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Vildoza y la NBA: “Me animé a pensarlo cuando cambié la mirada con respecto a mí mismo”

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Luca cuenta cuándo y por qué hizo el click para dar este salto. El base contó sensaciones previas al viaje, analizó sus chances y, claro, habló de su ilusión en Tokio. Imperdibles reflexiones.

Se lo nota feliz, disfrutando, todavía algo ansioso pese a que ya pasó más de una semana desde el anuncio oficial sobre su soñado fichaje a los Knicks. Pero es parte del proceso: no todos los días se firma con un equipo de la NBA y más, en este caso, con uno de los más famosos equipos y para jugar en la meca del básquet, el Madison Square Garden. Luca Vildoza ya quiere estar allá, conociendo todo de primera mano, la Gran Manzana, las instalaciones, a sus compañeros y a entrenadores. Ya pasaron los estudios físicos y médicos en Bilbao y ahora sólo queda recibir el pasaje para volar, en estas horas, hacia New York. “Lo estoy esperando con ganas”, le cuenta a Prensa CAB mientras esboza esa sonrisa de felicidad que ha tenido dibujada en su cara durante estos últimos días. “Es un honor y un privilegio ser uno de los 15 argentinos en la NBA. Lo quiero disfrutar y lo estoy haciendo”, explica en este mano a mano durante más de media hora. Una única cosa lamenta: no llevar a su amado perro Sam, un Setter irlandés que hace meses lo acompaña a cada minuto y que, por ahora, teniendo en cuenta que la temporada NBA ya está terminando, asegura que no tiene sentido hacerlo viajar para pasar tan poco tiempo en USA.

-Contanos cómo estás después de varios días, con muchas entrevistas en los medios y después de haber procesado la noticia.
-Bien. La ansiedad ya bajó. En estos últimos días estuve dando bastantes notas, más que en toda mi vida (se ríe). Creo que hablarlo, soltarlo, me ha servido para relajar un poco. Si bien no me voy a dar cuenta donde estoy hasta que llegue ahí, las ansias están. Ahora ya estoy contento y relajado, sobre todo porque no tengo que jugar ningún partido, con Baskonia ni con los Knicks, por el momento. Tengo una semana de relax y ahora estoy disfrutando de estar tranquilo en mi casa.

-¿Ya imaginás el “from Mar del Plata, Argentina, 6.3, Luca Vildoza” de la voz del estadio en el Madison?
-(se ríe). Uf. Es difícil imaginarlo, uno siempre sueña con eso. En el momento claramente la piel de gallina va a estar ahí, al igual que la sonrisa. Espero que todos estén ahí. La realidad es que ya no puedo esperar por llegar y disfrutar, primero de la ciudad, sabiendo que es una de las mejores del mundo y de la franquicia, que es histórica. También disfrutar de jugar en un estadio que es único y mítico. Para mí es todo un privilegio llegar a ese equipo.

-¿Soñaste alguna vez con esta situación? No sé si en verdaderos sueños o al menos en tu mente…
-De chico uno siempre sueña con llegar a la NBA, pero a medida que fueron pasando los años mi única meta era llegar a la Euroliga, ser un jugador correcto y quizá sobresalir. Pero la NBA llegó a mi cabeza en los últimos dos años. Para ser sincero más que nada en este último año, sabiendo que había tenido responsabilidades en el equipo y había cumplido con las expectativas. Di un paso importante en mi carrera entonces cuando llegó la chance quería probar. Los Knicks me dieron la oportunidad para dar ese paso y voy a ir a testear en qué nivel estoy.

-¿Cómo se dio ese click mental para ese cambio, para empezar a sentir ‘por qué no puedo jugar también yo en la NBA’?
-Se dieron ciertas cosas este año que me permitieron creer que podía estar en la NBA. El premio (MVP) del año pasado y el campeonato ganado tuvieron mucho que ver. Me permitieron cambiar la mirada con respecto a mí mismo porqué siempre fui muy autocrítico. Este año se dieron ciertas circunstancias en las que me permití creer y soñar con dar ese paso. La franquicia me dio esa oportunidad y no quería dejarla pasar.

-Facu Campazzo te dijo que confiaba en que vos podías jugar bien en la NBA. ¿Te especifico por qué te lo dijo?
-No, en realidad no lo especificó ni me lo dijo a mí. Lo comenta por los medios, pero a mí no me lo dice (se ríe). Yo realmente estaba ansioso, principalmente los primeros días porque no lo podía creer. Le pregunté cómo era todo, cómo se vive. Al final, Facu siempre me dio esa confianza, se nota en los medios cuando publica cosas que confía en mí y eso me deja un poco más tranquilo. Por ejemplo, me dijo que la línea de tres está muy lejos, pero para eso tengo tiempo para entrenar, sabiendo que es difícil que juegue esta temporada.

