En un calendario 2003 sobrecargado de competencias el seleccionado argentino afrontó los Juegos Panamericanos, después del Sudamericano y antes del Torneo de las Américas, con un plantel que mezclaba a varios jugadores que traían antecedentes en el proceso de selecciones, y que eran evaluados para cuando llegara el tiempo del primer recambio, con otros que la integraban por primera vez.
El equipo, que fue dirigido por Fernando Duró, no realizó partidos preparatorios, ya que el grupo traía la actividad del Sudamericano. El básquetbol masculino panamericano se disputó con ocho equipos, separados en dos grupos de cuatro, en los que se enfrentaban todos contra todos. Los dos primeros se cada zona se cruzaban en semifinales y los ganadores pelearían por el oro, mientras que los perdedores jugarían por el bronce.
El debut fue con una agónica derrota frente a Estados Unidos, que presentó un equipo con jugadores universitarios. Las posibilidades de pelear por una medalla se derrumbaron en la segunda jornada, debido a la derrota ante Uruguay, también ajustada. En el cierre de la etapa clasificatoria los argentinos lograron una aplastante victoria ante Puerto Rico, que contaba con jugadores con mayor rodaje.
En el primer cruce de la reclasificación Argentina logró otra buena victoria ante Canadá, que contaba con muchos jugadores que días después participarían del Torneo de las Américas. Sin embargo, en el partido por el quinto puesto los argentinos estuvieron lejos de su mejor nivel y cayeron ante México, tras un flojo segundo tiempo, quedando en el sexto puesto final.