Con Buzzetti en llamas (16 puntos y 16 rebotes), la Selección venció por 65-56 a China Taipei y se recuperó de la caída en el debut. El martes se cierra el grupo ante el local Hungría. El análisis del triunfo.
Con la ansiedad y la expectativa de toda una camada por volver a compartir una cancha después de dos años, Argentina enfrentó a China Taipei también con el desafío de domar esas sensaciones para poder cumplir un buen papel en el segundo encuentro del Mundial U19 y recuperarse de la derrota inicial ante Rusia. Y vaya que lo hizo, porque a pesar de tener todavía un margen de mejora, el conjunto nacional se impuso por 65-56 y se abrazó a un emocionante festejo. El martes, desde las 12.30 de nuestro país, cerrará la primera fase ante el local Hungría, un rival de mucho cuidado.
La historia siempre le guiñó el ojo a las chicas dirigidas por Seba Silva, independientemente de la marcada paridad que tuvo todo el trámite y que las asiáticas lucharon todo el tiempo. Después de la primera prueba ante una potencia como Rusia, había que dar una vuelta de página rápida y ponerse el overol para afrontar este nuevo juego, 24 horas después del debut y ante un rival que a priori aparecía como el más accesible del Grupo B. No fue sencillo, pero hoy dio una muestra clara de su carácter.
Argentina dominó claramente el rebote, una de las premisas que trabaja este equipo (53 a 33 en el primer tiempo). El contraste puede estar en que no fue muy efectiva y prolija adelante, a veces producto del apuro, pero aún así logró combinar esa intensidad con mucha actitud y buena toma de decisiones.
Más allá del rebote, quizá el punto más alto de todo, lo destacable para Argentina, fue la constante búsqueda del pase, la presión defensiva que generó por momentos y las veces que pudo correr la cancha. Cuando combinó esa velocidad, esa intensidad en la transición, con el pase extra para encontrar a la mejor ubicada y aprovechar el hueco generado, fue superior. Y eso se remarcó mucho más en la segunda mitad.
En lo individual también hubo aspectos para subrayar. Por lejos, el partidazo de Buzzetti. En la pintura, fajándose con todas las rivales, ganando rebotes, con buen movimiento de pies, lastimando mucho cada vez que recibió el balón en la zona pintada... de la forma que fuese, la pivote de 1,86 metros sacó diferencias con su talla y terminó con un doble doble tremendo: 16 puntos y 16 rebotes. La rompió, y cuando el trámite podía flaquear, se convirtió constantemente en una gran solución a los problemas.
El tercer cuarto fue clave para Argentina. China no llegó a controlar nunca pero sí logró ponerse arriba por 6 en un pasaje del tercer periodo (35-29), pero desde ahí comenzó la reacción de las chicas, con el empuje de Marín, otra que desplegó un gran encuentro (13 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias), y los rompimientos de Agus Bazán (9 tantos y 5 rebotes). Terminó siendo una carrera de 23 a 12 en ese tercer episodio, y ahí se encaminó esa victoria albiceleste que por momentos llegó a tener una luz de 12 unidades de diferencia.
Quienes también acompañaron mucho fueron Vílches y Toledano, ambas mostrándose muy combativas, con Maga yendo a la carga en los rebotes y disputando cada bola más allá de producir en ataque, alternándose en el 3 y 4 de la cancha y siendo de las que más se sacrificó y brindó (6 puntos y 8 rebotes), y la Pipi más cerca del aro, mostrándose también otra variante confiable en el juego interior (7 tantos).
Aunque Argentina lideró el marcador la mayor parte del partido, el elenco asiático lastimó con oportunas apariciones en su tiro externo. Al equipo albiceleste le faltó tener un poquito más de acierto en la estocada final de varias situaciones que fueron muy bien generadas (39% de cancha) y tuvo muchas pérdidas que siempre sostuvieron con vida al rival (19). Cuando China rompió la defensa argentina y tuvo efectividad en el tiro de tres, tuvo algunos argumentos como para complicar. Independientemente de todo, sin dudas se vio en Argentina un grupo mucho más suelto, cómodo en su estilo, sabiendo que este partido era clave dentro de la primera fase. Así lo entendieron y lo pudieron sacar adelante.
Mañana será tiempo de descanso para esta Selección que consiguió felizmente su primera alegría en el Mundial. Y tras esta jornada libre del lunes, las nuestras retornarán a la cancha el martes para medirse ante el anfitrión húngaro, un equipo de cuidado, con buena talla pero que en la jornada de hoy no pudo ante Rusia (70-56).
Fotografías: FIBA