-El entrenador Tom Thibodeau es muy exigente y defensivo, comparativamente puede ser parecido a Dusko Ivanovic o incluso a Rubén Magnano, si queremos una referencia argentina. De la vieja guardia. ¿Te contaron algo sobre él?
-Sí, me dieron referencias e intentaron compararlo justamente con Duško, pero hasta que no lo viva realmente no me voy a dar cuenta. Sé que se focaliza mucho en la defensa y eso lo hace saber porque, por lo que vi, los Knicks están defendiendo muy bien y se metieron a playoffs por este progreso. Duško, en gran parte, me preparó muy bien para dar este salto, pero sin dudas hay demasiados entrenadores por detrás y todos aportaron su huella. Estoy agradecido de haber tenido estos técnicos porque todos quisieron ayudarme en todo momento.

-Thibodeau dio a entender hace unos días que no te iba a utilizar esta temporada porque el equipo está armado y en playoffs. ¿Vos pensás que será así o tenés la ilusión de poder tener unos minutos en este momento tan importante?
-Uno siempre tiene la ilusión de poder estar ahí, pero sabiendo que es difícil. Si bien vengo de Europa y el juego es un poco similar, al mismo tiempo es muy diferente y cuesta adaptarse. A Facu le costó adaptarse también y ahora la está rompiendo, pero lleva un tiempo, un tiempo que hoy no hay entre la cuarentena, la incorporación al equipo y conocer los sistemas. La verdad es que no hay tiempo. Pero, a la vez, uno siempre tiene la ilusión de poder compartir equipo. Veremos…

-Tortu llegó y empezó a jugar, pero el caso es diferente porque no es un equipo de playoffs y están probando mucho.
-Sí, sin dudas. También Tortu tuvo la oportunidad de ir antes y de poder cumplir ciertos partidos y quizás en el final de temporada tiene el margen de arriesgar un poco más. Estoy realmente contento con la decisión y estaré encantado de estar, aunque sea en el banco de los Knicks.

-¿Cómo te tiene el tema que hayan dicho que te iba a ver el campus, la pretemporada, en Tokio? ¿Tener que demostrar así te preocupa en algo?
-Yo estoy tranquilo, porque si me llevaron es por algo. Sé que tengo cosas por mejorar y que me van a pulir cosas porque al final hay mucho más tiempo para trabajar la técnica individual, pero tengo que estar confiado con eso. Si bien está la presión de cumplir con uno mismo para cumplir lo mejor posible, sobre todo para representar a la Selección, estoy tranquilo porque al final ellos me eligieron por alguna razón.

-Lo que no sé si te vas a animar a tirar la jugada el Chicle en el Madison…
-(se ríe) La voy a intentar. Al final eso sale inconsciente, las veces que lo quise pensar no me salió. Inconscientemente lo tengo que hacer, pero poco a poco. Lo primero es el respeto (se ríe).

-Vos estás acostumbrado a Vitoria, una ciudad chica. Y a hablar en castellano. ¿Cómo te tiene la llegada a New York con todo lo que eso implica? Y el tema del idioma.
-Yo vengo de Mar del Plata, que es una ciudad con bastante lío, luego pasé a Vitoria, una ciudad muy pequeña, con mucha tranquilidad, sobre todo donde vivo y ahora me voy a una de las capitales del mundo, donde lo único que se va a escuchar es ruido. Intentaré disfrutarla, sabiendo que un millón de cosas para hacer. Lo que más deseo es ir al Central Park porque también soy fan de la serie Friends. En realidad, es una ansiedad completa también el tema del idioma, este año me comunicaba mucho con mis compañeros en inglés, pero que todos todo el tiempo te hablen en inglés me tiene un poco intrigado.

-Falta poco para Tokio. ¿Te agarra ese cosquilleo cuando pensás en los Juegos Olímpicos? ¿O estás demasiado con la cabeza metida en la NBA?
-Para ser sincero estoy pensando mucho en la NBA, en llegar ahí, con las ansias que eso lleva y con mi llegada. También tengo muchas ganas de juntarme con los chicos. Ya llevamos dos años, no nos pudimos ver, no pudimos festejar siquiera el haber sido subcampeones del mundo, sabiendo que nos teníamos que quedar en Europa y pocos pudieron volver a Argentina. Siempre representar a la Selección es un privilegio y más allá de esto que me está pasando, es realmente una ansiedad poder estar de nuevo.

