Aunque en dos torneos amistosos que Argentina disputó a mitad de año en Brasil el entrenador había sido Raúl García, cuando llegaron los Juegos Panamericanos, que otorgaba una plaza para los Juegos Olímpicos del año siguiente, fue designado Abelardo Dasso al frente del equipo. En la conformación del equipo se mantuvo una amplia base joven del Mundial anterior, sumando a dos jugadores que estaban en Brasil, Gehrmann y Aguirre, aunque el gran problema fue la decisión de no seguir en el seleccionado de Cabrera, quien fue reemplazado por Pellandini, mientras que en lugar de Becerra, regresó Prato.
El equipo tuvo problemas para entrenar en la preparación y lo pudo hacer durante pocos días, aunque ante del torneos consiguió disputar cuatro partidos amistosos en Venezuela y Puerto Rico.
Los Juegos Panamericanos reunieron a diez equipos, los que se enfrentaron todos contra todos, por suma de puntos.
El debut no fue el ideal para los argentinos, ya que enfrentó a Estados Unidos, que presentó un plantel con excelentes universitarios, y le ganó de forma humillante. Sin embargo, mostraron reacción en la segunda jornada venciendo a Canadá con lo justo. En la tercera jornada volvió a sufrir una derrota previsible, ahora ante Cuba, pero después llegó la catastrófica caída frente a Bahamas, lo que adelantó otra negativa experiencia internacional.
Si bien luego pudo vencer a Islas Vírgenes sin ninguna complicación, después padeció tres derrotas seguidas, ante Brasil, México y Puerto Rico, en las que terminó muy lejos en el marcador, mostrando falta de competitividad. En el choque ante los boricuas, la conducción del equipo la compartieron Dasso con su asistente, Heriberto Schonwies, por enfermedad del primero. En el último partido Schonwies se hizo cargo directamente del equipo, que cerró su tarea ganándole a Venezuela, para terminar en el séptimo puesto final.