objetivos del área en tres principios: presentar un programa nacional de desarrollo de mini básquet a nivel nacional, relevar la situación de la categoría en cada provincia y región deportiva, para luego implementar esa serie de lineamientos y modificaciones de acuerdo a sus requerimientos ocasionales.
Para que ese proyecto alcance el éxito deseado el Instituto CAB tendrá la facultad de investigar, evaluar y hasta sugerir posibles cambios al programa para encontrar un consenso generalizado entre todos los actores involucrados.
“Para nosotros debe ser clave. No hay dudas de que tener una posibilidad más de educación es fundamental. Los trabajos de investigación nos ayudar a evitar tomar decisiones apresuradas sin estén respaldadas y a eso apuntamos para que nuestras selecciones puedan competir contra el resto de las potencias. La idea del staff es colaborar cada vez que nos necesite”, agregó Mariano. Es decir que por medio de estos estudios se pueden detectar ciertas cuestiones que requieren de mayor atención y comprensión durante la toma de decisiones estratégicas para una correcta optimización de los procesos de formación.
Los programas ya institucionalizados como los Planes de Desarrollo Federales y las Escuelas Deportivas Argentinas posibilitan la democratización e inserción juvenil para un crecimiento integral de los deportistas en la actividad.
“Nos permite llevar nuestro deporte a diferentes partes del país. Queremos llegar a escuelas deportivas, colegios, profesorados o institutos de educación física no solo buscando niños sino también poder incrementar la masa de ciudadanos del básquet”, añadió Rodríguez.
La consolidación de los PDF proporcionó un rastrillaje profundo sobre todo el territorio para detectar a muchos de esos jóvenes atletas que hoy integran los seleccionados nacionales masculinos y femeninos. Para esta nueva etapa el plan estará abocado al esfuerzo en conjunto con las EDAs para descubrir a jugadores desde edades un poco más tempranas a las habituales, para que esos talentos emergentes sean reconocidos y acompañados de manera óptima. Es en esa transición hasta las categorías superiores donde también se promueven otros aspectos como la educación, el respeto y los valores éticos.
Dentro de esos programas de apoyo aparece la iniciativa Todos Juegan que surge de
“observar y analizar la poca distribución del tiempo de juego entre los jugadores/as que conforman un equipo y que a fin de cuentas es una de las causales de deserción en el mini básquet”.
Al ofrecer un ambiente continúo de aprendizaje se contrarresta las dificultes y diferencias físicas que por ahí se observan en el plano internacional:
“Diría que es uno de los problemas más graves que tenemos. Esta posibilidad de interactuar con jugadoras y jugadores nos va a dar la posibilidad de que en un futuro citemos a prospectos más desarrollados en esas áreas en las cuales hacemos hincapié”, complementó Mariano Marcos.