-¿Esperas estos Juegos de una manera especial? Te pregunto porque fuiste importante en el Mundial, pero tu status hoy es otro. Es probable que tengas más protagonismo y que seas incluso más determinante en el equipo.
-Creo que los roles en la Selección ya están definidos. Si bien quizás uno puede tomar protagonismo o no, creo que sabemos quién es el base, el cuatro, el cinco… Después el dos y el tres nos vamos rotando, pero al final en cada partido siempre sobresalía uno diferente. Si bien el status mío esta un poco más arriba yo voy igual que siempre. Cuando llegás a la Selección, todos te ven igual. Disfruto de eso también porque al final cuando llegas algún lado y todos te ven diferente no está muy bueno. Llegar ahí y que todos estemos en el mismo nivel es bastante lindo.

-Sergio Hernández dijo que él siente que, individualmente, el equipo va a llegar mejor a Tokio que al Mundial porque hay muchos jugadores que han dado un salto de calidad. ¿Pensás así, qué te genera?
-Sí, lo pienso y es ilusionante. Al final un año más de experiencia para todos nos vino muy bien. La única incógnita que teníamos era la de Luis, pero se ve que al final no envejece nunca y su juego no va a cambiar. Contentos por tenerlo de nuevo y de incorporar quizás a Lea Bolmaro, sabiendo que está haciendo una gran temporada y que se puede sumar a la NBA el año que viene. También Nico Brussino está haciendo una gran temporada, al igual que Lapro. Por suerte, Pato Garino se recuperó de la lesión. Yo estoy contento de tener un año más de experiencia, un año más de estar con este equipo, con ese grupo de compañeros que al final lo único que nos dieron fueron alegrías.

-Nunca es fácil repetir un impacto tan grande como el del Mundial y menos en un Juego Olímpico que tiene un nivel superior. ¿Para qué está nuestra Selección?
-Sin dudas es otro nivel, porque al final si lo hacés mal en el grupo ya no tenés ninguna chance de seguir compitiendo y te vas a casa a la semana. Sabemos que tenemos un grupo duro, sabemos que nos tocó España de nuevo y que siempre es un rival al cual tenemos ganas de enfrentar. Lo sentimos como un clásico. Al final, al momento en que nos juntemos y volvamos a tener esa química y juguemos amistosos nos vamos a dar cuenta para lo que estamos. Si se da lo que pudimos lograr en el Mundial, y quizás mejor, sería algo increíble. Sabiendo que ya todos nos esperan, esperan que golpeemos de la manera en que lo hicimos en el Mundial, asique estarán todos muchos más preparados.

-La gente está muy ilusionada. Imagino que te darás cuenta que esta camada tiene algo muy especial. Es realmente muy querida por la gente…
-Sí, al final mucho ayudaron las redes sociales. Quizá con la Generación Dorada no estaban las redes para publicar tanto. Ahora la gente tiene libre comunicación y puede enviar un mensaje en cualquier momento por cualquier pantalla. Es bonito sentir ese apoyo porque quizás los de antes no podían sentirlo a no ser que enviarán una carta.

-Me parece que ustedes traspasan la pantalla con algunas cualidades personales que tienen. Todos tienen algo muy especial y la gente se siente identificada.
-Sí, al final todos salimos de algún lugar de abajo. Creo que la gente valora mucho eso, al niño que la peleó tanto para llegar algo más arriba. Y hoy, Tortu o Facu son grandes ejemplos, sabiendo todo lo que la lucharon para poder estar ahí arriba. Al final el argentino se identifica con eso y nosotros nos sentimos realmente queridos.

-La Liga Nacional está disputando las finales. Te pregunto ¿cuán importante fue la esta competencia en lo que sos hoy en día?
-Al final todos dimos nuestro primer paso en la Liga Nacional. A mí Quilmes me permitió dar ese paso a la profesionalismo, el poder mostrarme al mundo. Todos los jugadores que pasamos por la Liga le debemos mucho, sabiendo toda la cuna de jugadores que pasaron por ahí y más allá que luego dieron el salto en otro lugar. La Liga nos da ese impulso para llegar más arriba. Hay grandísimos jugadores en la liga y ojalá lo podamos seguir aprovechando.

-Vos te quedaste un año más en Quilmes de lo que se hubiera pensado para devolverle al club tanto de lo que te había dado y también para terminar de afianzarte como jugador antes de dar ese salto.
-Al final quería terminar con una buena temporada en Quilmes y lo logramos llegando a semifinales. Necesitaba un año para despedirme de amigos, familia y principalmente de la gente de Quilmes que conozco desde los 8 años y porque todas aportaron su granito de arena para que yo sea feliz y sobresalga en mi deporte. Realmente aproveché ese año, lo disfruté y pude mudarme contento al Baskonia. Y ahora acá estoy, representando a un país y más que nada a mi gente de Quilmes, a mi familia y mis amigos. Eso es lo mejor para mí.
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